viernes, 29 de abril de 2016

Crónica IV Infinitri Triatlón MD Peñíscola


Tercera semana consecutiva de competición y primer Half de la temporada. Tras escuchar muchos y muy buenos comentarios sobre el Infinitri Half de Peñíscola, el pasado mes de agosto decidí inscribirme a este triatlón con la idea de que me sirviera como un muy buen entreno de cara al Ironman de Niza, para el que ya falta menos de un mes y medio. Este triatlón encajaba perfectamente en el calendario y sus recorridos guardan cierta similitud con Niza, así que me animé y ahora, después de haberlo hecho, puedo decir que acerté de lleno. Pero como siempre, vayamos poco a poco.

El viernes por la tarde, después de comer, Arancha, Iker y yo salimos desde Tarragona para encontrarnos pronto con Xavi, sus padres y su hermana y dirigirnos a Peñíscola.  Llegamos pasadas las seis de la tarde y fuimos recibidos por una fina lluvia. Allí enseguida nos encontramos con Raquel, Joanra, Melani y Kyny, que habían llegado a Peñíscola el día antes. Antes de cenar, nos dio tiempo a dar un paseo por el pueblo, subir al castillo y, de paso, hacernos una idea de lo que iba a ser el recorrido de la natación. Un poco despúes llegaron también Sara y Laura, que vinieron a pasar el fin de semana con nosotros también. Por la noche el grupo tan grande se separó y Xavi y yo fuimos a cenar al piso que habían alquilado Raquel, Joanra, Melani y Kyny para el ese fin de semana largo y aprovechamos para ir haciendo la carga de hidratos.

El sábado por la mañana, sobre las nueve y media, había quedado en la puerta del hotel con Xavi, Joanra y Kyny para salir a trotar un rato y, de paso, reconocer un poco el teórico recorrido de carrera a pie. El día antes de una competición no se suelen tener unas sensaciones demasiado buenas (al menos yo) y entre eso y el recorrido a pie con tanto tobogan en los primeros kilómetros no terminé muy convencido. Tenía la intención de correr a un ritmo alto el día siguiente y con ese perfil iba a ser más complicado de la cuenta. De todas formas, aún con esas malas sensaciones y arrastrando algo de cansancio por las últimas duras semanas de entrenamiento que llevaba en las piernas, me sentía confiado. Después del trote mañanero nos dimos una ducha y fuimos a la feria a recoger los dorsales, pulsera y gorro de natación. Empezaba así el largo día de ir de un lado para el otro para cumplir con todos los “trámites” necesarios (briefing, check-in de la bici en boxes,...). A pesar que el sábado hizo un día muy bueno, las previsiones para el domingo no eran tan buenas. Aunque no se esperaba nada de lluvia sí que todo hacía indicar que el viento iba a soplar, y de qué manera (en todas las previsiones de internet auguraban rachas de viento de más de 60 km/h). El sábado por la tarde también vinieron a Peñíscola la prima y los padres de Joanra. Cuando ya lo tuvimos todo hecho, pasadas las siete de la tarde y ya con toda la “expedición” al completo, fuimos a dar otro paseo por la zona del castillo y sus calles. Después, cena lo más pronto posible y al hotel a descansar. Como ya sabía, entre unas cosas y otras me fue imposible acostarme antes de las once y media y el despertador iba a sonar a las cinco y cuarto, con lo que el tiempo de descanso no iba a ser el deseado.

Por lo menos dormí muy bien y aproveché las pocas horas de sueño de las que disfruté (en esta ocasión Iker durmió como un tronco). Como soy tan especial con lo que como, me llevé de casa el desayuno y no bajé al buffet del hotel. Así, pude cumplir con mi ritual y me comí un plátano, bebida de arroz con semillas de chía y muesli y una rebanada de pan integral con crema de cacahuete. A las seis de la mañana había quedado con Xavi en la puerta del hotel para pasar a recoger a Joanra y Kyny y dejar todo lo necesario en boxes. A esa hora de la mañana hacía bastante frío y, por desgracia, las previsiones de viento se habían cumplido. Si ya de por sí no se preveía una carrera fácil, esto iba a complicar todavía más las cosas. Cuando lo tuvimos todo hecho en boxes volvimos a casa de Joanra y Kyny a resguardarnos del frío y a ponernos los trajes de neopreno con tranquilidad, con tanta que cuando faltaban menos de diez minutos para que llamaran a Xavi (salía en la segunda salida) aún estábamos en casa. Del calentamiento mejor ni hablamos aunque sí que nos dio tiempo de tocar el agua. Comparado con lo de dos semanas atrás en el Ebro, la de Peñíscola me pareció estar a una muy buena temperatura. Antes de salir, en la playa, me encontré con Eric. Es muy buen nadador y todavía mejor ciclista, así que en ese aspecto sus tiempos me servirían de referencia para saber de que manera me encontraba yo.

Como decía, Xavi salió en la segunda tanda (después de los federados de la Comunidad Valenciana) mientras que Joanra, Kyny y yo hicimos lo propio en la tercera. Por problemas con la Federación Catalana de Triatlón corrí como no federado a pesar de disponer de licencia. Fue un hecho sin demasiada importancia que, en la práctica, sólo retraso mi salida tres minutos respecto a los federados y la hizo un poco menos numerosa que la segunda. Mejor.

A las 7:40 dieron la salida de nuestro grupo y, como ya nos habían informado, los primeros 120 o 130 metros los hicimos caminando. El agua apenas nos cubría a la altura de los tobillos y era imposible nadar. Esos primeros metros los hice con calma, caminando tranquilo cerca de Kyny y Joanra. Pasados esos primeros metros, cuando el agua empezó a cubrir lo suficiente como para dar brazadas, me tiré al agua y ahí empezó mi natación. El circuito, de unos 2.100 metros, tenía la peculiaridad de empezar y terminar en playas diferentes, debiendo bordear el espectacular castillo de Peñiscola. Hasta la primera boya no hubo ninguna complicación. Puede que fuera el inicio de natación más cómodo que he hecho hasta ahora, ni un golpe, sin oleaje, respirando muy tranquilo... Incluso el giro en la primera boya lo hice sin encontrarme ningún tapón como pasa habitualmente. Una vez hecho el giro a la izquierda, empezamos a bordear el castillo. En ese momento me desvié un poco y me fui pegando demasiado al espigón sin contar que la siguiente boya estaba algo separada de la pared para dejar una distancia de seguridad entre nosotros y las rocas. La pérdida de tiempo y los metros nadados de más no fueron graves. Rectifiqué el rumbo y a los pocos segundos ya estaba en la línea correcta. Durante el tramo en el que bordeamos el castillo tuvimos algo de corriente en contra que nos tiraba hacia dentro y hasta se notó cierto oleaje, haciendo que algunas de mis brazadas se perdieran directamente en el aire y no cogieran agua. Después de bordear el castillo, ya sólo faltaba volver a girar a la izquierda y dirigirse a la zona de transición. Como siempre, esa última recta, cuando crees que ya lo tienes todo hecho y empiezas a ver el arco de llegada, es el tramo que más largo se me hizo. En aquel momento decidí aumentar un poco el ritmo. Me sorprendió adelantar a varios triatletas con los gorros blancos (segunda salida), incluso a alguno con gorro rojo (de la primera), que habían salido unos seis minutos antes que nosotros. Supuse que no habría nadado tan mal, y así fue. Completé los algo más de 2.100 metros en un tiempo oficial de 36’09” (parcial 205). Salí contento del agua aunque con la sensación (de siempre) de haber podido dar algo más. Aún así, lo di por bueno.



