martes, 24 de marzo de 2015

Crónica Zurich Marató de Barcelona

Ya ha pasado más de una semana desde que corrí el Zurich Marató de Barcelona y creo que es buen momento para escribir mi crónica y explicaros un poco todo lo que dio de sí esta grandísima carrera. Supongo que la mayoría de vosotros ya sabréis mi resultado, pero en esta crónica trataré de explicar con detalle todo lo que pude sentir durante las casi tres horas que estuve corriendo. De todas formas, y ya lo aviso ahora, tampoco os hagáis demasiadas ilusiones ya que, en casos así, es muy difícil explicar con palabras lo que se siente cuando uno mismo es el protagonista (junto con unos cuantos miles de corredores más) de algo tan bonito. Y es que el maratón es diferente a cualquier otra carrera. Una vez leí que el maratón es una carrera con miles de ganadores y un héroe, y no puedo estar más de acuerdo. Da igual el tiempo que tardes, sólo por el valor que demuestras enfrentándote a esos 42,195 km y la satisfacción de terminarlos ya te convierte en ganador. Así que, antes de empezar con mi crónica, quiero felicitar a todos los corredores que llegaron a meta el pasado 15 de marzo en Barcelona porque todos tuvimos muchísimo mérito y conseguimos algo que la gran mayoría de personas nunca se plantearán.

En mi caso, llegaba a Barcelona con algo más de 1.100 kilómetros en las piernas desde que el pasado 20 de octubre iniciara la temporada. Veintiuna semanas de entrenamiento promediando unos 53 km semanales de carrera a pie tenían que ser suficientes para conseguir mi primer y gran objetivo de la temporada: terminar el maratón en menos de tres horas. Estaba muy mentalizado para conseguirlo y llegaba con la moral y la confianza por las nubes después de conseguir muy buenos resultados en las últimas competiciones en las que había participado, descansado tras dos semanas de haber soltado bastante el acelerador y sin molestias de ningún tipo que me preocuparan... Todo me sonreía y no podía fallar. Hasta el tiempo, que días antes parecía que no iba a acompañar, acompañó. En resumidas cuentas, un día perfecto para correr y para disfrutar de una de las mejores carreras que he corrido nunca.

El día de la carrera me levanté con tiempo y desayuné tranquilo lo que desayuno casi siempre, tenga o no competición: un plátano, bebida de avena y muesli con frutas y semillas de chía. Cuando estuve listo, me fui dando un paseo desde el hotel, cerca de Colón, hasta la Plaza de Espanya atravesando todo el Paral·lel. Fue curioso ver como a esas horas por las calles de Barcelona se mezclaba la gente que se iba a dormir tras una noche de fiesta y un montón de corredores que, como yo, se dirigían caminando a la zona de salida del maratón. No tardé demasiado y sobre las ocho menos veinte ya estaba allí. Había quedado con Carles poco después y cuando nos encontramos fuimos a prepararnos y a dejar las cosas en el guarda ropa. Pensábamos que íbamos con tiempo pero nada más lejos de la realidad. Entre unas cosas y otras se nos echó el tiempo encima, con lo que nos colocamos en nuestro cajón sin calentar nada de nada y a pocos minutos de dar la salida. Tenía clara mi estrategia y me la iba a jugar. Al empezar la temporada me hubiera conformado con correr al lado de las liebres de tres horas y hubiese firmado con los ojos cerrados terminar en 2h59'59", pero ahora y visto lo visto durante los últimos meses ya no. La idea era arriesgada pero tenía confianza y me iba a dejar llevar por las sensaciones. Quería llevar un ritmo en equilibrio entre la comodidad y la exigencia, sin ir forzado pero consciente de que iría rápido y acabaría con bastante margen respecto a ese objetivo sub 3 horas. Traducido en números, quería llevar un ritmo cercano o muy poco por encima de 4'/km. Ese era el ritmo al que había corrido en los 30 km de la Marató Costa Daurada de mediados de enero y aquel día fui muy cómodo y terminé relativamente fresco. Mi única duda era saber si pasados esos kilómetros tendría un bajón y me chocaría con el famoso muro o podría aguantar hasta el final.

