miércoles, 30 de marzo de 2016

Camino del IM Niza: Semana 23/33

Y después de mucho tiempo de espera, por fin completé una buena semana de entrenamientos. Ha costado, pero parece que poco a poco todo vuelve a su sitio y puedo correr sin molestias, lo que es una buenísima noticia teniendo en cuenta que estamos a sólo diez semanas de Niza. Empieza, por tanto, el tramo final de preparación que me tiene que llevar a la línea de salida del Ironman en unas condiciones óptimas para encarar la carrera con todas las garantías. De aquí hasta el 5 de junio espero no sufrir más contratiempos y poder entrenar bien de una vez por todas.

En cuanto a los entrenamientos, como decía, estoy contento aunque la semana ha quedado algo floja nadando con sólo dos sesiones. No ha sido fácil combinarlo todo y más teniendo en cuenta los días de fiesta en que las piscinas estaban cerradas. Donde salgo realmente reforzado es en bici, terminando la semana con más de 300 kilómetros y sintiéndome realmente bien en casi todas las salidas. Y corriendo, pues eso, que he vuelto a arrancar después de algunas semanas sin atreverme a correr en bastantes buenas condiciones. Realmente sólo han sido tres ratos pero a ritmos y sensaciones más que decentes. En total, terminé la 23ª semana con un total de 14 horas de entrenamiento distribuidas de la siguiente manera: 

Lunes 21/03.- Simplemente sesión de natación con Diego compuesta 6x25 estilos, 8x25 crol, 4x50 estilos-crol, 4x50 crol, 100 estilos, 100 crol, 200 estilos (50x50), 1x200 por debajo 1'40", 100 mariposa, 100 crol, 100 espalda, 100 crol, 100 braza, 100 crol, 100 suaves, 100 por debajo 1'30", 100 estilos, 1x200 por debajo de 3'10", 100 suaves, 150 espalda-crol, 1x300 en 5'00", 200 suaves. Al final salieron 3.200 metros en 57’25”. No fue una sesión tan larga como habitualmente, pero series de bastante intensidad llegando a nadar a ritmos por debajo de 1’30”/100m.   

Martes 22/03.- Salida frustrada en bici por culpa de problemas mecánicos. Tenía intención de salir dos horas y la cosa quedó en una y gracias porque los crujidos al pedalear iban en aumento y decidí irme antes para casa y llevar la bici al taller. Sobre el entreno nada destacable, 1h05’19” para hacer 32,4 km a una media de 29,8 km/h. Y sobre la bici, los ruidos y los crujidos eran por culpa de un rodamiento de la rueda de atrás que estaba destrozado. Por suerte, en el taller me lo repararon casi al momento. 

Miércoles 23/03.- Empecé la tarde con un rodaje de pie (a modo de prueba) de 31’16” para hacer 7,02 km a un ritmo de 4’27”/km. No quise lanzar las campanas al vuelo pero en general me encontré bastante bien, tanto durante como después del entrenamiento. Después de correr, hice una sesión de natación por mi cuenta formada por 200 variados, 200 respirando por el lado malo, 200 respirando cada 3 y 4 brazadas (cambiando cada 25m), 200 estilos, 200 (25 estilos + 25 crol), 8x25 cada 25", 800 palas + pull y 200 variados suaves para terminar. Sólo fueron 2.200 metros en un tiempo de 40’26”. 

Jueves 24/03.- Con la bici ya reparada y aprovechando la tarde, hice una salida de 2h02’25” para recorrer un total de 61,81 km a una media de 30,3 km y unos 600 metros de desnivel positivo. Escogí un recorrido incómodo con mucho sube-baja y terminar a esa velocidad empieza a indicar que voy cogiendo el punto sobre la bici. 

Viernes 25/03.- Salí a correr por la montaña a primera hora de la mañana. No las tenía todas conmigo todavía y, probablemente, ese entreno iba a marcar si definitivamente estaba recuperado o no. Y salió cara! Hice una hora (1h00’04”) de rodaje por los alrededores del Puente del Diablo y me encontré bien. Me salieron 12,05 km a un ritmo de 4’59”/km y un desnivel positivo de 200 metros. Después del entrenamiento, Arancha, Iker y yo aprovechamos todo lo que quedaba de mañana para pasear por Salou y darle una vuelta al peque en bici. 



Sábado 26/03.- Salida larga en bici con Bernardo, un compañero de fatigas de la piscina, que se nos fue un poco de las manos y acabamos con 4h16’26” para hacer 115,82 km a una media de 27,1 km/h y un desnivel positivo acumulado de más de 1.400 metros. El recorrido volvió a ser muy rompepiernas, sin apenas tramos llanos y con algún puerto (Querol). A pesar de la duración de la ruta, terminé muy bien. 

Domingo 27/03.- Y Para despedir la semana, transición! Después de la salida del día anterior suponía que me iba a encontrar mucho más cansado de lo que lo hice y saqué adelante un entrenamiento muy bueno, por lo menos bajo mi punto de vista. Empecé con 2h57’53 de bici (intentando llanear), introduciendo 3 series de 10’ fuertes acoplado (a los 45’, a la 1h30’ y a las 2h15), terminado con 94,89 km a un media de 32,0 km/h y unos 500 m de desnivel positivo. Las dos primeras series me salieron a una media de 35,3 y 35,8. La tercera, en subida, a 28,1 km/h que compensé después haciendo los últimos 20 kilómetros a una media de 36,1 km/h, eso sí, con el recorrido a mi favor. Y después de la bici, me calcé mis zapatillas y salí a correr 30’30” para hacer 7,04 km a un buen ritmo de 4’20”/km. De nuevo me encontré bastante bien y no hubo ningún tipo de molestia, con lo que di por cerrada una buena semana de entrenamientos.