La T1, como es habitual en mí, me la tomé con relativa calma. Siempre prefiero asegurarme de secarme bien los pies y quitarme la arena que ir con prisas y poder lamentarlo luego. Aún así, tras cuatro minutos largos estaba iniciando el sector bici. Los primeros kilómetros en bici fueron los peores momentos de toda la carrera. Mucho viento en contra, recorrido con ligera pendiente ascendente y yo, sin demasiada fuerza en las piernas. Me costó mucho arrancar. Lo menos malo es que en subida siempre me defiendo bastante bien y, aún sin encontrarme del todo cómodo, fui recuperando alguna que otra posición. En ese tramo de 15 km de salida de Peñíscola en dirección a Càlig, donde empezaban las dos vueltas, alcancé a Xavi. Comentamos un poco como nos había ido la natación pero enseguida nos separamos. A partir del kilómetro 20, llegando a Sant Jordi, fue cuando empecé a sentirme relativamente bien. Ahí dejamos de subir y empezamos con los toboganes. Además, después de ese giro el viento dejó de darnos de cara y, aunque tampoco lo tuvimos a favor, no molestaba tanto. Tras la zona de toboganes llegó la subida a Cervera, el punto más alto del recorrido y con el desnivel más exigente. La verdad es que disfruté mucho de esa subida porque estaba pasando por mis mejores momentos sobre la bici. La bajada ya fue otra cosa. Si ya soy justito bajando, el viento, la bicicleta de triatlón y las ruedas de perfil, no invitaban a muchas alegrías, así que bajé con cuidado. Como es lógico, perdí posiciones pero preferí no jugármela. Durante la misma me crucé, primero con Xavi y, un poco más atrás, con Joanra y Kyny. Sin darme apenas cuenta estaba finalizando la primera vuelta y la cosa, tras un mal comienzo, empezaba a pintar distinto. El final de la primera vuelta, marcado por una gran recta en bajada en la que, en condiciones normales, se podría haber corrido muchísimo, la hice agarrado al manillar con todas mis fuerzas después de haber intentado acoplarme y salir casi volando por el viento. Ahí me llevé un pequeño susto y no me quedaron ganas de arriesgar más. La segunda vuelta en general fue más cómoda y más rápida. Mi estado de ánimo había mejorado muchísimo y, de esa forma, parecía que el viento soplaba menos y que las pendientes eran menos pronunciadas. Antes de empezar a subir por segunda vez a Cervera adelanté a Bernardo, un compañero de entrenos que competía como federado de la Comunidad Valenciana. Tras completar la segunda subida a Cervera y la correspondiente bajada, donde me volví a cruzar con Xavi pero ya no con Joanra y Kyny, llegué al tramo de 15 km de enlace entre Càlig y Peñiscola. Lo que de ida había sido un infierno, ahora fue un tramo rapidísimo, con el viento soplando un poco a nuestro favor y la carretera en continua bajada. Últimos kilómetros en bici y, sorpresa! De repente escuché la voz de Eric que, inesperadamente, estaba detrás de mío. Eso acabó por subirme la moral. Eric es muy buen ciclista y tenerlo detrás significaba, a priori, que yo estaba haciendo un buen tiempo en bici. Eso me dio fuerzas y, entrando ya en los últimos kilómetros, apreté y llegué a la T2 unos segundos antes que él. El tiempo final en bici, tras 90 km y unos 1.200 metros de desnivel positivo, fue de 2h53’34”, consiguiendo el parcial 173.





Segunda transición muy rápida en poco más de minuto y medio y a correr. No sé como definir esta parte de la carrera, pero la sensación que tuve fue espectacular. Nunca había corrido tan rápido ni tan cómodo en un triatlón de media distancia pero supongo que los entrenamientos largos de las últimas semanas están haciendo su efecto. Prácticamente sin notar esfuerzo empecé a correr por debajo de 4’/km (pasé el primero en 3’53”). Suponía que no iba a ser fácil mantener un ritmo alto y antes de empezar a correr hubiera firmado mantener un ritmo medio de 4’15”/km a lo largo de los 20 km, pero no. Eso se quedó corto esta vez. Ni los toboganes ni el tramo de camino de arena compacta (aunque con mucha piedra suelta) me frenaron. En los primeros kilómetros adelanté a Manel (ex compañero de trabajo y otro “animal” en bici) y pasé el diez mil en 40’20”. De locos! Lo mejor de todo es que no corría forzado. No diré que corrí sin esforzarme pero sí que lo hice con suficiencia a un ritmo que sabía que podría mantener durante los 20 km. Y así fue. Hice un tramo a pie muy constante sin apenas altibajos en mi ritmo, disfrutando del momento, del entorno y del paisaje y, aunque suene un poco cursi, del placer que da vivir la vida de esta manera. Antes de que pudiera darme cuenta, ya estaba corriendo sobre la alfombra roja para entrar en meta. Iba rápido pero mirando a ver donde estaba Arancha para entrar de la mano de Iker. Aún así, me lo pasé de largo y cuando les vi tuve que volver unos metros hacia atrás para cogerle en brazos. En los últimos metros me paré a caminar, puse a Iker en el suelo y le cogí de la mano. Vi que por detrás venían un par de triatletas y, muy deportivamente, se quedaron detrás nuestro, a lo que yo respondí dejándoles pasar. Ya estaba todo hecho y ahora daban igual los segundos arriba o abajo y la posición en la clasificación general, se trataba de disfrutar del momento con las personas que más quieres y eso hice. Finalmente, entré en meta con un tiempo de 4h54’14”, terminando el 77 clasificado de la general (resultados) y habiendo hecho los 20 km de la carrera a pie en 1h18’02” marcando el 20º mejor parcial. Sin palabras.






Llegada a meta de Xavi
Llegada a meta de Kyny y Joanra
Para ser sinceros, no esperaba un resultado así. El de Peñíscola es un half bastante duro y en principio me conformaba con terminar entre 5h10’-5h15’, pero la cosa salió muy bien en general a pesar de la gran incomodidad del viento en bicicleta. Sin eso estoy convencido que el resultado hubiera sido mucho mejor.

En cuanto a mis compañeros y amigos, todos bastante bien. En cuanto a los miembros del USK Team, Xavi terminó en 5h47’02” y Joanra y Kyny entraron juntos a meta en 5h59’59”. Por su parte, Eric hizo 5h06’46”, Manel 5h13’39” y Bernardo 5h17’51”.



Antes de terminar y agradecer el apoyo de todas las personas que compartieron con nosotros el fin de semana, colgar fotos, los resultados del Garmin, etc., me gustaría decir un par de cosas. La primera de ellas sobre el drafting. Estamos de acuerdo en que éramos muchos y que en según que tramos de carretera estrecha, sobre todo al principio, era difícil ir solo. Pero no siempre fue así y la gente se pasó el tema del no drafting por el forro. No sé cuantas tarjetas enseñaron los jueces por ese motivo pero mucha gente hizo trampas, así de claro. Vuelvo a decir que en algunos tramos fue complicado ir a 10 metros del de delante, pero en muchos otros casos vi una clara intención de muchos de ir a rueda. La pena es que no fueron casos aislados y por desgracia vi muchos. Que cada uno cargue con su conciencia. Y la segunda cosa que me gustaría comentar es que, ¿para cuando tarjetas o descalificaciones a los “guarros” que tiran envoltorios de geles y barritas al suelo sin ningún miramiento? Ahí lo dejo. Como con el tema del drafting, que cada uno piense lo que hace pero desde luego creo que no cuesta nada meter el envoltorio en el mismo sitio de donde lo coges, ya sea en los bolsillos del tri mono o en alguna bolsa de la bici.

