El pasado domingo 31 de mayo llegaba el turno del Challenge Salou Costa Daurada, mi segundo half en poco más de un mes y un triatlón que, aunque sólo sea por lo cerca que me queda de casa, no podía negarme a participar. A pesar de la proximidad con el Half de l'Ametlla de Mar de hace cosa de un mes y medio, mis sensaciones para esta competición eran bien diferentes. Durante las últimas semanas pude entrenar bastante bien en bici y hasta en el agua noté cierta mejoría, cosa que me animó bastante y me hizo llegar a la carrera mucho más tranquilo y con menos dudas. Aunque parezca mentira, donde llegaba menos convencido era corriendo, y no porque pensase que llegara mal (sigo viviendo un poco de la renta que acumulé en invierno), sino porque sabía que no llegaba todo lo fino que me hubiera gustado. Últimamente estoy corriendo bastantes menos kilómetros que habitualmente y eso, de alguna manera, resta confianza (por lo menos a mí), aunque tampoco me preocupaba en exceso. Sabía que a pesar de todo y si no pasaba nada extraño, corriendo haría un buen papel. En resumidas cuentas, llegaba a Salou en un buen momento, sin molestias, descansado, confiado y con una idea clara en la cabeza: conseguir marca personal en un triatlón de media distancia. Creía que era la carrera y el momento de la temporada perfecto para conseguirlo. Vamos a ver que pasó...
El domingo, despúes de haber recogido el dorsal el viernes y de haber dejado la bici y las bolsas de transicion el sábado, salí de casa sobre las seis de la mañana y en poco más de un cuarto de hora ya estaba en boxes revisando los últimos detalles y dejando un bidón y tres barritas en la bici. Poco después, me reuní con Xavi y Joanra, con los nervios a flor de piel ante su debut en la distancia, y con Kyny, que venía de soporte técnico y animador. Ante la ausencia de Arancha (que vino un poco más tarde con Iker), él fue quien me ayudó a ponerme el neopreno. Mi salida era la tercera, la de las 7:20, por lo que cuando se fue acercando la hora me despedí de ellos y me fui al cajón de salida con mis padres. A diferencia de otras veces, visualizando el recorrido de natación, no me pareció largo. No sé si ya es la costumbre, o incluso la experiencia que me van dando los años y las carreras en las que he ido participando, pero afronto la salida de un triatlón mucho más tranquilo que antes. No digo sin tensión o sin nervios, que siempre los hay y los debe de haber (de lo contrario sería preocupante), simplemente que ese "miedo escénico" a la hora de meterse en el agua ha ido a menos con los años.
A las 7:20, con puntualidad alemana (lo digo por lo de Challenge), la salida fue una de las más limpias que recuerdo. Quitando un golpe en el ojo izquierdo nada más empezar que por suerte amortiguaron las gafas, nada que destacar negativamente. La temperatura del agua era perfecta y, además, casi sin olas, en un mar totalmente en calma y con un día espectacular. Sinceramente, dio gusto nadar así. Otro punto positivo para la organización en este sector fue poner globos en las boyas que hacían que se vieran muy bien mientras se nadaba y ayudaban a no desviarse. Con tantos factores a mi favor, lo único que podía hacer era nadar bien y, además, hacerlo disfrutando, cosa que no siempre es posible en competiciones como esta. Igual que en l'Ametlla y para mi (agradable) sorpresa, salí del agua en poco más de media hora, para ser más exactos y según el resultado oficial, entré en la T1 con un tiempo de 31'29". En este sentido, sólo puedo decir que estoy muy satisfecho de como me están saliendo las cosas en el agua últimamente. Parece que por fin estoy progresando en la natación, a ver si eso hace que vaya a la piscina un poco más motivado y con ganas de seguir mejorando.
Hice la primera transición algo más rápido que otras veces porque, en esta ocasión, probé de no ponerme las medias compresivas. Normalmente (por no decir siempre) entreno sin ellas y en la T1 siempre pierdo más tiempo de la cuenta poniéndomelas (sobre todo porque salgo muy mojado), así que decidí probar de no usarlas. Y tengo que reconocer que no noté ninguna diferencia a lo largo de la carrera respecto a otras veces, así que habrá que planteárselo de ahora en adelante. Pero a lo que vamos. Como decía, en esta ocasión perdí menos tiempo de lo habitual y tardé unos cuatro minutos en coger mi bolsa y prepararme para la bici. Otro buen detalle de la organización fue que una vez terminabas de prepararte, no hacía falta que volvieras a dejar la bolsa en su sitio, sino que se la entregabas a un voluntario y él la guardaba.