Pues ya está, otra semana superada y el objetivo cada vez más cerca. En breve empezarán las competiciones que servirán para coger el punto de cara a la gran cita de Niza. Ahora lo único que espero y necesito es poder entrenar en condiciones y no tener más problemas de ningún tipo. En menos de dos semanas arrancamos la temporada de Triatlón en Deltebre, donde particparé en el Trilimit distancia olímpica. De momento, toca seguir "picando piedra".

miércoles, 23 de marzo de 2016

Camino del IM Niza: Semanas 21/33 y 22/33

Hacía tiempo que no me pasaba, pero por motivos de tiempo la semana pasada no pude escribir y ahora no queda más remedio que resumir en esta entrada mis dos últimas semanas de entrenamiento (la 21 y la 22). A grandes rasgos, podría decir que sigo sin estar satisfecho. Las cosas siguen sin salir como espero a nivel físico ya que no acabo de superar mis molestias (o mis miedos a las molestias) ni sentirme al 100%. La consecuencia es que no estoy entrenando como me gustaría y lo peor de todo es que las semanas van pasando rápido y todavía tengo mucho trabajo por hacer. Desde luego, no está siendo la preparación ideal para un Ironman.

A pesar de todo eso, los entrenamientos nadando y en bici van saliendo (siempre que el tiempo acompaña, porque tampoco es que esté ayudando mucho de momento). Y corriendo, de momento, muy poca cosa. Las molestias que comenté en mi última entrada desaparecieron en un par de días pero, para ser sinceros, tengo miedo de correr y que las molestias vuelvan como pasó hace un par de semanas. Por eso, estos últimos días hice un par de pruebas (muy cortas) corriendo y aparentemente no tuve problemas, pero algo me dice que la cosa no está del todo bien. No sé si ya es un tema psicológico o no, pero así estamos. En los próximos días intentaré hacer alguna prueba más para salir de dudas y, si es posible, para ganar algo de confianza. 

Pero para no alargarme más de la cuenta, vamos con los entrenamientos. En la semana 21 (del 7 al 13 de marzo), me salieron un total de 12h40’ con tan solo dos sesiones de agua, tres de bici y una en el gimnasio. La cosa fue así: 


Lunes 07/03.- Probablemente (por no decir “con toda seguridad”), este día hice el entreno de natación más duro que he hecho nunca. Estuvo compuesto por 16x50 cada 1', 5x100 cada 2', 5x100 cada 1'55", 5x100 cada 1'50", 50 suaves, 4x100 cada 1'45", 1x200 en 3'40", 100 en 1'45", 10x50 cada 50", 10x50 cada 55", 6x25 cada 25" y 200 suaves. Fueron 4.400 metros en 1h16’19” (ritmo de 1’44”/100m). La verdad es que acabé tocado. Supongo que estaba incubando algo y este entrenamiento me acabó de rematar. 

Martes 08/03.- Descanso obligado. Por la tarde estuve con algo de fiebre y preferí descansar. 

Miércoles 09/03.- A pesar de no volver a tener fiebre, entre que trabajé por la tarde y que todavía no me encontraba del todo fino, me tomé otro día de descanso. 

Jueves 10/03.- A primera hora de la tarde, visita al podólogo para renovar las plantillas que llevaba utilizando desde finales de 2012. Ya tocaba! En general la cosa no ha variado demasiado, sigo con muy poca flexibilidad en la zona de los isquios, por lo que me recomendó muchos estiramientos en esa zona al terminar de entrenar. Aparte de eso, me volvió a tomar los moldes para hacerme unas plantillas nuevas. Al salir de la consulta, fui al gimnasio. Hice 30’ de elíptica, 65’ de pesas y estiramientos y, después, segunda sesión de agua formada por 200 libres, 200 estilos, 6x100 (50 suaves + 25 fuertes + 25 suaves), 12x25 cada 40", 12x50 (alternando 1 fuerte / 1 regenerativo), 100 estilos, 100 fuerte, 100 suave, 100 estilos, 100 fuertes, 100 suaves, 100 estilos, 100 fuertes, 100 suaves, 100 estilos, 100 fuertes, 200 enfriamiento. En total, 3.200 metros más en 1h00’28”. 

Viernes 11/03.- Salida en bici con Xavi y Òscar de 1h58’13” en la que hicimos 56,02 km a una media de 28,4 km/h con casi 500 metros de desnivel positivo. Tarde agradable a pesar de encontrarnos con algo de viento. 

Sábado 12/03.- Nueva salida en bici, esta vez en solitario y buscando algún desnivel. Se me ocurrió subir al Castell d’Escornalbou, ya que nunca había subido en bici y… vaya idea! Subida corta pero intensa. Apenas 4 kilómetros con una pendiente entre el 15% y el 18%. Me costó bastante si además tenemos en cuenta que subí con la “cabra”. Al final me salieron 3h42’26” para hacer 102,02 km a una media de 27,5 km/h y algo más de 1.000 metros de desnivel positivo. Os dejo un par de fotos que hice desde el Castillo.