Ahora sí, habiendo hecho este par de apuntes, toca agradecer a todos los que compartisteis conmigo este fin de semana. Gracias como siempre a Arancha e Iker por aguantar lo que aguantáis, a Xavi y su familia (padres y hermana) por tantas atenciones y ayuda, a Melani, Raquel, Kyny (además de triatleta, hizo de cocinero), Joanra y sus padres (sponsors del club) y prima y a Sara, Laura y Òscar (que ya no sé cuantas veces han venido a acompañarnos y compartir con nosotros días así). Aunque el triatlón sea, en teoría, un deporte individual, experiencias como la de este fin de semana se disfrutan más en equipo. Personalmente, creo que nunca antes había disfrutado así del deporte ni de unos amigos y compañeros como los que tengo la suerte de tener a mi lado. Gracias a todos y a pensar en la siguiente!


Para terminar, os dejo alguna foto más y los resultados del Garmin. Aquí hay un pequeño fallo ya que no sé si fui yo o en algún roce con alguien mientras todavía nadaba, pulsé el botón de inicio de transición antes de salir del agua y me marca la natación en 32’56”, una primera transición más corta de lo que fue en realidad y una bici unos minutos más larga. Por lo demás, todo está correcto.

miércoles, 27 de abril de 2016

Camino del IM Niza: Semana 27/33

Semana de entrenamientos a medio gas pensando por un lado en recuperarse bien de la “paliza” que me había metido pocos días antes en la Canyon Cambrils Park y por el otro en llegar lo más fresco posible al Half de Peñíscola. La verdad es que no me vino mal bajar un poco el volumen y la intensidad general de los entrenamientos con la intención de hacer una buena carrera el domingo, aunque Peñíscola no fuera el objetivo principal de la temporada. A pesar de eso y de no importarme llegar un poco más cansado de la cuenta a la competición, quería hacerlo bien. La moral y la confianza en uno mismo, bajo mi punto de vista, son casi tan importantes como el entrenamiento y hacer una buena carrera a estas alturas de la temporada, a mes y medio para Niza, podría suponer una gran inyección de ambas cosas.

En esta situación, a caballo entre dos semanas de competiciones largas y recordando que el domingo en Peñíscola sumaría tres fines de semana consecutivos compitiendo (tras el Trilimit y la Canyon Cambrils Park), decidimos bajar el volumen de entrenamientos. Sin contar el día de la prueba, esta semana sólo hice un par de sesiones de natación (5.200 metros), una de bici (algo menos de 40 km en el rodillo) y tres de carrera a pie (unos 25 km sin demasiado ritmo). Además, martes y viernes tuve descanso total que aproveché para limpiar y preparar la bici (martes) y para instalarnos tranquilamente en Peñíscola (viernes por la tarde). Y sumando la competición, esta semana acumulo “sólo” unas 10 horas que han quedado distribuidas así: 

Lunes 18/04.- Con las piernas cansadas después de un fin de semana muy cargado, empecé con un rodaje a pie cómodo de 33’58” para hacer 7,25 km a un ritmo medio de 4’41”/km. Después del rodaje, entrenamiento en la piscina con Diego en el que hicimos 700 calentamiento suave, 2x50 espalda, 4x25 crol cada 30", 8x50 crol cada 50", 100 en 1'30", 100 regenerativo, 100 en 1'30", 100 regenerativo, 100 estilos, 200 en 3'20", 200 regenerativo. 100 en 1'35", 100 regenerativo, 50 fuertes, 150 regenerativos, 4x100 (25 cómodos, 25 progresivos, 25 fuertes, 25 regenerativo). En total, 3.000 metros en 54’23”. 

Martes 19/04.- Día de descanso que aproveché para ir al fisio a hacerme un masaje de descarga (creo que fue de las veces que peor lo he pasado) y limpiar y engrasar la bici y cambiar las cubiertas. 

Miércoles 20/04.- Rodaje a pie a mediodía, entre trabajo y trabajo, de 50’24” para correr 11,11 km a un ritmo medio de 4’32”/km. Fue un día de mucho viento. 

Jueves 21/04.- Tras una mañana lluviosa y aún con algo de riesgo, preferí no salir en bici y quedarme en el rodillo. Hice un entreno más corto que si hubiera salido pero en el rodillo casi se puede decir que el tiempo vale por dos. Hice 15’ de calentamiento + 10x2’ fuertes (recuperando 2’ de cadencia) + 5’ suaves + 5x15” muy fuertes (recuperando 45” suaves) + 5’ de enfriamiento. En total, 1h10’01” para un total de 37,38 km a una media de 32 km/h. Después del rodillo, sesión de agua en la que hice 500 calentamiento (100 espalda, 100 crol, 100 braza, 100 crol, 100 estilos), 5x100 pies aletas, 6x50 progresivos por debajo de 50", 5x100 palas + pull, 200 variados suaves y 200 con flotadores en los tobillos y en las muñecas. En total, 2.200 metros en 40’17”. 

Viernes 22/04.- Descanso y viaje a Peñíscola después de comer con Arancha, Iker, Xavi y su familia. Allí nos encontramos, además de con la lluvia, con Raquel, Joanra, Melani y Kyny, que habían llegado el día anterior. Un poco más tarde, también llegaron para pasar el fin de semana con nosotros Sara y Laura. Por la noche, cena de grupo en el piso que habían alquilado con Kyny ejerciendo de cocinero y haciendo unas pizzas caseras (la mía vegana) muy buenas. 

El Team Peñíscola reunido
Pizza Vegana handmade by Kyny
Sábado 23/04.- Sobre las nueve y media habíamos quedado los cuatro (Xavi, Joanra, Kyny y yo) para hacer un poco de rodaje suave pre-competición y hacer un poco de reconocimiento del circuito. Sólo hicimos 31’51” (con algún que otro progresivo) para correr 6,10 km a un ritmo medio de 5’13”/km. Creo que los cuatro nos quedamos convencidos que el circuito de carrera a pie iba a ser muy duro, ya que había varios toboganes importantes. Después del entreno, ducha, recogida de dorsal, cambio de hotel y por la tarde check-in de la bici en boxes. 

Domingo 24/04.- Carrera con unos recorridos complicados (especialmente en bici) que el viento se encargó de complicar todavía más. A pesar de esa dificultad extra, en líneas generales puedo decir que disfruté muchísimo de este triatlón y acabé con unas sensaciones increíbles. Dejo todos los detalles para la crónica, que espero escribir entre mañana y pasado. De momento os dejo mi resultado (4h54’14”), y una foto con Iker y con el grupo al terminar la carrera. 



Ahora tocará una nueva semana muy tranquila al principio, con un par de días de descanso para recuperarse bien y el fin de semana volveremos a la carga, esta vez sin competición. Ahora, antes de Niza, ya sólo me queda participar en la Polar Gran Fondo la Mussara, el 14 de mayo, y ya estará casi todo hecho. Definitivamente, entramos en las semanas claves, que no me pase nada...

Para terminar, os dejo una foto del grupo (aunque falta gente que también nos acompañó a lo largo del fin de semana). Creo que nunca antes había disfrutado tanto de los entrenamientos y de las competiciones como ahora. Y puede parecer una tontería, pero a lo mejor los buenos resultados también tienen algo que ver con estos pequeños detalles. Muchas gracias a tod@s por compartir con nosotros este gran fin de semana! Hay que empezar a pensar en la siguiente!!!

viernes, 22 de abril de 2016

Crónica Canyon Cambrils Park

El pasado sábado participé en la marcha cicloturista Canyon Cambrils Park. Hace dos años ya la hice e, igual que este, estaba apuntado al recorrido largo, pero aquel día las condiciones meteorológicas no acompañaron y la organización se vio obligada a tomar la decisión de que todos los participantes hiciéramos el recorrido corto de 104 km. Por suerte, este año la cosa cambió y pudimos disfrutar de un día soleado y sin apenas viento, con lo que pude sacarme la espina de hace dos años completando el espectacular recorrido de 184 km con casi 3.000 metros de desnivel positivo acumulado. Desde que me inscribí pensé que esta marcha me serviría como entrenamiento de calidad de cara a Niza, y vaya si me sirvió. Las distancias y los recorridos tienen cierta similitud (aunque el recorrido de la Canyon Cambrils Park sea algo más exigente), así que no podía dejar pasar la oportunidad de hacerla.