Puntualmente dieron la salida de los atletas en silla de ruedas y pasados un par de minutos, la nuestra. Carles y yo salimos desde un buen sitio pero, con tanta gente, los primeros metros fueron lentos, algo que en carreras así viene de perlas para no dejarse llevar por la emoción (lógica en días y carreras así) y salir más rápido de la cuenta. Me encontraba, cuatro años después, corriendo otra vez el maratón en Barcelona y el recuerdo que tenía de aquel 6 de marzo de 2011 no podía ser más feliz. El inicio fue según lo esperado y mi ritmo "objetivo" y mis sensaciones estaban en perfecta armonía. Empezaba bien. Además, contaba con una liebre de lujo como Carles, que el uno por el otro nos intentaríamos hacer la carrera más amena. 

Los primeros kilómetros pasaron volando. Si tengo que ser sincero antes de que me pudiera dar cuenta ya estábamos en el primer sitio "referencia" de la carrera, el Camp Nou, allá por el kilómetro siete. El ritmo y las sensaciones seguían siendo las previstas a pesar de que durante esos kilómetros el recorrido era en ligera pendiente. Y mejoraron cuando empezamos a correr en bajada por la Diagonal, pasando algunos kilómetros por debajo de 4'/km. En el 10, que pasamos en 40'49", decidí tomarme mi primer gel. Como sabéis, soy bastante anti-geles y tampoco suelo beber en carreras más cortas, pero amigos, un maratón es un maratón y ahí preferí no hacer experimentos, por si acaso. Así, fui bebiendo algo de agua casi en todos los avituallamientos (por cierto, perfectamente situados cada 2,5 km más o menos) y la idea era tomarme un gel en los kilómetros 10, 20 y 30. Si luego me notaba falto de fuerzas, ya tiraría de lo que diera la organización aunque tenía la esperanza de no necesitar nada más.

Aproximadamente en el kilómetro 12 volvimos a pasar cerca de la salida y de ahí tomamos una larga recta por la Gran Via de les Corts Catalanes. El ambiente fue espectacular con las calles llenas de gente animando y muchísimos puntos de animación que hacían que, por momentos, te vinieras arriba (algo que había que controlar). Sobre el kilómetro 17, llegó el segundo punto de referencia de la carrera, el paso por la Sagrada Família. A lo tonto, llevábamos casi la mitad de carrera y seguíamos corriendo a un ritmo alegre y sin un pequeño rastro de cansancio o desfallecimiento, más bien todo lo contrario. En algunos momentos hasta le tenía que pedir calma a Carles. Me sabía mal porque quizás frenandole le estaba impidiendo conseguir un tiempo espectacular, pero tenía miedo de que se quemara. Aún era pronto y lo podía pagar. 