Con Riudecanyes al fondo
Domingo 13/03.- Para despedir la semana, tercera y última salida en bici. En esta ocasión, fueron 3h07’05” para hacer 87,20 km a una media de 28,0 km/h y 900 metros de desnivel positivo en un día en principio agradable pero donde el viento volvió a aparecer.

Esto en cuanto a la semana número 21. La siguiente, la 22 (del 14 al 20 de marzo), a pesar de entrenar menos horas y quedarme por debajo de las diez, creo que en general fue más completa. Lo más negativo fue el mal tiempo que me impidió salir en bici las horas previstas pero que creo que lo compensé bastante bien con entrenamientos sobre el rodillo. La cosa quedó así: 

Lunes 14/03.- como viene siendo habitual últimamente, arranqué la semana en la piscina haciendo 150 libres, 200 respirando lado malo, 8x25 cada 30", 8x50 cada 1', 10x100 cada 2', 10x50 cada 55", 9x100 cada 1'50", 50 suaves, 4x100 cada 1'45" (con 50 suaves en medio), 10x50 cada 1' y 150 suaves variados. En total, 4.500 metros en 1h17’45”. Fue un entrenamiento parecido al del lunes anterior aunque en este tuve mucho mejores sensaciones. 

Martes 15/03.- Al mal tiempo, sesión de rodillo en la que hice 20’ de calentamiento, 2 series de 15’ alegres (media de 35 km/h y cadencia entre 85 y 90 rpm) recuperando 5’ entre series, 10x15” a tope (recuperando 45” suaves) y 5 minutos largos de enfriamiento. En total fue 1h15’58” para hacer 40 km clavados a una media de 31,6 km/h. Personalmente y aunque me resulte aburrido y sude a mares, creo que las sesiones de rodillo las aprovecho muchísimo. 

Miércoles 16/03.- Antes de empezar con la sesión de natación, probé de correr un rato en la cinta. Fui con el tiempo justo y apenas estuve 12’ corriendo muy suave, y a pesar de no sentirme del todo cómodo no aparecieron las molestias ni durante ni después del trote. Como digo, fueron 12’09” para hacer 2,29 km a un ritmo de 5’18”/km que me sirvieron un poco de calentamiento para lo que venía a continuación. En la piscina tocaron 200 libres, 8x25 dentro de 25", 4x50 dentro de 50", 2x100 dentro de 1'40", 1x200 dentro de 3'30", 8x25 cada 30", 8x50 cada 55", 2x100 cada 1'50", 2x200 cada 3'40", 2x50 cada 1', 2x200 cada 3'35", 4x100 cada 1'45", 8x50 (1 fuerte + 1 regenerativo), 1x150 dentro de 1'45" y 150 libres. En total, 3.800 metros en 1h06’22”. 

Jueves 17/03.- Al ser mi cumpleaños, me tomé el día libre tanto en el trabajo como en los entrenamientos y por la mañana disfruté de un largo paseo con Iker, con parada obligatoria en los columpios.

 

Viernes 18/03.- Aproveché la mañana libre para salir en bici en busca de desniveles. Decidí subir a l’Albiol, un puerto largo y duro al que con el tiempo le he cogido hasta cariño. En esta ocasión tuve bastante suerte, ya que por la mañana tuve buen tiempo (bastante Sol y poco viento) y por la tarde la cosa cambió bastante. Fueron 2h51’35” para un total de 73,45 km terminando a una media de 25,7 km/h (muy lejos de mis mejores tiempos en este mismo recorrido) y acumulando un desnivel de más de 1.200 metros. Después, con el tiempo justo me acerqué a la piscina y nadé 1.200 metros en 21’21”, haciendo 500 libres, 4x50 pies con aletas y 500 más con palas y pull (los últimos 200 metros con los pies atados.


Sábado 19/03.- Otro día en el rodillo. Esta vez tocaban series cortas pero más intensas. Hice 35’ de rodaje progresivo seguido de 8 series de 1’ fuertes (recuperando 1’ suave), 4’ de rodaje suave con cadencia, 5’ muy atrancado (fuerza) y 20’ de rodaje libre intentando mantener una cadencia y unas pulsaciones estables. Fueron 1h20’02” para hacer 40,63 km a una media de 30,5 km/h. 

Domingo 20/03.- En una nueva mañana lluviosa (aunque luego el día cambió), hice otro entrenamiento sobre el rodillo, esta vez de 1h00’01” para hacer 30,12 km (30,1 km/h de media) rodando en progresivo y incluyendo 10x15” fuertes (recuperando 45” suaves) casi al final de la sesión. Después del rodillo, me atreví a correr 20’01” suaves haciendo 4,28 km a un ritmo medio de 4’40”/km. Sin problemas ni molestias pero con aquella sensación extraña que me acompaña últimamente. Después del entrenamiento, tocaba calçotada con el USK Team, donde disfrutamos de otro gran día en “familia”.