La participación en esta marcha (no digo carrera porque no era competitiva y, de hecho, no hay clasificaciones) no condicionó demasiado mi plan de entrenamientos, con lo cual no se puede decir que hiciera ningún tipo de preparación específica las semanas previas ni que llegara descansado el día de la prueba. Lo que sí sabía es que, en general, llegaba en buenas condiciones y que en las últimas salidas en bici me había sentido muy bien.

La marcha empezaba pronto, a las ocho de la mañana, con lo que tocó madrugar. Después de dormir poco (Iker pasó muy mala noche) me desperté algo justo de tiempo, sobre las seis y media. Desayuné con algo de prisa y me fui a Cambrils. No llegué muy sobrado de tiempo pero unos quince minutos antes de las ocho ya estaba colocado en mi cajón. Demasiado pronto. Cuando faltaban diez minutos para la hora de la teórica salida, la organización comunicó por megafonía que la salida se iba a retrasar unos quince minutos, que luego fueron veinte. Las espera allí, en el cajón, rodeado de ciclistas y sin apenas espacio para poder moverme, se me hizo larga y aburrida. Además, a esa hora aún hacía algo de fresco. Finalmente, sobre las 8:20 se dio la salida. Los primeros kilómetros pedaleando por dentro de Cambrils fueron neutralizados y en algún momento se llegó a formar algún tapón, pero sin incidentes que lamentar por suerte. Una vez salimos de Cambrils nos dirigimos a Mont-roig, desde donde íbamos a empezar a subir el primer puerto del día (Colldejou), que coincidía con el tramo cronometrado. Decidí subir con algo de intensidad pero pensando en lo que me quedaba por delante, así que reservé. Hice toda la subida a plato y prácticamente todo el rato fui de pie bailando sobre la bici. No sé si es la forma más correcta pero es como yo me siento más cómodo subiendo puertos. Quizás abuso de ir tanto rato de pie y con poca cadencia, pero insisto en que es como voy mejor y siento que aprovecho más mis pedaladas. Además, hasta la fecha nunca me ha pasado factura ese supuesto esfuerzo extra.

Coroné Colldejou con un tiempo parcial de 33’31” (resultados), subiendo el puerto a una media de 21,5 km/h. No tengo ni idea de la posición general que conseguí con ese tiempo, aunque supongo que estuvo bastante bien. Una vez dejamos atrás Colldejou y la Torre de Fontaubella, iniciamos un tramo sube-baja hasta Falset y de ahí iniciamos la subida hasta Gratallops, cómoda y sin una pendiente demasiado pronunciada. Pasado Gratallops, más o menos en el kilómetro 50, los circuitos se empezaron de separar. Así, los participantes del circuito corto (104 km), fueron los primeros en desviarse hacia la derecha para dirigirse a Torroja del Priorat. Pocos kilómetros después, los del circuito mediano (122 km) hicieron lo propio desviándose en dirección a la Vilella Alta y asi, de golpe y porrazo, me quedé pedaleando solo. Me sorprendió un poco porque pensaba que habría más gente haciendo el circuito largo, pero no fue así. El caso es que desde ese momento (era el kilómetro 55 más o menos) hasta el final fui prácticamente solo. De vez en cuando encontraba algún pequeño grupo de cuatro o cinco ciclistas, pero poco más.

Lejos de agobiarme, creo que de algún modo esta soledad me vino bien. En Niza también me tocará ir solo, así que como simulacro fue genial. La parte negativa fue que quizás me acomodé un poco y no me esforcé igual que si hubiera ido en grupo. Como iba diciendo, pasado Gratallops empezó un largo tramo largo de subida continua que nos llevó a Ulldemolins, cerca del punto más alto del recorrido, pasando antes por la Vilella Baixa, Cabacés, La Bisbal de Falset y Margalef. En Ulldemolins, cuando llevaba algo menos de cuatro horas de marcha, paré por primera vez a rellenar los bidones y a comer algo de fruta en el avituallamiento. Llevaba poco menos de 100 km y hasta el momento había podido ir tirando con las barritas y geles que llevaba desde la salida. Allí sí me encontré algún que otro ciclista pero siempre en grupos muy pequeños. No tardé demasiado en volver a arrancar. Ahora tocaba un tramo rápido de descenso hasta Cornudella pasando por el Coll d’Albarca. En ese tramo de bajada perdí alguna posición, y es que bajando dejo mucho que desear. No es nada nuevo. Cada vez que participo en una carrera o marcha de este tipo me doy más cuenta. Puede parecer una tontería, pero a pesar de que bajando normalmente siempre se va más o menos rápido, a la larga pierdo muchísimo tiempo y en eventos de larga distancia como este podemos estar hablando de entre diez o quince minutos, sin exagerar. El caso es que bajando no voy cómodo, demasiada tensión, demasiado miedo, demasiado freno ante cualquier pequeño giro y todo ello acompañado de muy poca técnica. Ya sé que no me juego nada y que más vale no arriesgar (eso lo tengo clarísimo), pero al menos me gustaría aprender a bajar algo más rápido y con menos miedo. Habrá que entrenarlo...

Una vez en Cornudella, empezamos la siempre complicada subida hasta la Morera del Montsant, el antepenúltimo puerto del día. Subida incómoda y con tramos de bastante pendiente que superé relativamente bien. Subir a la Morera por ese lado resultó incómodo, aunque no llega a serlo tanto como por Escaladei, donde la subida es realmente dura. Aun así, mirad si soy “malo” bajando que prefiero hacer mil veces esa subida desde Escaladei que hacerlo en el sentido opuesto y tener que hacer ese tramo de bajada. No puedo decir que lo pasara mal pero sí que bajé sin soltar la mano del freno. Este tramo de la Morera hasta Escaladei es un camino asfaltado (por llamarlo de alguna manera) que no está en muy buen estado y con alguna pendiente de alrededor del 17%. Si ya no me la había jugado antes, en este punto fui todavía más conservador.

Superada la bajada, suena un poco ridículo pero es así, me sentí aliviado y empezó un tramo de carretera que conozco y que me gusta mucho, desde Escaladei hasta Poboleda y de ahí hasta el desvío donde empezamos el ascenso hasta el Coll de Porrera. Dejando la dureza del recorrido al margen, sólo puedo decir que me siento afortunado de disponer de zonas y carreteras así para entrenar en bici. Esa zona del Priorat es espectacular y tiene unos paisajes increíbles, además de carreteras en muy buen estado y poco transitadas. Lo dicho, un lujo poder tener esto tan a mano. Subiendo el Coll de Porrera volví a encontrarme con un grupo de ciclistas e hicimos parte de la subida juntos. El final estaba cada vez más cerca y había que quemar los últimos cartuchos, así que subí con fuerza y poco a poco les dejé atrás. Subí bien y llegué al punto más alto del puerto bastante fresco. La correspondiente bajada hacia Porrera no la hice del todo mal, entre otras cosas porque no es demasiado técnica y la carretera es bastante ancha. Aún así, fui con cuidado.