Poco después de pasar la Sagrada Família tomamos la Meridiana. Personalmente, me pareció el momento más aburrido de la carrera. Fue un tramo de ida y vuelta con poco público que se me hizo un poco pesado. Por suerte, aún iba bien de piernas y la cosa no pasó a mayores. Ya en el tramo de vuelta pasamos el ecuador de la carrera con un tiempo de 1h25'18". De vez en cuando Carles y yo hablábamos y hacíamos cuentas sobre el tiempo que llevábamos de ventaja sobre las tres horas. Aún íbamos bastante bien y éramos conscientes (o inconscientes) de que muy mal se nos tenían que dar esos segundos 21 kilómetros para no conseguir el objetivo. De hecho, no sé si por empezar a ganar la batalla a la cabeza y al cansancio (en esos momentos cualquier cosa vale para coger confianza pensando en lo que te queda), casi instintivamente aumentamos el ritmo y empezamos a correr por debajo de 4'/km. Le comenté a Carles que teníamos que hacer una segunda parte de carrera más rápida que la primera, como los buenos. Y en eso estábamos hasta que a partir del kilómetro 25 empecé a notar que Carles se iba quedando ligeramente atrás. Eran pocos metros y pensaba que sería un hecho puntual pero poco después me dijo que tirara yo, que no iba mal pero que prefería ser más conservador. La verdad es que hasta ese punto fuimos como dos relojes suizos, marcando siempre un ritmo prácticamente igual o muy parecido en cada kilómetro. Sinceramente, me supo mal aunque no dejaba de ser lógico. Este chico de sólo 18 años lleva entrenando mucho estos últimos meses pero pensando en distancias más cortas. No ha seguido un plan para correr un maratón (porque no estaba en sus planes iniciales) en menos de tres horas y creo que le faltaron kilómetros en las piernas, cosa que hizo que tuviera más valor lo que consiguió finalmente. Con la preparación adecuada, prefiero no pensar de lo que será capaz en pocos años.

Ahí empezó para mí otra carrera en solitario. Me sentía bien, corriendo con fuerza y sin variar prácticamente el ritmo. Cada kilómetro que pasaba al ritmo esperado era como una mini victoria, un paso más hacia el objetivo y un motivo de felicidad. De pronto, me di cuenta de algo curioso pero supongo que muy positivo. A pesar de ser más de 19.000 corredores, a esas alturas de la carrera ya habían desaparecido los grupos y me vi corriendo solo, encontrándome algún que otro corredor de vez en cuando pero prácticamente solo. Y digo que eso era positivo porque en una carrera tan multitudinaria no es fácil conseguir eso. Sin duda, era síntoma de que estaba haciendo muy bien las cosas.

Habiendo hecho el tramo de ida y vuelta por la Diagonal (hasta la Torre Agbar) y superado el kilómetro 30, empezamos a correr con vistas al mar. Mantenía un ritmo constante que durante la mayoría de kilómetros estuvo por debajo de 4'/km. Y ese ritmo me duró hasta el kilómetro 37, habiendo pasado ya por el Arc del Triomf. Llegados a este punto se empezaron a mezclar sentimientos y cansancio. Por primera vez en toda la carrera me entraron unas ganas enormes de que aquello terminara cuanto antes. La gente que animaba por las calles no paraba de repetir "esto ya está!!!" pero lo cierto es que aún quedaban casi cinco kilómetros. Y fueron esos últimos cinco kilómetros los que me impidieron hacer una carrera en negativo y terminar la segunda parte más rápida que la primera. Del 38 al 40 perdí unos 10" por kilómetro y los últimos dos kilómetros, de nuevo por el Paral·lel, fueron una agonía. De vez en cuando miraba el Garmin y pensaba que la pérdida de ritmo no era para tanto (mi kilómetro más lento del maratón salió a 4'28") pero yo me sentía ya muy pesado. Como digo, ese tramo del Paral·lel se me hizo eterno, y mira que fue bonito. El público estaba casi encima de los corredores, como en la típica imagen del Tour de Francia cuando el público se va apartando a medida que pasan los ciclistas. Pues en Barcelona, muy parecido. Sólo había una zona estrechita para correr y a ambos lados había gente animando. La verdad es que esto me gustó mucho y grabaré esa imagen para siempre a pesar de que en aquellos momentos ya no estaba para muchas fiestas. Cuando por fin vi la Plaza de Espanya a lo lejos pensé que sí, que lo tenía más que hecho. Antes del último giro para entrar por las Torres Venecianas hacia Maria Cristina, entre la multitud y casi por casualidad, vi a Arancha y a Iker, les sonreí y saqué las últimas fuerzas que me quedaban para correr lo más rápido que pude los últimos metros hasta meta. Al final, llegada a meta en 2h51'37", brazos arriba y objetivo más que conseguido. Posición 300 de la general (114 de mi categoría) de un total de 15.385 llegados a meta (resultados)


