El pasado domingo 21 de junio se celebró la quinta edición de los 10k de La Canonja, una carrera de la que sólo me he perdido la edición del año pasado (por encontrarme en el Triatlón LD de San Juan del Flúmen) y a la que este año volvía con la intención de hacerlo realmente bien. No es que llegara en el mejor momento de forma posible (creo que aún me falta un punto para estar como en el invierno pasado), pero tenía la confianza de hacer una muy buena carrera. Y tuve esa confianza y esas ganas hasta el jueves, cuando las cosas se empezaron a torcer. Todo empezó el miércoles de madrugada cuando tuvimos que ingresar a Iker en el hospital hasta el jueves a mediodía porque había vomitado varias veces durante el día, con lo cual esa noche tocó no dormir prácticamente nada. Para rematar, el viernes por la noche fui yo el que estuvo vomitando (supongo que algo me debió contagiar el peque) y el sábado, por precaución, no comí prácticamente nada además de sentir mareos, tener algo de fiebre y dolor de cabeza. Con este panorama era fácil pensar que al día siguiente no correría, y con esa idea me metí en la cama, pensando que o mejoraba mucho la cosa o no estaría en la línea de salida.
Y el domingo no es que me despertara muy fino, me sentía débil pero al menos no tenía fiebre ni dolor de cabeza. Como era de esperar, con lo poco que había comido durante todo el sábado, tampoco había vuelto a vomitar, así que aunque no muy convencido, me preparé para ir a la carrera. Desayuné menos de lo habitual, por precaución y porque tampoco me entraba mucho más, y al cabo de un rato me fui a La Canonja. Allí enseguida me encontré con César, con mi hermano, y también con Carles, que iba a hacer los 5 km. Tras unos minutos de calentamiento en el que no me sentí demasiado mal pero tampoco para tirar cohetes, ni mucho menos, nos fuimos a colocar bajo el arco de salida. Eran casi las nueve de la mañana y el calor ya apretaba, otra cosa que no iba a ayudar a hacer la carrera soñada. No tenía clara la estrategia que iba a seguir, pero estaba mentalizado de que tocaría sufrir sí o sí.
Salimos rápido, demasiado, a un ritmo cercano a 3’30/km. Sabía de sobras que no podría mantenerlo a pesar de que durante los primeros minutos no me sentí mal, ni siquiera excesivamente forzado, pero debía ser realista y consciente de que no estaba el día para grandes exhibiciones. Aún así, el primer kilómetro lo pasé en 3’31” y el segundo en 3’28”, y casi puedo decir que hasta ahí aguanté… En el tercero el ritmo se empezó a resentir (3’36”) y a partir del cuarto empezó el naufragio. No tenía molestias en el estómago, eso parecía estar superado, pero me notaba vacío, cansado y sin fuerzas. Como era de esperar, el día anterior sin apenas comer nada me estaba pasando factura y las piernas flojeaban y hasta sentía una especie de temblor, pero a pesar de todo hice un esfuerzo por seguir corriendo a un ritmo más que aceptable e intentar mantenerme en una buena posición dentro de la carrera. Terminé la primera de las dos vueltas en aproximadamente 18’15”, pero a esas alturas el ritmo ya estaba decayendo y era una locura pensar que la segunda vuelta sería igual.
En los siguientes kilómetros estuve menos pendiente del reloj. Correr por debajo de 4’/km ya era un éxito en aquellas condiciones y tampoco quería forzar más de la cuenta. Creo que en esa segunda vuelta perdí dos o tres posiciones, no estoy seguro porque tampoco tenía la cabeza clara, pero lo que sí notaba es que mi hermano cada vez estaba más lejos, y eso, aunque pueda sonar mal, era una buena noticia. Tengo que decir que mi intención en esta carrera era hacerlo bien y, por qué no, rondar los 37’ y poco (veía muy complicado bajar de eso como hice en Aranjuez en diciembre), pero también miraba de reojo, no lo voy a negar, quedar primer clasificado local, que en este caso tenía premio. Eso fue una motivación más para mí en un día complicado. No estaba disfrutando del momento pero sabía que tenía cerca ese caramelo viendo que mi hermano también iba perdiendo segundos respecto a mí.
La segunda vuelta, como era de esperar, fue bastante más lenta. Cada kilómetro era una lucha por no superar esa barrera psicológica de los 4’/km y casi puedo decir que la gané, ya que sólo en los kilómetros nueve y diez no pude conseguirlo, haciendo 4’00” y 4’02” respectivamente. Como ya he dicho antes, no puedo decir que disfrutara mucho de la carrera, más bien todo lo contrario, y aunque una semana antes no hubiera firmado el tiempo que finalmente hice, teniendo en cuenta lo condicionado que llegué me doy por satisfecho tanto con el resultado como con la posición final. Paré el crono en 38’00” llegando en la posición 14ª de la general de 152 llegados a meta, 11º de mi categoría y primer clasificado del club (resultados). En definitiva, acabé más que contento, sobre todo si tenemos en cuenta que apenas doce horas atrás mi idea era la de no correr.
Pues eso, que en líneas generales terminé más o menos conforme. Por supuesto que no fue la carrera soñada (seguro que aún está por llegar), pero siendo realistas creo que es justo decir que aunque hubiera llegado bien me hubiera resultado complicado bajar de 37 minutos. La parte más positiva y bonita de la jornada fue poder subir al podio junto con los compañeros del Club Excursionista de La Canonja para recoger la copa como primer corredor local en los 10K. Uno no está muy acostumbrado a estas cosas y hace ilusión.
Para acabar, os dejo unas fotos de mi padre y de la organización con mi llegada a meta, en el podio y con la copa. Y como siempre, también os dejo los detalles de la carrera del Garmin.
Pues eso, que en líneas generales terminé más o menos conforme. Por supuesto que no fue la carrera soñada (seguro que aún está por llegar), pero siendo realistas creo que es justo decir que aunque hubiera llegado bien me hubiera resultado complicado bajar de 37 minutos. La parte más positiva y bonita de la jornada fue poder subir al podio junto con los compañeros del Club Excursionista de La Canonja para recoger la copa como primer corredor local en los 10K. Uno no está muy acostumbrado a estas cosas y hace ilusión.
Para acabar, os dejo unas fotos de mi padre y de la organización con mi llegada a meta, en el podio y con la copa. Y como siempre, también os dejo los detalles de la carrera del Garmin.
Hola Rubén, antes de nada felicidades :), mi nombre es João Pedro y represento una tienda online, seria usted tan amable de nos facilitar un correo electrónico para que sea posible enviarle una propuesta de colaboración por favor?
ResponderEliminarUn saludo
Buenos días y muchas gracias por su interés. Mi dirección de correo electrónico es rubenotero8@hotmail.com. Espero su propuesta! Un saludo!
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