Tras la transición, noventa kilómetros en bici por delante que me servirían para ponerme en mi sitio y juzgar si estaba en condiciones de conseguir el resultado deseado o no. Nos esperaba un recorrido sin demasiado desnivel y bastante rodador, cosa que nunca le termina de ir bien a mis intereses pero que, al menos, me permitiría ir relativamente rápido. En los primeros kilómetros en dirección a Tarragona me sentí bien y fui cómodo acoplado, aunque tuve la sensación de perder más posiciones de las que ganaba. Nada nuevo, vaya. A pesar de ir prácticamente todo el sector bici a una velocidad media de 33 km/h, siento que no termino de despegar, especialmente en recorridos así. Me cuesta un mundo rodar rápido en llano y mantenerme acoplado un rato largo (el otro día era propicio para ello). No sé si debería corregir la postura en bici ni si puede deberse a cualquier otro motivo, pero a la mínima tiendo a ponerme de pie y perder esa posición mucho más aerodinámica. El caso es que por lo que sea, sigo pensando que estoy muy verde en bici y que todavía me encuentro a años luz de ser el ciclista que me gustaría y que estoy seguro que puedo llegar a ser. Pasada la Central Nuclear de Vandellós, hicimos el giro y empezamos la vuelta hacia Salou. Me sorprendieron los largos ratos de soledad que pasé durante el sector bici, cosa que nunca es del todo malo, ya que casi siempre es señal de estar en una buena situación dentro de la carrera. Durante esos kilómetros de absoluta soledad me invadieron un par de pensamientos negativos. El primero, fue por notar que, a diferencia de otras carreras, me estaba desgastando mucho encima de la bici y podría pagarlo luego corriendo, donde realmente quería apretar. Y la segunda cosa que me empezó a preocupar fue mi dificultad para comer. En todo el tramo de bici apenas comí una barrita y media y, como a los niños, se me hacía bola. Supongo que fue porque hubo pocos ratos de tranquilidad y así, disfrutar de una barrita, es complicado. Llegando a Salou era hora de hacer cálculos. Sabía que acabaría la bici alrededor de las dos horas y cuarenta minutos, lo que sumado a la natación y las transiciones hacía un tiempo de más o menos tres horas y cuarto. Si corría bien, tenía claro que podría estar alrededor de esas 4h45' que era más o menos lo que buscaba. Finalmente, sin contar las transiciones, terminé la bici en 2h38'38" y, tras una segunda transición de un par de minutos, empecé a correr.
Desde el principio, mi idea corriendo era quedarme cerca de la 1h30', aunque presentía que no iba a ser fácil. Además del desgaste que arrastraba de la bici, el calor empezaba a apretar, y de que manera! Pero tenía confianza en mí y estaba mentalizado para sufrir cuando tocara. Empecé corriendo muy suelto, alrededor de 4'/km (incluso algo por debajo), durante los primeros cinco kilómetros. El recorrido (a cuatro vueltas) tenía muchos giros pero había bastante ambiente y era totalmente llano, con lo que, en teoría, iba a ser rápido. Me sentía muy bien pero con el paso de los kilómetros mi ritmo se resintió un poco, aunque todo dentro de lo esperado. Corría con ganas y tenía la motivación de ver que no dejaba de ganar posiciones, cosa que me incitaba a seguir forzando para recuperar lo que normalmente pierdo nadando y en bici. Los kilómetros fueron pasando y mi ritmo acabo estabilizándose alrededor de 4'15"/km, lo que me hacía pensar que podría terminar según lo que me había propuesto, incluso mejor. En este último sector me tomé dos geles (kilómetros 5 y 15) y parece que me sentaron bien. Aparte de eso, procuré beber mucha agua y pasar por debajo de las duchas que había colocadas casi al final de cada vuelta para refrescarme. Después de varios kilómetros cercanos a los 4'30", en el último decidí apretar y sacar lo que me quedaba. Siendo consciente que el final se acercaba aceleré el ritmo y antes de que me pudiera dar cuenta estaba corriendo por la alfombra de entrada a meta. Metros antes de terminar me estaba esperando Arancha con Iker pero, por lo que había pasado semanas antes en el Ironman 70.3 de Barcelona (y por no enterarme de si estaba permitido o no), preferí no entrar con él. Ahora me arrepiento porque hubiera sido bonito tener la foto con él, pero espero que por oportunidades no sea. Ya tendré tiempo para sacarme esa espinita. Al final, los 21 kilómetros fueron algo más cortos y los terminé en un tiempo de 1h25'06", es decir, más rápido de lo previsto, haciendo un muy buen parcial 46º.