Siendo sinceros y sabiendo todo lo que supone un maratón, estoy más que feliz y satisfecho con el resultado. El único lunar que me pongo fueron esos últimos cuatro o cinco kilómetros donde perdí algo más de un minuto, pero poco más (hice la segunda mitad de carrera en 1h26'19"). Eso ya hubiera sido rizar el rizo, pero mantener un ritmo casi constante durante más de 37 kilómetros creo que también tiene su mérito. Por todo ello, como digo, terminé feliz y con la sensación de haber hecho, casi sin ninguna duda, la mejor carrera de mi vida. 

Otro motivo de satisfacción fue ver llegar a meta poco después a Carles con un tiempo final de 2h56'07" (11º clasificado de su categoría sub23). Impresionante lo que ha conseguido este chico en cosa de cinco o seis meses. No sé si yo habré tenido mucho o poco que ver, pero lo que está claro es que tiene unas condiciones impresionantes y, si sigue así, en pocos años puede estar luchando por los primeros puestos en muchas carreras. Estoy casi seguro.


Y nada, para terminar quiero acordarme de todos los que estuvisteis pendientes de la carrera ese mismo domingo (en especial al míster y a todo el USK Team) y daros las gracias por los muchos mensajes de felicitación que me enviasteis. Fue un día bonito y especial en el que acabé tan cansado como feliz. Y creedme que estaba muy cansado.

Ahora ya sí, os dejo con algunas fotos de la carrera (compré todo el pack de la organización porque creo que la ocasión merecía la pena y, sinceramente, hay muy buenas fotos) y con los datos del Garmin para el que quiera echarle un vistazo a mi carrera.









jueves, 19 de marzo de 2015

#Reto Sub3h. Semanas 20/21 y 21/21

Pues vamos a continuar actualizando el blog. Si ayer escribí la crónica de la Mitja de Cambrils, hoy toca resumir las dos últimas semanas de entreno con final en el Zurich Marató de Barcelona del pasado domingo. Fueron semanas algo extrañas, la primera  de ellas entrenando mucho menos de lo que debería obligado por el ingreso de Iker en el hospital desde el miércoles 4 al domingo 8 de marzo y la segunda ya muy suave pensando únicamente en la puesta a punto para Barcelona aunque experimentando las extrañas sensaciones típicas previas a una gran carrera. El caso es que por una cosa o por otra fueron semanas muy lights con la cabeza ya más puesta en el maratón que en el entreno en sí.

La semana 20 (del 2 al 8 de marzo) fue así:

Lunes 02/03.- Empecé con una sesión de carrera a pie suave (post-competición) de 40'04" para hacer 8,61 km a un ritmo medio de 4'39"/km. Después, sesión de agua compuesta por 300 variados, 1.500 (alternando 200 respirando cada tres brazadas (uno con pull y una sin) + 50 alegres respirando cada cuatro brazadas y 200 suaves para terminar. Fueron 2.000 metros en 39'10".

Martes 03/03.- Descanso.

Miércoles 04/03.- La idea era salir a correr suave por la montaña y sumar más metros en el agua, pero a mediodía Iker se empezó a encontrarse mal  y a vomitar todo lo que comía y nos pasamos el día en urgencias. Al final, a las doce de la noche, los médicos decidieron ingresarle.

Jueves 05/03.- Ya en el hospital, y a pesar de la mala conciencia, me escapé a correr un rato. Sólo fueron 50'06" para hacer 11,31 km a un ritmo medio de 4'26"/km. Durante el día Iker ya había ido comiendo bien y por la noche empezó a encontrarse mucho mejor.


Viernes 06/03.- Descanso.

Sábado 07/03.- Descanso. Pensábamos que nos darían el alta ya pero los médicos prefirieron esperar un poco.