Pues estas han sido mis dos últimas semanas. Se me empieza a echar encima el tiempo y las competiciones están a la vuelta de la esquina. En menos de un mes llegan el Trilimit (distancia olímpica) y la Canyon Cambrils Park, y a continuación el Infinitri de Peñiscola. Vamos a ver si esta próxima semana podemos empezar a alargar los pasos hacia delante y en breve puedo entrenar en unas condiciones óptimas.

jueves, 10 de marzo de 2016

Camino del IM Niza: Semana 20/33

Semana atípica. Esto bastaría para resumir los siete días de la semana pasada durante la cual no pude entrenar con la normalidad que me hubiera gustado. Las molestias (que durante un par de días fueron dolores) con las que acabé el domingo anterior en la Mitja de Cambrils me impidieron cumplir con las sesiones previstas y modifiqué la semana de entrenamientos un poco a mi antojo o, mejor dicho, a mis circunstancias. Pero si algo bueno tiene el triatlón es que, cuando tienes molestias que te imposibilitan entrenar alguna de las tres disciplinas, aún tienes dos más en las que centrarte, y eso hice. Con bastante dolor en la pierna durante el lunes y martes y con todavía algo de molestia el miércoles y jueves, durante los cuatro primeros días de la semana me limité a nadar, y no poco, acumulando casi 12.000 metros. Dos fueron con Diego y dos por mi cuenta (creo que si hubiera nadado los cuatro días con Diego ahora ya no estaría aquí...). A partir del viernes ya probé de ir en bici sin ninguna limitación física, aunque sí climatológica (maldito viento!) y el domingo probé de hacer el entreno de transición previsto que, en principio, superé sin problemas aunque conforme fueron pasando las horas comprobé como el dolor volvió.

La verdad es que fue un palo. Salí a correr con la convicción de que la molestia estaba superada y no volvería, y mientras estuve corriendo (unos 35’) fui bien. Quizás no todo lo bien que me hubiese gustado pero fui sin ninguna molestia que me hiciera plantearme parar. El caso es que una vez terminado el entreno y de forma progresiva, empezó a dolerme la parte interna de la rodilla izquierda, concretamente por la zona de la pata de ganso. Soy una persona positiva pero cuando me vienen “problemas” de este tipo le doy bastantes vueltas a las cosas. No llego a obsesionarme pero si me preocupan e intento buscar los motivos o los orígenes de las molestias y buscar soluciones. Así, aún sin saber si una de las causas puede ser que las plantillas que llevo (tienen más de tres años y muchos kilómetros compartidos) estén desgastadas, hoy mismo tengo cita con el podólogo para volver a hacerme un estudio de pisada y modificarme, en caso que haga falta, las plantillas que él mismo me hizo. Veremos que conclusiones saco.

Con este panorama, esta semana número 20 no la puedo dar por buena. Por unas cosas u otras, la temporada no está yendo bien y aunque de vez en cuando sale algún buen entreno, la visión general que tengo es que no estoy pudiendo entrenar como me gustaría ni estoy encontrando un equilibrio en mis semanas. Empecé sin poder correr y me centré más o menos en la bici, cuando me recuperé me dediqué casi exclusivamente a correr y a preparar el maratón de Sevilla, con lo cual dejé la bici un poco más aparcada, y ahora estoy casi como al principio. No es que me preocupe especialmente porque lo de correr es lo que llevo mejor (aunque tengo un déficit de kilómetros importantes), pero me fastidia no poder terminar una semana realmente satisfecho de haber cumplido con todo lo previsto. No sé hasta cuando durará pero por si acaso esta semana en la que estamos, pase lo que pase y me sienta como me sienta, no correré.

A todo esto, estamos a trece semanas del Ironman y me siento muy, pero que muy verde. Sé que lo bueno empieza a partir de ahora pero siento que voy con el tiempo justo y con muchos deberes por hacer. Pero bueno, como no me gustan las lamentaciones y como llevo haciendo desde el principio de la temporada, me adaptaré, entrenaré lo que pueda de la mejor manera que pueda, seré positivo y el resto vendrá solo.

Vamos ahora a desgranar lo que ha dado de sí esta semana numero 20: 

Lunes 29/02.- Para empezar la semana, buena sesión de agua con Diego compuesta por 200 libres, 200 estilos, 200 respirando cada 3, 4, 5, 6, 6, 5, 4 y 3 brazadas cambiando cada 25 metros, 200 respirando lado malo, 8x25 crol, 8x25 estilos, 4x50 crol, 4x50 estilos (50 seguidos de cada estilo), 2x100 crol, 2x100 estilos, 12x50 (55"-50"-45"), 3x100 cada 2', 3x100 cada 1'55", 3x100 cada 1'50" y 500 suaves variados. En total, 4.000 metros en 1h14’26”. 

Martes 01/03.- Nueva sesión de agua, ésta por mi cuenta pero siguiendo las instrucciones de Òscar, en la que hice 800 variados 2x(100 braza, 100 crol, 100 espalda, 100 crol), 5x300 (impares con pull y pares con palas y pull) y 200 suaves para terminar. Fueron 2.500 metros más en 46’41”. 

Miércoles 02/03.- Ésta sí, sesión totalmente libre en la que hice lo que quise dentro del poco tiempo que tuve a mediodía. Sólo fueron 200 variados, 200 respirando cada 3, 4, 4, 3 brazadas cambiando cada 25 metros, 200 respirando lago malo, 200 estilos, 700 palas y pull y 200 variados. 

Jueves 03/03.- Ya sin dolor en la pierna, probé de hacer un rato de elíptica (20’) y a continuación algo de trabajo de fuerza en el gimnasio (unos 30’). Después, cuarta sesión de agua de la semana, volviendo con Diego, en la que hicimos 200 suaves, 200 estilos, 3x100 cada 2', 4x25 cada 25", 50 suaves, 4x25 cada 25", 50 suaves, 3x100 cada 1'50", 4x50 cada 50", 3x100 cada 1'40", 8x25 cada 25", 50 suaves, 1x100 por debajo 1'35", 8x25 cada 25", 100 por debajo 1'40", 100 suaves, 1x200 por debajo 1'45", 150 suaves, 1x300 por debajo 1'45", 200 suaves. En total, 3.400 metros en 1h01’07”. 