Finalmente, entré en meta con un tiempo de 4h41'20", ocupando la posición 108 de 828 triatletas que acabaron la prueba, siendo el 98º de categoría masculina y el 20º de mi grupo de edad (resultados). Sinceramente, no me esperaba terminar en ese puesto teniendo en cuenta el nivel tan alto que hubo, así que estoy muy contento. El único lunar fue el de siempre, un parcial en bici muy mejorable. La conclusión es que habrá que seguir picando piedra para mejorar sobre las dos ruedas, cosa que me supondría un buen ahorro de minutos. Estos fueron mis parciales:
Como se puede ver, hice mejor parcial en el agua que en la bici, algo que ya empieza a ser habitual en las últimas competiciones, y ya no sé si alegrarme por la mejoría nadando o "deprimirme" de pensar que en bici no soy capaz de nada mejor (me niego y me resisto a pensarlo). A pesar de todo esto creo que hice parciales bastante decentes en los tres sectores y, probablemente, antes de empezar la competición hubiera firmado estos tiempos. En definitiva, terminé contento y satisfecho por el resultado y, además, conseguí rebajar más de siete minutos mi anterior marca personal, que todavía era la que conseguí en Berga hace ya casi tres años.
Para terminar con la crónica, os dejo todos los detalles de la carrera del Garmin. Al detallar las transiciones, los tiempos son algo diferentes a los que da la organización, pero el resultado es casi el mismo, sólo dos segundos de diferencia entre lo que marcó mi reloj y lo que marca la clasificación oficial.
Hice la primera transición algo más rápido que otras veces porque, en esta ocasión, probé de no ponerme las medias compresivas. Normalmente (por no decir siempre) entreno sin ellas y en la T1 siempre pierdo más tiempo de la cuenta poniéndomelas (sobre todo porque salgo muy mojado), así que decidí probar de no usarlas. Y tengo que reconocer que no noté ninguna diferencia a lo largo de la carrera respecto a otras veces, así que habrá que planteárselo de ahora en adelante. Pero a lo que vamos. Como decía, en esta ocasión perdí menos tiempo de lo habitual y tardé unos cuatro minutos en coger mi bolsa y prepararme para la bici. Otro buen detalle de la organización fue que una vez terminabas de prepararte, no hacía falta que volvieras a dejar la bolsa en su sitio, sino que se la entregabas a un voluntario y él la guardaba.
Tras la transición, noventa kilómetros en bici por delante que me servirían para ponerme en mi sitio y juzgar si estaba en condiciones de conseguir el resultado deseado o no. Nos esperaba un recorrido sin demasiado desnivel y bastante rodador, cosa que nunca le termina de ir bien a mis intereses pero que, al menos, me permitiría ir relativamente rápido. En los primeros kilómetros en dirección a Tarragona me sentí bien y fui cómodo acoplado, aunque tuve la sensación de perder más posiciones de las que ganaba. Nada nuevo, vaya. A pesar de ir prácticamente todo el sector bici a una velocidad media de 33 km/h, siento que no termino de despegar, especialmente en recorridos así. Me cuesta un mundo rodar rápido en llano y mantenerme acoplado un rato largo (el otro día era propicio para ello). No sé si debería corregir la postura en bici ni si puede deberse a cualquier otro motivo, pero a la mínima tiendo a ponerme de pie y perder esa posición mucho más aerodinámica. El caso es que por lo que sea, sigo pensando que estoy muy verde en bici y que todavía me encuentro a años luz de ser el ciclista que me gustaría y que estoy seguro que puedo llegar a ser. Pasada la Central Nuclear de Vandellós, hicimos el giro y empezamos la vuelta hacia Salou. Me sorprendieron los largos ratos de soledad que pasé durante el sector bici, cosa que nunca es del todo malo, ya que casi siempre es señal de estar en una buena situación dentro de la carrera. Durante esos kilómetros de absoluta soledad me invadieron un par de pensamientos negativos. El primero, fue por notar que, a diferencia de otras carreras, me estaba desgastando mucho encima de la bici y podría pagarlo luego corriendo, donde realmente quería apretar. Y la segunda cosa que me empezó a preocupar fue mi dificultad para comer. En todo el tramo de bici apenas comí una barrita y media y, como a los niños, se me hacía bola. Supongo que fue porque hubo pocos ratos de tranquilidad y así, disfrutar de una barrita, es complicado. Llegando a Salou era hora de hacer cálculos. Sabía que acabaría la bici alrededor de las dos horas y cuarenta minutos, lo que sumado a la natación y las transiciones hacía un tiempo de más o menos tres horas y cuarto. Si corría bien, tenía claro que podría estar alrededor de esas 4h45' que era más o menos lo que buscaba. Finalmente, sin contar las transiciones, terminé la bici en 2h38'38" y, tras una segunda transición de un par de minutos, empecé a correr.