Domingo 08/03.- A mediodía nos dieron el alta y por la tarde aproveché para hacer una última sesión (express) de carrera a pie con algo de chispa. Hice algo más de 13' de calentamiento seguido de 6 series de 3' a ritmo unos 15-20" más rápido de lo que pensaba hacer el maratón (todas entre 3'39" y 3'45"/km) recuperando 2' entre series y después algo más de 8' de enfriamiento. Al final, fueron 52'05" para hacer 12,53 km a un ritmo medio de 4'09"/km. Terminé muy contento con las sensaciones del entreno. Algo es algo teniendo en cuenta como había transcurrido la semana.

Y en cuanto a la semana pasada, la 21, la de la gran cita en Barcelona y con la que cierro la primera parte de la temporada, poquita cosa. Fue así:

Lunes 09/03.- No me considero hipocondríaco, ni mucho menos, pero después de pasar tantos días metido en el hospital no me quité de la cabeza la posibilidad de haber "pillado" algo en el peor momento posible. Ya hubiera sido mala suerte... El hecho es que durante ese mismo lunes no me encontré muy fino y hasta tuve algo de fiebre. Por suerte sólo fue una falsa alarma. Dejé de hacer el entreno de natación que es donde más frío podía coger y me limité a salir a rodar suave durante 45'02" para hacer 9,56 km a un ritmo medio de 4'43"/km.

Martes 10/03.- Último entreno de carrera a pie con algo de intensidad antes del maratón. Hice 15' de calentamiento + 15x1' fuertes recuperando 1' suave + 5' de enfriamiento. Las series fueron bastante rápidas (la más lenta fue a 3'36"/km y la más rápida a 3'20"/km). Al final, 50'01" para hacer 11,68 km a un ritmo medio de 4'17"/km. Después del entreno, sesión de masaje con Enric para dejarme las piernas listas para el domingo.

Miércoles 11/03.- Muy bien acompañado por Xavi, hicimos una salida en bici muy suave de 1h40'30" recorriendo 45,27 km a una media de 27,0 km/h y algo menos de 400 metros positivos. Después, con más pereza que otra cosa, fuimos a nadar pero un poco a nuestro aire. Es decir, sin hacer caso a los entrenos del míster... Sólo nadé 1.300 metros muy suaves (variando estilos y con algo de trabajo de piernas) en 29'22".

Jueves 12/03.- Descanso.

Viernes 13/03.- Ese día sí, tocó cumplir con el entreno de natación previsto. Después de escaquearme el lunes y medio escaquearme el miércoles, el viernes fui a la piscina para completar la sesión formada por 500 (150 crol + 50 progresivos + 50 braza), 2x750 (haciendo en la primera dos veces 200 fuertes + 100 ritmo medio + 50 progresivos + 25 suaves y, en la segunda, 300 alegres + 200 ritmo medio + 200 alegres + 50 fuertes) y 200 suaves para terminar. Al final, 2.200 metros en 42'11".

Sábado 14/03.- Rodaje suave pre competición para quitarse un poco la tensión de las horas previas a la carrera. Fueron 36'47" (incluyendo 6 progresivos de 20") para hacer 8,03 km a un ritmo medio de 4'35"/km. Después del entreno, ducha y hacia Barcelona para recoger el dorsal, dar una vuelta por la Expo (completísima pero con mucha gente) donde compré tres geles y agua de coco, comer e irnos al hotel a descansar. Tuvimos suerte que el diluvio que cayó por la tarde en Barcelona nos pilló ya en el hotel.