Habiendo dejado atrás Porrera ya sí que sólo faltaba hacer el último puerto, el Coll de la Teixeta, y de ahí hasta el final disfrutaríamos de unos 30 km de bajada. Antes de empezar la subida me encontré con Xavi. No participaba en la marcha pero había salido a entrenar y estaba por la zona, así que cuando nos encontramos se unió e hicimos los últimos kilómetros juntos. Una vez arriba, paré en el último avituallamiento y rellené un bidón. En teoría ya estaba todo el trabajo hecho y sólo faltaban los últimos kilómetros de bajada, donde podríamos disfrutar de la bajada por el Coll de la Teixeta hasta Duesaigües y Riudecanyes. Bajamos bastante rápido a pesar de la carretera estrecha y alguna que otra curva cerrada. Cumplimos el trámite sin ningún percance y llegamos a Montbrió para encarar los últimos 10 kilómetros en llano. No soy buen rodador, pero en aquel momento hasta agradecí pasar por algún tramo que no fuera de subida o bajada. En ese momento se unió a nosotros un grupo de cinco o seis ciclistas más y de ahí hasta el final algunos fuimos dando relevos (no todos, hay que decirlo) hasta el final. Lo que en principio iban a ser unos últimos kilómetros tranquilos se convirtieron en una tortura. Mi estómago empezaba a reclamar combustible y me sentía un poco vacío, pero aún así aguanté el tirón y di todos los relevos que pude. Esos últimos diez kilómetros los hicimos muy rápido y enseguida llegamos a Cambrils. Durante la marcha no tuve demasiado en cuenta el tiempo que llevaba ni el tiempo que podría hacer, pero en los kilómetros finales me dio por hacer cálculos y se me metió en la cabeza la idea de bajar de las seis horas y media. Antes de empezar hubiera firmado hacer entre 6h30’ y 6h45’, pero tal y como se había desarrollado la carrera sabía que podría bajar de ese tiempo. No me sobró mucho margen, pero finalmente pasé por meta parando el crono en un tiempo de 6h29’43” (resultados). Por poco, pero objetivo cumplido.

Terminé contento pero con la sensación de que podría haberlo hecho algo mejor, sobre todo si supiera bajar en condiciones. Además de eso, no me gustó la sensación de hambre con la que terminé la prueba. Está claro que no comí lo suficiente sobre la bici y eso aquí no, pero en el Ironman puedo pagarlo muy caro, así que tocará entrenarlo. En la Polar Gran Fondo La Mussara (de aquí a tres semanas) tendré una nueva oportunidad de hacer mejor las cosas.

Para terminar, os dejo el gran reportaje fotográfico (a precio razonable) que hizo la organización y los detalles del Garmin. A propoósito de la organización, he de decir que estuvo bastante bien en general aunque un poco floja en el avituallamiento final-comida (pasta con atún), donde no se tuvo en cuenta ni a los vegetarianos ni a los celíacos. Era o eso, o eso, sin ninguna otra opción. Entiendo que éramos muchos, que cuesta atender a todo el mundo y que la inmensa mayoría de los participantes ni son vegetarianos ni tienen problemas con el gluten, pero creo que a las alturas en las que estamos y con la cantidad de opciones que hay hoy en día se podrían barajar más opciones para cubrir las necesidades u opciones de todo el mundo. Al margen de eso, todo muy bien. Para repetir siempre que se pueda.











miércoles, 20 de abril de 2016

Camino del IM Niza: Semana 26/33

La cosa sigue viento en popa. Nueva buena semana de entrenamientos que saco adelante con nota y con la sensación de estar cada vez mejor físicamente. Estas cuatro últimas semanas de entrenamiento me han servido, además de para acumular muchas horas y kilómetros, para coger confianza de cara a Niza. Si todo se mantiene así de bien el tiempo que queda hasta el 5 de junio, estoy convencido que llegaré en unas condiciones muy buenas y no habrá ningún motivo para dudar de mi preparación, más bien todo lo contrario, tendré motivos de sobra para estar tranquilo y confiado de que todo saldrá bien. 

En resumidas cuentas y para no alargarme, esta semana han caído casi 16 horas de entrenamiento, casi todas ellas durante el fin de semana, donde acumulé unas diez. El resto de semana fue más o menos tranquila, con un dia entero de descanso (no descansaba desde el 17 de marzo) y varias sesiones sin mucha historia pensando en llegar lo más fresco posible al sábado. En total hice tres sesiones de cada disciplina quedándome algo corto nadando y corriendo, ya que hubo días en que fui con el tiempo más que justo y me fue imposible cumplir con todo. Aún así, terminé muy satisfecho. La 26ª semana ha quedado así: 

Lunes 11/04.- Cansado del fin de semana anterior, empecé el día con un rodaje a pie regenerativo de 27’57” para hacer 5,94 km a un ritmo medio de 4’42”/km. Tenía que haberlo alargado algo más pero iba muy justo de tiempo y a las 19h empezaba la natación. Después del rodaje, entrenamiento con Diego en la piscina en el que hice 1.300 suaves, 8x25 cada 25", 4x50 cada 50", 100 (25 alegres, 25 progresivo, 25 fuertes, 25 regenerativo), 1.500 seguidos, 200 muy suaves (alternando braza-espalda). En total, 3.500 metros en 1h04’18”, terminando bastante cansado. 

Martes 12/04.– Descanso. 

Miércoles 13/04.- Salida en bici después de trabajar sin muchas expectativas que acabó mucho mejor de lo esperado, lástima del viento. Fueron 2h29’53” en las que hice 75,80 km a una media de 30,3 km/h y casi 800 metros de desnivel positivo acumulado. En la salida, incluí un puerto de 20’ (desde Santes Creus en dirección al Coll de la Torreta) haciendo 30” de pie a plato, 30” sentado a plato y 3’ sentado con cadencia y luego, de vuelta a casa, hice 8x2’ fuertes recuperando entre ellas 1’ suave con cadencia. Y al llegar a casa, el recibimiento que lo compensa todo... 


Jueves 14/04.- Sin tiempo para más, a mediodía fui a nadar e hice 400 variados, 200 respirando cada 3 brazadas, 200 respirando por el lado malo, 200 estilos, 8x25 fuertes entre 21” y 23”, 800 palas + pull y 200 variados suaves. En total, 2.200 metros en 41’22”. 

Viernes 15/04.- En otro día complicado, donde no paré ni un momento, hice un rodaje a pie “express” a primera hora de la mañana de 44’49” para hacer 10,10 km a un ritmo medio de 4’26”/km. Me hubiera gustado nadar algo más pero me fue imposible. 

Sábado 16/04.- Sin duda, el mejor entreno de la semana. El día empezó en la marcha cicloturista Canyon Cambrils Park. Recorrido precioso de 184 km con unos 3.000 metros de desnivel positivo acumulado. Tenía el “mal recuerdo” de hace dos años, cuando la lluvia empañó bastante esta marcha, pero este año todo cambió y pudimos disfrutar de un gran día. Terminé el recorrido en 6h29’43” muy contento pero con la sensación de que bajando voy muy pez. Estoy convencido que bajando en condiciones hubiera reducido bastantes minutos ese tiempo final. En los próximos días intentaré escribir la crónica y os dejaré muchas fotos de los fotógrafos oficiales. Pero la cosa no acabó al terminar la marcha, tocaba transición, así que al terminar comí algo, me cambié de ropa y salí a correr con Xavi, que también me había acompañado durante los últimos kilómetros de la bici. Fueron sólo 36’45” para hacer 8,02 km a un ritmo medio de 4’35”/km, yendo de menos a más pero notándome con el estómago muy vacío y con hambre. Desde luego, habrá que tener mucho cuidado en ese aspecto en Niza para no llegar demasiado fundido. La parte positiva es que las piernas respondieron realmente bien durante el rodaje a pie. 