Viernes 04/03.- Salida en bici en una bonita tarde en la que, dentro de lo malo, me respetó bastante el viento. Fueron 2h01’00” para hacer 61,42 km a una media de 30,5 km/h y algo más de 600 metros de desnivel positivo. Como digo, entreno agradable en cuanto a temperatura y en cuanto a viento, nada que ver con lo que me esperaba los días siguientes… 

Sábado 05/03.- Salida desagradable en un día desagradable y con un viento muy desagradable. Más no se puede pedir. Salí de casa consciente de lo que me esperaba y no busqué un recorrido demasiado complicado, aún así a los 20’ de empezar estuve a punto de darme la vuelta e irme para casa. Lo menos malo es que volviendo para casa, con el viento a favor, compartí unos cuantos kilómetros con un compañero del Club Triatló Cambrils y la vuelta a casa se me hizo más amena. Por lo demás, entreno para olvidar. Tenía que salir unas tres horas y media y me fue imposible, acabando con 1h47’46” y gracias. Salieron 50,58 km a una media de 28,2 km/h y unos 300 metros positivos. 

Domingo 06/03.- Más de lo mismo, mucho viento que hizo imposible hacer una salida en bici decente. Me armé de paciencia e intenté estirar lo más que pude la salida, pero también fue muy complicado. En algunas zonas era imposible rodar y no le vi ningún provecho a entrenar de esa manera, así que tras 2h23’43” sobre la bici llegué a casa. Dentro de lo malo me salieron 70,55 km a una media de 29,5 km/h y algo menos de 600 metros positivos. Después de la bici, hice la transición y salí a correr. Fueron sólo 35’05” para recorrer 8,01 km a un ritmo medio de 4’27”/km sin dificultades y sin notar las molestias que aparecieron luego.

Hasta aquí esta extraña semana en la que no he disfrutado prácticamente nada y no he sumado ningún entreno destacable exceptuando el par de días largos de natación. Insisto, de momento no voy por el buen camino ni por el que me gustaría, pero más no se puede hacer. Paciencia y a recuperarse por completo. Aún hay tiempo de reconducir la situación y sentir que acabo las semanas tan cansado como satisfecho (como veis, tan mal ha ido la semana que no tengo ni una triste foto).

jueves, 3 de marzo de 2016

Camino del IM Niza: Semana 19/33

Semana post maratón con poco que destacar en cuanto a entrenamientos. Al haber terminado cansado y dolorido el Maratón de Sevilla, preferí tomarme la recuperación con calma y los dos primeros días siguientes a la competición fueron de descanso. Quizás debería haber hecho algo para acelerar la recuperación, pero esta vez preferí esperar porque tampoco me sentía en unas condiciones físicas mínimas para hacer algo provechoso. Como digo, acabé bastante dolorido y durante varios días arrastré alguna que otra molestia, especialmente en la zona lumbar. Aún así, a partir del miércoles empecé a moverme algo y durante el fin de semana volví “a la carga” aunque con resultados no del todo deseados. Y cuando digo eso me refiero a que el sábado por la noche, con las malas previsiones que había para el día siguiente de poder hacer una salida larga en bici, Kyny, Joanra y yo decidimos ir a la Mitja de Cambrils acompañando a Xavi y ayudándole en la medida de lo posible a bajar de 1h40’. No sé si fue la mejor opción a pesar de que a esas alturas ya me volvía a notar descansado y que los ritmos no iban a ser excesivamente exigentes, pero nos animamos y decidimos correr los 21 km con todas sus consecuencias. Y la consecuencia fue que bien pronto empecé a notar una molestia en el cuadricpes (zona del vasto interno) de la pierna izquierda que me permitió correr con más o menos normalidad pero que me hizo terminar algo dolorido. 

En cuanto a la natación, tenía la idea de ir algún dia con Diego pero unos días por ser imposible (el lunes volvimos a Tarragona desde Sevilla por la tarde), por no apetecerme y preferir descansar (el martes), por trabajo (el miércoles) y por pereza y por ganas de quedarme con Arancha e Iker tras salir en bici (el jueves), se me pasó la semana sin ir ningún día. A cambio, hice dos “ratitos” de natación suave a mi aire y sin demasiadas complicaciones. 

Y en bici, casi se puede decir que dentro de lo malo, es donde hice los mejores entrenamientos de la semana, sobre todo el sábado, cuando hice unas series en el rodillo. 

Sumándolo todo, no llegué a las ocho horas de entreno y la cosa quedó así: 

Lunes 22/02.- Descanso y vuelta a Tarragona. 

Martes 23/02.- Descanso. 

Miércoles 24/02.- A mediodía, entre trabajo y trabajo, me escapé a la piscina para hacer 500 suaves con pull, 400 variados, 500 pull, 4x25 fuertes y 100 variados. En total, 1.600 metros en 31’09”. 

Jueves 25/02.- Salida en bici después de comer de 1h44’05” para hacer un total de 52,66 km a una media de 30,4 km/h y algo más de 400 metros de desnivel positivo acumulado. Ese día me sentí bastante bien y noté las piernas, dentro de lo que cabe, bastante recuperadas. 