Domingo 15/03.- Y llegó el gran día. Después de mucho tiempo sin correr un maratón, me volvía a enfrentar a los temidos 42,195 km con la intención de entrar en el selecto grupo de los sub 3 horas y la cosa no pudo ir mejor. Como quiero escribir una crónica como esta ocasión especial merece, de momento sólo diré que paré el crono en 2h51'37" y que todo salió según lo previsto o incluso mejor. Así, cumpliendo el objetivo que me había propuesto, cerré la primera parte de la temporada. Ahora toca descansar un poco, recuperarse bien y pensar únicamente en disfrutar del resto de temporada que me queda por delante en la que espero hacer varios triatlones de media distancia con el único objetivo de pasarlo bien y de seguir mejorando.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Crónica de la Mitja de Cambrils

Otra vez con mucho retraso pero obligado por las circunstancias, en esta entrada voy a hablar sobre todo lo que dio de sí la Mitja de Cambrils del pasado 1 de marzo. Ya sé que hace más de dos semanas de la carrera y que después de ella han pasado muchas cosas interesantes que muchos de vosotros ya sabéis, pero como quiero ser ordenado empezaré por el principio y a lo largo de la semana espero dejar actualizado el blog. No lo puedo prometer pero lo intentaré.

Sobre la Mitja de Cambrils, hay que empezar diciendo que llegaba a sólo dos semanas del Maratón de Barcelona y que tenía dudas sobre como afrontarla. La consideraba un poco como una "carrera trampa" ya que si me iba bien, perfecto, me serviría para coger moral y confianza para el maratón pero, por el contrario, si las cosas se torcían por cualquier motivo, podría venirme un poco abajo y empezar a darle demasiadas vueltas al coco, algo que, desde luego, no necesitaba. Lo que sí tenía claro es que, pasara lo que pasara, sería el último entreno de calidad y de cierta distancia antes de la primera gran cita del año. 

Por suerte, la cosa no pudo salir mejor. Fue un día de aquellos en que, a pesar de no tener la intención de salir a buscar una marca concreta, todo fluye y el resultado obtenido es mucho mejor de lo que podía esperar en un principio. Y eso que no empecé bien. Después de llegar a Cambrils algo justos de tiempo (desde que está Iker se necesita más tiempo para todo), calenté unos minutos (muy pocos) con Pau y cuando ya me fui a colocar en la salida me vi casi atrás de todo. Allí me encontré con David y Raúl y aunque intentamos avanzar algo, no pudimos hacer gran cosa. Con este panorama y teniendo en cuenta que mi intención menos exigente era correr con la liebre de 1h24', tocaría apretar ya desde la salida para alcanzarla, algo que no me gusta nada.

Éramos más de 800 corredores y estaba claro que saliendo de tan atrás no iba a ser fácil conseguir una buena posición en los primeros metros. Aún así, la salida no fue demasiado caótica y Raúl y yo enseguida encontramos nuestro sitio al lado de la liebre "objetivo". Allí también me encontré con Carles. Durante los primeros kilómetros de carrera me sentí muy bien corriendo unos segundos por debajo de 4'/km y hasta teniendo que controlarme para no dejar atrás al grupo. Iba con unas sensaciones geniales pero pensando en el maratón que me esperaba dentro de dos semanas o incluso en lo larga que se me podía hacer esta carrera si forzaba ya desde el principio, así que decidí apostar por una estrategia más conservadora y seguir al lado de la liebre, al menos unos kilómetros más. Sobre el kilómetro siete y ya habiendo hecho el giro en Vilafortuny para volver a Cambrils y terminar así la primera vuelta, Raúl me comentó que tenía molestias en los isquios. Pensaba que no sería demasiado grave pero minutos después, cuando me volví a girar para ver como estaba ya no le vi. Lástima porque hubiera sido un buen día para conseguir un gran resultado. El que iba muy bien era Carles. Estaba claro que la 1h24' a él se le quedaba muy corta y como yo también iba muy bien, antes de terminar la primera vuelta decidimos que era el momento justo para apretar. Pasamos el décimo kilómetro en 39'17" pero a partir de ahí empezó una nueva carrera para nosotros.