Desde el principio, mi idea corriendo era quedarme cerca de la 1h30', aunque presentía que no iba a ser fácil. Además del desgaste que arrastraba de la bici, el calor empezaba a apretar, y de que manera! Pero tenía confianza en mí y estaba mentalizado para sufrir cuando tocara. Empecé corriendo muy suelto, alrededor de 4'/km (incluso algo por debajo), durante los primeros cinco kilómetros. El recorrido (a cuatro vueltas) tenía muchos giros pero había bastante ambiente y era totalmente llano, con lo que, en teoría, iba a ser rápido. Me sentía muy bien pero con el paso de los kilómetros mi ritmo se resintió un poco, aunque todo dentro de lo esperado. Corría con ganas y tenía la motivación de ver que no dejaba de ganar posiciones, cosa que me incitaba a seguir forzando para recuperar lo que normalmente pierdo nadando y en bici. Los kilómetros fueron pasando y mi ritmo acabo estabilizándose alrededor de 4'15"/km, lo que me hacía pensar que podría terminar según lo que me había propuesto, incluso mejor. En este último sector me tomé dos geles (kilómetros 5 y 15) y parece que me sentaron bien. Aparte de eso, procuré beber mucha agua y pasar por debajo de las duchas que había colocadas casi al final de cada vuelta para refrescarme. Después de varios kilómetros cercanos a los 4'30", en el último decidí apretar y sacar lo que me quedaba. Siendo consciente que el final se acercaba aceleré el ritmo y antes de que me pudiera dar cuenta estaba corriendo por la alfombra de entrada a meta. Metros antes de terminar me estaba esperando Arancha con Iker pero, por lo que había pasado semanas antes en el Ironman 70.3 de Barcelona (y por no enterarme de si estaba permitido o no), preferí no entrar con él. Ahora me arrepiento porque hubiera sido bonito tener la foto con él, pero espero que por oportunidades no sea. Ya tendré tiempo para sacarme esa espinita. Al final, los 21 kilómetros fueron algo más cortos y los terminé en un tiempo de 1h25'06", es decir, más rápido de lo previsto, haciendo un muy buen parcial 46º.
Finalmente, entré en meta con un tiempo de 4h41'20", ocupando la posición 108 de 828 triatletas que acabaron la prueba, siendo el 98º de categoría masculina y el 20º de mi grupo de edad (resultados). Sinceramente, no me esperaba terminar en ese puesto teniendo en cuenta el nivel tan alto que hubo, así que estoy muy contento. El único lunar fue el de siempre, un parcial en bici muy mejorable. La conclusión es que habrá que seguir picando piedra para mejorar sobre las dos ruedas, cosa que me supondría un buen ahorro de minutos. Estos fueron mis parciales:
Como se puede ver, hice mejor parcial en el agua que en la bici, algo que ya empieza a ser habitual en las últimas competiciones, y ya no sé si alegrarme por la mejoría nadando o "deprimirme" de pensar que en bici no soy capaz de nada mejor (me niego y me resisto a pensarlo). A pesar de todo esto creo que hice parciales bastante decentes en los tres sectores y, probablemente, antes de empezar la competición hubiera firmado estos tiempos. En definitiva, terminé contento y satisfecho por el resultado y, además, conseguí rebajar más de siete minutos mi anterior marca personal, que todavía era la que conseguí en Berga hace ya casi tres años.
Para terminar con la crónica, os dejo todos los detalles de la carrera del Garmin. Al detallar las transiciones, los tiempos son algo diferentes a los que da la organización, pero el resultado es casi el mismo, sólo dos segundos de diferencia entre lo que marcó mi reloj y lo que marca la clasificación oficial.
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