Viernes 26/02.- Descanso que aproveché para volver a Fisioterapia Totcos y hacer una segunda revisión de los cambios que me introdujo Bernard en el mes de octubre pasado en la posición con la bici de triatlón. 



Sábado 27/02.- El sábado fue un día bastante completo. Tenía tiempo tanto por la mañana como por la tarde (Arancha e Iker fueron a Madrid el fin de semana) y aproveché para hacer un poco de todo aunque en sesiones muy cortas. Empecé el dia con 1h15’ de rodillo en la que hice 20’ calentamiento + 5x5’ fuertes (recuperando 3’ suaves) + 5’ suaves + 5x15” a màxima cadencia (recuperando 45”) + 5’ suaves. En total, 37,76 km a una media de 30,2 km/h. Por la tarde, me pasé un rato por el gimnasio e hice 20’56” de trote suave en cinta (4,04 km a ritmo de 5’11”/km), 35’ de gimnasio (tren superior y estiramientos) y una suave sesión de natación con 200 variados, 200 respirando cada 2, 3, 2, 4 brazadas cambiando cada 25 metros, 200 respirando por el lado malo, 200 variados y 400 suaves con pull. En total, 1.200 metros en 22’53”. 

Domingo 28/02.- Mitja de Cambrils haciendo las funciones de liebre con Kyny y Joanra y llevando a Xavi a su segundo sub 1h40' seguido. Lo negativo fue lo que ya he comentado, que a pesar de sentirme bastante recuperado, fui gran parte de la carrera con molestias en la pierna izquierda. Al decidirnos a última hora del sábado, ni Kyny, ni Joanra ni yo llevamos dorsal. Esta carrera no entraba en nuestros planes y cuando por fin nos decidimos ya estaba todo cerrado. Pero lo más importante de todo es que Xavi consiguió su objetivo y paró el crono en 1h38’30”. Después de correr, y a pesar de la molestia, las tres liebres nos fuimos a rodar un rato con la bici para despedir la semana. Aunque el dolor era mucho menos molesto pedaleando, seguí notando que algo no funcionaba del todo bien. Fue una salida corta (Vilaseca - Salou - Tarragona y vuelta), sólo hicimos 1h17’44” para un total de 34,97 km a una media de 27 km/h. En definitiva, fue un domingo diferente que hubiera disfrutado muchísimo más de no haber sido por tener que convivir con esta pequeña molestia. Os dejo un algunas fotos del domingo.




Ahora toca recuperarse lo mejor posible pero sin prisas. A lo largo de esta semana me estoy centrando en nadar, sesiones de Compex y puede que a partir de hoy pruebe de salir en bici. Veremos como responde mi pierna. Seguimos nuestro camino en dirección a Niza...

martes, 1 de marzo de 2016

Crónica Zurich Maratón Sevilla


Más de una semana después de haber participado en el Zurich Maratón Sevilla, por fin me decido a escribir la crónica. Me gustaría tener más tempo en general y no dejar pasar tanto los días entre una carrera y su crónica, pero la verdad es que me cuesta mucho trabajo sacar algún rato para escribir. Pero bueno, a pesar de eso, vamos allá. Más vale tarde que nunca.

La crónica del Zurich Maratón de Sevilla empieza el viernes 19 de febrero, a eso de las cinco de la tarde, cuando nos reunimos varios miembros del equipo en la estación del AVE del Camp de Tarragona. Allí, Raúl y Jenny, Ivet y Xavi, los dos Davids y Arancha, Iker y yo nos subimos al tren que nos llevaría, en menos de cinco horas, a Sevilla. Llegamos sin problemas antes de las diez de la noche a la estación de Santa Justa y desde allí nos dirigimos a Tomares, un pequeño pueblo muy cerca de Sevilla donde se encontraba la casa que habíamos alquilado. Allí ya nos estaban esperando Joanra, Raquel, Kyny, Melani (que llevaban un par de días ya en Sevilla) y Llàtzer, Aleix y Òscar, que viajaron el mismo día que nosotros pero unas horas antes. Una vez instalados en la casa y repartidas las habitaciones, fuimos a buscar algo de cenar y, poco después, a dormir, que nos esperaban un par de días moviditos.

En el AVE Camino de Sevilla
El sábado por la mañana nos levantamos relativamente pronto y sobre las nueve de la mañana fuimos a cumplir con el tradicional rodaje precompetición. Fuimos Raúl, Xavi, Joanra, Kyny, los dos Davids y yo. Rodaje suave de media horita con unos cuantos progresivos y poco más. Antes de volver a casa para ducharnos y desayunar, pasamos por el supermercado para llenar un poco la nevera. Cuando lo tuvimos todo hecho, nos fuimos a recoger el dorsal y a la pasta party. Entre unas cosas y otras se nos echó encima la tarde y aún teníamos que pasar por algúna tienda o centro comercial para comprarle algo de ropa a Iker, ya que el viernes se nos olvidó su maleta en casa. Al final, hasta pasadas las ocho de la tarde no llegamos a casa y aún teníamos que hacer nuestra penúltima carga de hidratos antes de la carrera del día siguiente. Sin duda, no fue la mejor manera de pasar el día previo a un maratón. Demasiado ajetreo y demasiado tiempo caminando y, lo peor, a pie quieto.