Creo que pocas veces he disfrutado tanto corriendo como aquel día a aquellas alturas de carrera. Sin darnos demasiada cuenta empezamos a correr a un ritmo cercano a 3'40"/km y a ganar posiciones a un ritmo de vértigo. Era como si flotáramos. Me repetiré pero fue una sensación increíble que creo que nunca antes había experimentado corriendo. Y como nunca había sentido algo así, no quise desaprovecharlo. A lo mejor de aquella manera estaba arriesgando más de la cuenta y podía pasarme factura más adelante o incluso unos días después en el maratón, pero sencillamente en aquellos momentos de "euforia" no lo pensé, me limité a disfrutar de lo que estaba sintiendo.

Pasados los días y conociéndome a mí mismo un poco más después de cada carrera (siempre se puede aprender algo), puede que aquello me sirviera para abrirme los ojos. Me explico. Desde que empecé a correr y a competir con cierta asiduidad (a mediados-finales de 2009) tengo por costumbre una cierta tendencia a ser conservador, ya tenga enfrente una carrera de 5 km o un triatlón de larga distancia. Y puede que esto sea bueno en cierto modo para no llegar a poner el cuerpo al límite innecesariamente (no me gano la vida con esto), pero a veces hay que dejar de escucharse tanto, de tener tanto respeto por todo y uno debe dejarse llevar como me pasó a mí en Cambrils, porque valió mucho la pena. Tampoco diré que fui al límite ni mucho menos, pero sí que me olvidé un poco de los kilómetros que llevaba, de los que me quedaban, del ritmo que llevaba, de si sería capaz de aguantarlo, de si ese esfuerzo me podría pasar factura para el maratón... y me limité a correr lo más rápido que pude sintiendo a la vez una sensación muy agradable. Eso sí, siempre con conocimiento.

Y el resultado fue el que fue. Una segunda vuelta con Carles para enmarcar en la que hicimos algo más de once kilómetros a un ritmo medio bastante por debajo de 3'50"/km y que me sirvió para cruzar la meta en un tiempo de 1h21'29", rebajando así en más de dos minutos mi mejor marca personal en medio maratón. Al final, posición 37 de 859 llegados a meta (clasificación) y una satisfacción tremenda, tanto por lo conseguido como por las sensaciones vividas. Desde luego, esto fue una inyección de moral importantísima para lo que me esperaba dos semanas después en Barcelona. Siempre creo y confío en mí, pero después de carreras como estas, creo que aún debería hacerlo más. La lástima es que ya nunca sabré que marca podría haber conseguido de haber apretado un poco más durante los primeros kilómetros, que visto desde la perspectiva de la segunda vuelta, medio regalé porque estuve muy "reservón". Pero bueno, como siempre digo, eso tampoco es lo más importante. Siempre habrá nuevas carreras donde poder mejorar las marcas personales de cada uno. Lo más importante es seguir entrenando, seguir aprendiendo y seguir con ganas de conseguir mejores resultados.

Para terminar con esta crónica, como es habitual os dejo unas cuantas fotos de la carrera y los datos del Garmin.