Domingo 17/04.- Para despedir la semana, nueva salida suave en bici de 2h53’06” en la que hice 84,64 km a una media de 29,3 km/h y algo más de 600 metros de desnivel positivo. Igual que el día anterior, la última hora y media fui con Xavi. Y después de la salida en bici, fuimos a nadar un rato a la playa. El agua aún está algo fría pero cumplimos con lo previsto, nadando unos 1.200 metros en 23’25” en un mar algo revuelto.



Y ahora vamos a por el 3 de 3. Este domingo, tercera semana consecutiva de competición en el Infinitri de Peñíscola, de media distancia. A pesar de todo el cansancio que acumulo espero llegar en condiciones de hacer una buena carrera y pasármelo lo mejor posible. Salvo cambio de última hora, será el último triatlón antes del Ironman de Niza, así que habrá que hacer una buena carrera por aquello de seguir ganando toda la confianza que sea posible.

jueves, 14 de abril de 2016

Crónica del Trilimit (Olímpico)

El sábado pasado inicié la temporada de triatlón participando en el Trilimit de Deltebre, en la modalidad olímpica. Esta distancia no es, ni mucho menos, mi distancia preferida pero este año la cosa tocó así y acompañado por Xavi y Joanra decidimos inscribirnos en esta competición para hacer un buen entrenamiento de calidad de cara al Half de Peñíscola de la semana que viene.

La carrera empezaba el sábado a las tres de la tarde así que salimos de casa con calma alrededor de las diez de la mañana rumbo a las "Terres de l'Ebre". Pasamos a buscar a Joanra a Vilaseca y de ahí a Deltebre, donde nos encontramos con Xavi y su familia. Todo estaba siendo demasiado fácil, así que Xavi decidió ponerle un poco de emoción al día dejándose las zapatillas de la bici en casa, con lo que tuvimos que ir deprisa y corriendo a un Decathlon cerca de Tortosa para comprarse unas zapatillas nuevas y unas calas. Tardamos un buen rato y hasta pasada la una de la tarde no empezamos a comer. Entre unas cosas y otras se nos fue echando el tiempo encima. Hicimos el check-in a falta de poco más de quince minutos para el inicio de la prueba y aún teníamos que ir caminando a la salida, que se encontraba a un kilómetro y medio de la zona de transición. Ese tramo lo hicimos con el neopreno puesto hasta la cintura y unos ratos caminando y otros corriendo porque no llegábamos. Tuvimos suerte de que la salida se retrasase un poco porque llegamos, y no es exagerado, unos tres minutos antes de las tres de la tarde. Nos acabamos de poner el neopreno y poco a poco nos fuimos metiendo en el agua, desde donde iba a dar comienzo la prueba.

La primera sensación al meterse al agua no pudo ser más desagradable. Estaba muy fría, concretamente y según la organización a 13ºC. La sensación fue muy parecida a la que tuvimos un par de semanas atrás cuando hicimos el primer intento de nadar en el mar, con la diferencia que aquel día abortamos la natación y aquí no teníamos escapatoria. Ya estábamos en el agua así que habría que nadar sí o sí. Como consuelo, sabíamos que el tramo de natación iba a ser rápido ya que íbamos a hacer los 1.500 metros con la corriente del río a favor. No sabíamos cuantos minutos de menos nos iba a suponer eso pero estábamos convencidos que se iba a notar.

Cuando pasaban unos minutos de las tres de la tarde se dio la salida y empezamos a nadar. No éramos muchos (algo menos de 200 en esta distancia) así que no hubo demasiados problemas de golpes y agarrones en el agua. A pesar de eso, al poco de empezar recibí un golpe que me hizo tragar agua, perder la coordinación de la respiración y que me obligó a estar unos segundos con la cabeza fuera para respirar tranquilamente y volver a arrancar. No fue grave aunque esto es algo que siempre incomoda un poco y, sobre todo, da una sensación de agobio y de ansiedad muy desagradable. Superado el bache, brazada a brazada, fui cogiendo un buen ritmo y enseguida tuve la sensación de estar nadando rápido. El recorrido era fácil, río abajo y con la referencia del puente donde se encontraba la zona de transición, así que tampoco había que estar levantando demasiado la cabeza para orientarse. La verdad es que durante la natación en ningún momento miré el reloj y por momentos perdí todo tipo de referencias relacionadas con el tiempo. Salí del agua sin tener ni una pequeña idea de lo que podía haber tardado y me sorprendí cuando miré el crono por primera vez y vi que todavía no marcaba los 17'. El Garmin marcaba casi los 1.500 metros (aunque no llegaba) así que lo de nadar a favor de la corriente había supuesto una ventaja muchísimo más importante de la que a priori podíamos haber previsto. Ni en mis mejores sueños podía esperar nadar a un ritmo medio de 1'12"/100 metros. 



Cuando llegué a mi bici vi que Xavi había salido del agua antes que yo. Sabía que acabaríamos casi a la vez (la corriente y el neopreno igualaron mucho las cosas) pero no esperaba que le fuera tan bien. Me alegré mucho por él pero me di prisa para recuperarle esos segundos de ventaja que me sacó y salir delante de él ya en bici. Poco después, cuando aún estábamos preparándonos para salir, llegó Joanra (casualmente estábamos los tres juntos en la transición). A pesar de tardar mucho en esa primera transición (más de tres minutos), conseguí salir delante de Xavi y ya en los primeros metros de bici nos separamos. Empezaba el tramo más duro de la carrera, con casi 40 km de bici (circuito de dos vueltas) luchando contra el viento.

La bici, como decía, fue más dura de lo que esperaba en un principio por dos motivos. El primero de ellos, el viento. En el tramo de ida, hasta el giro de la primera vuelta, lo teníamos relativamente a favor, y digo relativamente porque nos daba más bien de lado y había que hacer un esfuerzo extra para no dejarse arrastrar, pero una vez hecho el giro soplaba de cara, cosa que nos hizo sufrir mucho y, por supuesto, hizo que el ritmo se resintiera. Y el segundo motivo que hizo más duro de lo previsto el sector ciclista fue la ausencia de grupos relativamente grandes. En el grupo en el que estuve yo, como máximo, llegamos a ser seis, eso sí, todos fuimos muy "legales" y dimos bastantes relevos. Eso se agradeció sobre todo cuando se rodaba contra el viento. A pesar de que por momentos me costó rodar a los ritmos que marcaba el grupo, conseguí mantenerlo y durante todo el tramo ciclista no perdí ninguna posición, es más, al final aún tuve ganas de pegar un tirón, también conocido como "hachazo" y llegar primero del grupo a la T2. Terminé la bici contento como pocas veces, consciente de que había sabido sufrir y mantener el ritmo del resto de compañeros en todo momento. Eso sí, a costa de desgastarme más de lo esperado.




Llegué a la T2 relativamente bien aunque notando el estómago vacío. Sólo había bebido un par de sorbos de isotónico durante la bici y no llevaba nada más encima para tomar. Hice la transición muy rápido (poco más de un minuto) y empecé a correr a un ritmo bastante alto cercano a 3'50"/km. Tenía el consuelo de que 10 km me iban a pasar volando y que, a malas, en algún avituallamiento podría coger algo en caso de sentir que me fallaban las fuerzas. Corriendo tenía el objetivo claro de bajar de los 40', y lo cumplí con mucho margen. Una vez más, hice un tramo de carrera a pie muy bueno, ganando posiciones continuamente y manteniendo un ritmo prácticamente idéntico durante los diez kilómetros, incluso permitiéndome la licencia de subir el ritmo en alguno y pasarlo por debajo de 3'45"/km. La verdad es que disfruté mucho corriendo. Desde Sevilla que no me había encontrado tan bien. Lo único negativo de la carrera a pie volvió a ser el viento, con la diferencia respecto a la bici que en este caso también hubo tramos (el final de las dos vueltas) en que el viento soplaba a nuestro favor y nos empujó hasta la zona de meta. Algo es algo. 