Expo, recogida de dorsales y pasta party
Para cenar la mayoría optaron por el arroz o la pasta, y yo me decidí por por unos macarrones de trigo sarraceno, una tostada de pan integral con tomate y aguacate y algo de fruta. Sobre las doce (demasiado tarde para mí gusto) nos fuimos a dormir.

Y el domingo, día de la carrera, el despertador sonó a las 6:30. Me levanté rápido, sin pereza y sin sentirme con sueño, me vestí y bajé a desayunar lo de cada día. A pesar de tener por delante un maratón no cambié mi rutina: un plátano, bebida de avena con cacao, semillas de chía y muesli y una rebanada de pan integral con crema de algarroba casera. Siempre desayuno esto (a veces cambio la crema de algarroba por crema de cacahuete), compita, entrene o no, es mi manera de arrancar el día y me funciona, así que no hay motivos para cambiarlo. A las 7:30 teníamos a los taxis en la puerta (habíamos quedado con ellos el día antes) y desde allí ya nos dirigimos al Estadio de la Cartuja para dejar las cosas y ultimar detalles. Mientras esperábamos para reagruparnos (con tanta gente era fácil perderse) me encontré con Ivan, un antiguo compañero con el que jugaba a fútbol sala y que hacía un montón de años que no veía. Que casualidad y que pequeño es el mundo. El de Castellón y yo de Tarragona y nos encontramos casualmente en el Maratón de Sevilla... La verdad es que me hizo ilusión volver a verle.

Con Ivan
A primera hora de la mañana aún hacía algo de frío y esperamos todo lo que pudimos para dejar la ropa de abrigo y las mochila en el guardarropa. A pesar de ser 13.000 corredores estuvo todo muy bien organizado y prácticamente no se formaron colas para dejar las cosas. Ahora ya sí, todo hecho! Últimas fotos de grupo, últimas palabras de ánimos para todos y cada uno a su cajón. Raúl, Kyny y yo teníamos el mismo con lo cual aún tuvimos tiempo de hacernos las últimas bromas y presionarnos para hacer una u otra marca. Yo lo tenía claro. Mi estrategia iba a ser la que tenía prevista desde hacía ya muchos días, es decir, salir a ritmo entre 4:00 y 4:05/km. No quería ser osado pero tampoco excesivamente conservador, con lo cual creí que ese ritmo era adecuado.



A las 9, puntualmente, dieron la salida y empezamos a correr. A pesar de toda la gente que había, no tardé en coger mi “velocidad de crucero”. Como cambia correr a ese ritmo solo a hacerlo en una competición. Los primeros kilómetros hacia el Barrio de Triana fueron muy cómodos. Me sentía muy bien, suelto y sin sentir nada de esfuerzo. De vez en cuando fui controlando las pulsaciones y todo hacía indicar que iba muy bien, quizás hasta hubiera podido apretar más ya que superaba por poco las 140ppm. De todas formas, esto iba a ser muy largo y todavía podían pasar muchas cosas. Pasado el kilómetro cinco dejamos Triana y cruzamos el Puente de San Telmo para luego girar a la izquierda y tomar una larguísima avenida. Allí vi la Torre del Oro, creo que una de las pocas cosas en las que me fijé en toda la carrera. Corrimos por esa avenida paralela al río hasta bien entrado el kilómetro diez (que pasé en 40’40”), donde me tomé mi primer gel. Unos kilómetros antes, justo donde vi a Xavi, Melani y Raquel animando y haciendo fotos, tuve el placer de compartir un par de kilómetros (quizás algo menos) con dos ilustres del atletismo español, Abel Antón (comentó que iba a buscar las 2h55’) y con Martín Fiz, que imagino que corrió algunos kilómetros del Maratón de Sevilla como parte de su preparación para intentar ganar, como así lo hizo, el Maratón de Tokio. Fue curioso, y hasta me sentí un poco osado al dejarles atrás. No sabía que pasaría después pero en aquellos momentos me sentía bien y quería ir a buscar un tiempo mejor que las 2h55’.




La primera parte de la carrera pasó sin apenas darme cuenta. Durante los primeros 20 kilómetros mantuve el ritmo inicial sin problemas, hasta diría que con mucha suficiencia. Seguía con las pulsaciones muy controladas y notando que, quizás, me estaba pasando de conservador. En aquel momento, teniendo en cuenta las sensaciones que llevaba, tomé la decisión de aumentar el ritmo. Tenía en cuenta el posible bajón de los kilómetros finales pero asumía que, probablemente, llegaría igual hiciera lo que hiciera (siempre con cabeza, por supuesto), así que decidí jugármela y apretar. Enseguida me puse a un ritmo alrededor de 3’55”/km y me mantuve así hasta el kilómetro 30. Pasé el medio maratón en 1h25’33” y el 30 en 2h00’55”. En los kilómetros 20 y 30 me había tomado otro gel, más como “medida preventiva” que como supuesta necesidad. La verdad es que ni esta vez ni ninguna de las pocas veces que tomo geles, noto ese supuesto “subidón” de energía. No sé hasta que punto me ayudan pero tengo que decir que no noto ningún efecto positivo cuando me los tomo. Quizás debería probar de correr algún día un maratón sin tomarlos para comprobar su verdadero efecto. De todas formas, en Sevilla no era el día. No quería hacer experimentos ni arruinar una carrera por ese motivo. De esta forma y como ya he dicho, como medida preventiva me tomé tres geles, uno en el kilómetro 10, otro en el 20 y otro pasado el 30.