Con Carles
Con Joanra, Kyny y Xavi del USK Team

sábado, 7 de marzo de 2015

#RetoSub3h. Semana 19/21

Después de varias semanas de muchos kilómetros a pie (en especial las dos últimas), en esta ya tocaba empezar a bajar el ritmo e ir recuperando piernas de cara al 15 de marzo. A estas alturas ya tengo prácticamente todo el trabajo hecho, por lo que durante esta última semana entrené bastante menos y hasta me permití el lujo de saltarme algún entreno, cosa que compensé el domingo haciendo una de mis mejores carreras hasta el momento en la Mitja de Cambrils. Suponía que después de tanto entreno llegaría bien al último test antes del maratón, pero para nada imaginaba que podría parar el crono en 1h21'29" sin haber dado lo máximo, al menos en los primeros 10km de carrera. Así, cierro esta 19ª semana muy contento y con la moral por las nubes de cara al Zurich Marató de Barcelona. Y aquí me voy a tirar a la piscina. Ya sé que un maratón es un maratón y pueden pasar mil cosas, pero habiendo entrenado y competido de la forma en que lo llevo haciendo los últimos meses, todo lo que no sea bajar con un cómodo margen de las tres horas, será un fracaso. Estoy perfectamente preparado y mentalizado para conseguirlo y sólo un muy mal día (en el que se junten varias cosas malas) me va a poder impedir que lo logre. Pero bueno, eso ya son factores externos que no dependen tanto de mí. Lo más reconfortante es que llevo hechos los deberes bien hechos y que tengo la confianza en mí mismo de poder conseguirlo, y además disfrutando en todo momento.

En cuanto al entreno semanal, como decía, poca cosa. Algo más de seis horas con dos sesiones de natación, una de bici y tres de carrera repartidas así:

Lunes 23/02.- Sesión de natación compuesta por 1x1000 (300 crol + 2x(50 braza + 50 espalda) + 200 pies + 200 progresivos + 100 crol suaves), 3x400 haciendo el primero con palas, el segundo estilos y el tercero con pull y 200 más suaves para terminar. En total, 2.400 metros en 50'05".

Martes 24/02.- En un día desapacible con muchísimo viento y algo de frío aún, me costó arrancar pero al final me decidí a salir a correr (estuve a punto de no hacerlo). Fueron 50'02" para hacer 11,15 km a un ritmo medio de 4'29"/km.

Miércoles 25/02.- Tras una tarde de mucha pereza, con el mismo o más viento que el día anterior, cansado y negociando conmigo mismo a cada rato para ver si salía o no salía, primero tuve la intención de no ir a nadar pero sí salir a correr y, al final, lo dejé todo y preferí descansar. Me supo mal, pero mirado fríamente no creo que este "escaqueo" tenga la menor importancia. Llevaba desde el 16 de diciembre del año pasado sin un solo día de descanso y creo que fue positivo, tanto física como mentalmente, darme una pequeña tregua.

Jueves 26/02.- Salida en bici de 1h30'12" para hacer 44,93 km a una media de 29,9 km/h y unos 350 metros de desnivel positivo.

Viernes 27/02.- Segundo entreno de natación de la semana formado por 400 variados, 6x50 (los tres primeros progresivos y los tres últimos regresivos), 6x pirámide de 25 - 50 - 100 - 50 - 25 (25 a tope, 50 técnica y 100 haciendo: 25 fuertes + 50 respirando por el lado malo + 25 alegres) y 200 suaves para terminar. Otros 2.400 metros en 43'16". En varias series de 25 metros bajé de 22". Ya sé que es un tiempo discreto (por no decir mediocre), pero firmaría ahora mismo nadar a esos ritmos en competición.

Sábado 28/02.- No es lo habitual el día antes de una competición, pero para buscar sensaciones algo más reales de cara al maratón, el sábado hice un rodaje de 1h00'05" (con 6 progresivos de 20" incluidos) para correr 13,40 km a un ritmo medio de 4'29"/km.

Domingo 01/03.- Por primera vez, corrí la Mitja de Cambrils y ni el resultado ni las sensaciones podrían haber sido mejores, parando el crono en 1h21'29" y mejorando en más de dos minutos mi última mejor marca personal. 

Espero escribir dentro de poco la crónica con todos los detalles pero esta semana (en la que estamos) no está siendo nada fácil. El miércoles Iker empezó a vomitar cada vez que comía y llevamos desde el miércoles "ingresados" en el hospital. Ahora ya está bien pero primero es lo primero, y en este caso la actualización del blog deberá esperar un poco. De momento dejo la foto que nos hizo Arancha el domingo de la Mitja de Cambrils a los dos juntos. Ánimo que ya lo tenemos casi superado pequeño!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...