Terminé los 10km en 38'35" y paré el crono en meta con un tiempo final de 2h03'14" (mejor marca personal), quedando el 13º clasificado de la general (resultados) y marcando el cuarto mejor parcial en la carrera a pie. Resultado totalmente inesperado que me supo a gloria teniendo en cuenta que es el primer triatlón de la temporada y que no estoy demasiado acostumbrado a estas distancias (es el cuarto triatlón olímpico que hago). En definitiva y salvo pequeños detalles mejorables (natación y primera transición especialmente), me doy por satisfecho. La próxima semana seguir disfrutando de estas buenas sensaciones compitiendo en Peñíscola (aunque antes aún tengo la Canyon Cambrils Park este sábado).



Por su parte, Xavi paró el crono en 2h16'37" (65º) y Joanra en 2h20'40" (85º), firmando ambos una buena actuación y cogiendo sensaciones para el Half de Peñíscola.


Para terminar, os dejo los detalles de la carrera de mi Garmin.

miércoles, 13 de abril de 2016

Camino del IM Niza: Semana 25/33

Nueva semana que dejamos atrás arrastrando algo de cansancio de la semana anterior pero, en general, manteniendo las buenas sensaciones que me vienen acompañando durante los últimos tiempos y cerrándola con un buen resultado en el Trilimit. Ha sido una semana un poco atípica en la que tampoco he nadado todo lo que debía y que, aunque mínimamente, ha estado algo condicionada por la competición del sábado y el intento de no llegar excesivamente cansado aunque esta no fuera, ni mucho menos, un objetivo importante de la temporada. En líneas generales, puedo decir que he sumado otra buena semana de entrenamientos que me ha servido, además de para acumular kilómetros y horas de entrenamiento, para ganar en confianza y coger algo de “ritmo de competición” de cara a las próximas citas que tengo a la vuelta de la esquina. Y a todo esto, ya estamos a sólo ocho semanas para el Ironman de Niza.

Así, durante los últimos siete días he sumado otras 13h34’ en las que hice, sin contar la competición del sábado, tan solo dos sesiones de agua, tres de bici y otras tres corriendo. Como he dicho antes, me he sentido bastante bien y los ritmos no han estado mal, pero he notado algo de fatiga acumulada. La 25ª semana de la temporada quedó así: 

Lunes 04/04.- Probablemente fue el día que más cansado me encontré y hasta estuve a punto de no entrenar. No tenía demasiadas ganas pero al final cumplí con lo previsto aunque los resultados no fueran para tirar cohetes. Empecé con un rodaje regenerativo a pie de 40’03” para hacer 8,20 km a un ritmo medio de 4’53”/km. Después, fui a la sesión de natación con Diego en la que hice 200 variados, 8x25 estilos, 8x25 crol (cada 30"), 4x50 estilos-crol, 4x50 crol (cada 50"), 100 estilos, 100 crol (1'40"), 400 estilos, 8x50 por debajo de 50", 2x200 (por debajo de 3'30"), 2x(100: 1'40" + 50: 50"), 3x100 por debajo de 1'40", 6x50 por debajo de 50", 200 suaves. En total, 3.500 metros en 1h02’24”. No fue un gran día pero lo salvé, que no es poco. 

Martes 05/04.– Con un mal día de viento y lluvia, decidí quedarme en el rodillo y hacer 30’ de calentamiento libre (notándome sin demasiada fuerza en las piernas) + 10x1’ fuerte (rec. 1’ suave) + 20’ de enfriamiento. Tampoco me sentí demasiado inspirado y las piernas no estuvieron a la altura de lo que esperaba. Al final 1h10’01” para un total de 34,02 km a una media de 29,2 km/h. 

Miércoles 06/04.- Trabajé por la tarde y aproveché a mediodía para hacer unas series cortas en la pista de atletismo de Torredembarra como puesta a punto para el sábado. Empecé con 15’ de calentamiento suave por la hierba + 10x1’ fuerte (recuperando 1’ suave) + 10’ de enfriamiento. Aquí no me sentí mal del todo aunque el viento sopló bastante e hizo incómodas las series. Corrí relativamente rápido, empezando a 3’30”/km la primera y terminando a 3’10”/km la última. En total fueron 45’02” para correr 10,21 km a un ritmo medio de 4’25”/km. 

Jueves 07/04.- Nueva salida en bici de 2h08’29” para recorrer 65,16 km a una media de 30,4 km/h y algo más de 500 metros positivos, introduciendo 5 series de 3’ alegres (recuperando 2’ suaves con cadencia). Algunas series las hice con tramos de subida y otras con el viento en contra, así que la más rápida me salió a 37,1 km/h y la más lenta a 25,5 km/h. Después del entrenamiento pasé a visitar con Joanra a uno de los sponsors del USK Team, el Herbolari Farigola & Romaní en Vilaseca. Quedé encantado del trato recibido y volví a casa cargado de productos de calidad a precios increíbles. Muchas gracias por vuestra colaboración! 


Viernes 08/04.- No sé si fue por ser el día antes de la competición pero ese día entrené con unas sensaciones horribles. Compartí entrenamiento con Xavi y juntos hicimos un rodaje suave a pie de 35’02”, con 5 progresivos de 20” (rec. 40” suaves). Salieron 7,20 km a un ritmo medio de 4’52”/km. Después nos tiramos al agua para hacer 300 metros variados, 10x50 alegres por debajo de 50” rec. 15” y 200 suaves para terminar. En total, 1.000 metros en 18’04”. 

Sábado 09/04.- Día de competición en el Trilimit de Deltebre en distancia olímpica. La verdad es que no me puedo quejar de como me salió y terminé muy contento parando el crono en 2h03’14” y consiguiendo mi mejor marca personal en esa distancia, aunque habría que matizar ciertas cosas. De todas formas, me quedé satisfecho con mi actuación, especialmente con la carrera a pie, donde marqué el 4º mejor parcial. Cuando escriba la crónica ya os daré todo tipo de detalles y colgaré las mejores fotos, pero de momento os dejo esta con Joanra y con Xavi, que también participaron en la carrera y con los que pasé un gran día, todos acompañados de nuestras familias. 


Domingo 10/04.- Y para despedir la semana, tirada larga en bici. A pesar del cansancio acumulado, fue uno de los días en los que mejor me sentí, supongo que por la inyección de moral del día anterior en Deltebre. Hice una salida de 4h52’08” en la que rodé solo las tres primeras horas y, durante las dos últimas, estuve acompañado de Joanra, Kyny y Xavi (los cuatro participaremos en el Half de Peñíscola en menos de dos semanas). Al final me salieron 146,72 km a una media de 30,1 km/h y algo más de 800 metros de desnivel positivo.

 

Y hasta aquí el resumen semanal. Este sábado toca volver a "competir" (aunque sea una marcha cicloturista) o, por lo menos, hacer un entreno de calidad en la Canyon Cambrils Park. Me espera un recorrido precioso de más de 180 km y 3.000 metros positivos en los que seguro que habrá tiempo para todo. Esperemos que el tiempo acompañe y termine igual de contento que el sábado pasado. Seguimos!

jueves, 7 de abril de 2016

Camino del IM Niza: Semana 24/33

Aunque no me guste decirlo demasiado fuerte, por lo que pudiera pasar, parece que por fin la dinámica está cambiando y empieza a soplar el viento a favor en mi preparación para el Ironman de Niza. Ha costado, ha sido duro y nada ni nadie me asegura que no vuelvan a torcerse las cosas de aquí al 5 de junio, pero por segunda semana consecutiva sumo una muy buena semana de entrenamientos. Y ha sido una buena semana en cuanto a todo: ritmos, sensaciones, volumen, diversión,... Parece que definitivamente estamos en la línea correcta y las cosas empiezan a funcionar.

De todas formas, viendo como se está desarrollando esta temporada, que ahora mismo me encuentro en un momento en el que por miedo me escucho mucho (quizás demasiado) y teniendo en cuenta que de aquí hasta el día del Ironman los entrenamientos que me esperan no van a ser precisamente fáciles, no las tengo todas conmigo de que no vuelva a aparecer algún problema físico. El aspecto psíquico es importante y ahora no me encuentro fuerte en ese aspecto. No soy de lesionarme demasiado y nunca he tenido ninguna lesión de importancia, pero algo en mi cabeza no está tranquilo. Supongo que lo único que necesito es confianza y hacer un par o tres de buenas semanas más de entrenamiento (en las que también me esperan competiciones) para despejar todas las dudas y encarar la recta final de preparación con todas las garantías y la mentalidad positiva.

En cuanto a los entrenamientos, muy bien. Sumé diecisiete horas con tres sesiones de natación, cuatro de bicicleta y tres más de carrera a pie. Me faltó una sesión más a pie y algún metro más nadando, pero tengo que reconocer que fue una semana extraña y en la que me encontré con alguna que otra dificultad extra: lunes festivo donde las piscinas estaban cerradas y la sesión de natación en el mar quedó frustrada por la temperatura del agua, una visita al fisio a media tarde del miércoles que me partió un poco e hizo que tuviera que acortar el tiempo de los entrenos y trabajo el jueves por la tarde que me impidió doblar sesiones también. Con todos estos condicionantes, no me quejo de como fue la cosa. Quizás lo peor de todo fue que tuve que hacer tres días seguidos de bici con salidas relativamente largas, pero puedo decir que las superé con nota. Para no enrollarme más, aquí va el resumen: 

Lunes 28/03.- Empecé la semana igual que terminé la anterior, corriendo. Hacía tiempo que por precaución no corría dos días seguidos y puedo decir que esta sesión me ayudó para coger confianza. Fue un rodaje suave, regenerativo, y acompañado de Joanra y Xavi. Estuvimos 40’57” para correr 8,05 km a un ritmo medio de 5’05”/km. Después del rodaje nos pusimos los neoprenos e hicimos el intento de nadar un poco en la playa. Y digo intento porque quedó en eso ya que el agua estaba muy fría. Al final, cuando Xavi y yo conseguimos meternos y dar las primeras brazadas, noté mucho frío en la cabeza (lo demás se aguantaba bien) por lo que decidimos salir y no arriesgarnos a perder entrenamientos en los días siguientes. 

 

Martes 29/03.- Casi sin niguna duda, este día hice una de las mejores salidas en bici que he hecho nunca. Recorrido difícil subiendo a Can Ferrer y la Juncosa del Montmell desde Vilarrodona. Es un recorrido exigente con dos puertos y que normalmente suelo hacer en algo más de tres horas (es lo que tenía previsto). Pues bien, este día tuve que alargar el recorrido por el buen ritmo que llevé durante todo el rato para conseguir hacer esas tres horas marcadas. Me salieron 3h00’44” para un total de 91,1 km (media de 30,2 km/h y 1.100 metros de desnivel positivo). 


Miércoles 30/03.- Fue un día complicado que salvé como pude. Después de una sesión de descarga en el fisio, empecé con una sesión de carrera a pie de 15’ de calentamiento + 4 series de 4’ alegres (recuperando 1’ suave) + unos 9’ de enfriamiento suave. Los intervalos fueron entre 3’56”/km el más lento y 3’48”/km el más rápido, siempre controlando el ritmo y sin ir demasiado fuerte aunque notando las semanas de “inactividad” corriendo. Aún así satisfecho por esos 10,02 km en 43’56” (ritmo medio de 4’23”/km). Después, sesión exprés en la piscina haciendo 400 variados, 300 con pull, 3x200 técnica (50+50; 1ª puños, 2ª punto muerto y 3ª codo alto) y 300 palas para terminar. No dio tiempo de más. Al final fueron 1.600 metros en 31’28”. 

Jueves 31/03.- Después de más de una semana sin ir a los entrenamientos con Diego, volvimos a la carga. La verdad es que me costó, pero sobreviví como pude. El entrenamiento estuvo compuesto por 200 libres, 8x25 cada 30", 8x50 cada 1', 100 estilos, 100 en 1'40", 200 estilos, 200 por debajo de 3'30", 400 estilos, 400 en 7'00", 200 por debajo de 3'30", 100 regenerativo, 200 por debajo de 3'30", 100 regenerativo, 200 por debajo de 3'30", 100 regenerativo, 200 por debajo de 3'30" y 200 suaves. En total, 3.500 metros en 1h06’062 y no demasiadas buenas sensaciones. No me encontré cómodo. 

Viernes 01/04.- Comienzo de un fin de semana marcado casi exclusivamente por la bici. Como apretivo de lo que me esperaban los dos días siguientes, el viernes hice una salida de 2h24’25” para hacer un total de 74,73 km a una media de 31,0 km/h. Fue un recorrido con sólo 600 metros de desnivel positivo e intenté ir reservando fuerzas para los dos días siguientes. Aún así, me salió un ritmo más que decente. 

Sábado 02/04.- Salida larga en bici de 3h58’34” para recorrer un total de 112,19 km a una media de 28,2 km/h, subiendo hasta Escaladei y acumulando un desnivel positivo de más de 1.500 metros. Lo mejor de la salida fueron los paisajes. Impresionante lo bonita que es la zona del Priorat, aunque, eso sí, sin un tramo llano. Después de la salida en bici, aún tuve ganas de ir a nadar un rato con Xavi. Se hizo tarde y tampoco pudimos alargar demasiado el entreno, aún así hice 400 variados suaves, 200 respirando lado malo, 2x100 estilos, 4x100 pies aletas, 8x25 fuertes, 100 variados suaves. Sólo fueron 1.500 metros en 28’33”. 


Domingo 03/04.- Y para despedir la semana, entrenamiento de transición que empezó con una salida cómoda en bici de 3h24’18” (sólo alterada con 3 series de 10’ fuertes) para recorrer un total de 100,29 km (media de 29,5 km/h) y acumular un desnivel de unos 400 m positivos. Me acompañaron un rato Joanra y Kyny lo que hizo más ameno el entreno, aunque nos acomodáramos quizás demasiado. Después de la bici, muy buena sesión de carrera a pie de 40’10” para hacer 9,40 km a un ritmo de 4’16”/km. Excepto el primer kilómetro, que lo pasé a 4’43”, el resto fueron alrededor de 4’10”/km, probando un poco el ritmo que me gustaría llevar en el Half de Peñíscola. Buenas sensaciones en general a pesar de estar corriendo muy poco últimamente.


Pues esta fue mi semana. Hasta ahora, la mejor y más completa desde que empezó mi camino hacia Niza. Este próximo sábado por la tarde toca inaugurar la temporada de triatlón en el Trilimit, donde participaré en la distancia olímpica. No es mi distancia preferida pero hay que empezar a coger ritmo de competición. La semana que viene ya os contaré en la crónica como ha ido la cosa. A seguir sumando, que en breve empieza lo bueno!
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