Durante los primeros kilómetros de carrera intenté ir fijándome un poco en el recorrido, pero no sé a partir de que momento dejé de fijarme en las cosas y me centré únicamente en correr. Entre los kilómetros 28 y 29 vi el estadio del Sevilla y poco después, sobre el 32, el del Betis, pero poco más. El supuesto muro (también conocido como “hombre del mazo”) del kilómetro 32 lo superé sin problemas y a partir de ahí empezaba la cuenta atrás de kilómetros. Es un momento importante y da moral empezar a pensar que, más que sumar, empiezas a restar los kilómetros que faltan para terminar el maratón. Había perdido algo de ritmo pero seguía rodando por debajo de 4’05”/km. En el kilómetro 35 por fin llegamos al Parque María Luisa, por donde corrimos un rato hasta llegar a una Plaza de España llena de gente animando. Fue antes de salir del parque donde, a pesar del ambiente festivo y de los ánimos de la gente, mis sensaciones cambiaron radicalmente (para mal, por supuesto) y mis ganas de terminar empezaron a crecer. Empecé a sentir las piernas cansadas y ya no corría con la soltura de los kilómetros anteriores. Todavía faltaban unos 5 kilómetros para terminar y la cosa parecía que no iba a ser nada fácil. Lo menos malo es que, a pesar del cansancio, el ritmo no se resintió excesivamente y pasé los kilómetros 38 y 39 a 4’15”/km. En aquellos momentos iba con tantas ganas de terminar que tampoco me fijé cuando pasamos por la Catedral ni vi la Giralda (ya tendría tiempo por la tarde). Los dos kilómetros siguientes fueron los peores de toda la carrera con diferencia (4’28” el 40 y 4’23” el 41). 





Durante estos kilómetros finales, igual que a lo largo de toda la carrera, no pensé en ningún momento en el tiempo final. No me quise añadir presión ni darle vueltas a la cabeza por conseguir un resultado u otro, simplemente sabía que había llevado un buen ritmo, a pesar de esa pérdida de varios segundos al final, durante todo el maratón e intuía que saldría un tiempo muy parecido al de Barcelona del año pasado. Como decía, los kilómetros 40 y 41 fueron un pequeño borrón que no empañaron para nada la impecable carrera que había hecho hasta el momento, pero al ver a lo lejos el Estadio de la Cartuja y con permiso de los isquios de mi pierna derecha que empezaban a quejarse, me olvidé de casi todo y volví aumentar el ritmo. Kilómetro 42 en 4’18” y emocionante entrada al Estadio de la Cartuja con unas gradas llenas de gente animando. A esas alturas mi Garmin ya marcaba los 42,2 km pero, como ya es habitual, hubo un descuadre entre el reloj y la famosa línea verde de unos 300 metros, por lo cual aún faltaba hacer esos últimos metros por el tartán. Corrí rápido, dando todo lo que me quedaba (que no era mucho). En la recta de meta vi que el crono marcaba ya las 2h52’ por lo que sabía que no mejoraría el tiempo de Barcelona aunque restara los segundos que pasaron desde la salida hasta mi paso por la alfombra. A pesar de eso, disfruté muchísimo de la llegada. Lo había vuelto hacer, un nuevo maratón disfrutado y sufrido (más disfrutado que sufrido) y consiguiendo bajar con muchísimo margen de la barrera de las tres horas. Al final, tiempo de 2’51’59” (resultados), sólo 22” por encima del tiempo del Maratón de Barcelona del año pasado y la sensación de que en los últimos 5 kilómetros me faltó saber sufrir un poco más. De todas formas, aunque ahora piense eso y que quizás con algo más de frialdad al afrontar los últimos cinco kilómetros (donde se me escaparon entre 90 y 100”) podría haber sacado un mejor resultado, lo conseguido en Sevilla es para estar muy satisfecho. Me planté en la salida después de una preparación atípica y donde sigo pensando que me salvaron las últimas tres o cuatro semanas de entrenamiento. El resto fueron rentas de tiempos pasados, así de claro. Llegar a un maratón acumulando sólo unos 500 km en las piernas en los últimos cinco meses y esperar milagros era una temeridad. Sin embargo, el milagro (por llamarlo de alguna manera y con algo de sufrimiento) ocurrió. No sé si acerté con mi estrategia o no, no sé si debería haber apretado más al principio para tener más segundos acumulados de cara al bajón final y, de lo contrario, tampoco sé si de haber hecho eso el bajón hubiera empezado en el kilómetro 37 o mucho antes. Son cosas que ahora me pregunto y que nunca sabré, pero lo que sí sé es que me permití el lujo de correr un maratón disfrutando durante más de 35 kilómetros y sufriendo sólo en la parte final. Me quedo con eso, con la sensación de haber hecho una carrera inteligente y muy equilibrada, sin muchos altibajos y con una segunda parte sólo 53” más lenta que la primera.




Al terminar la carrera y pararme, casi no me podía mover. Acabé con un fuerte dolor en los lumbares y me costó varios minutos poder salir del estadio y encontarme con Arancha y con Iker. Antes de eso estuve unos minutos esperando para ver si veía a Kyny y Raúl, que en teoría deberían ser los primeros en terminar, pero no hubo manera entre tanta gente. Al final decidimos ir a recoger mi mochila para cambiarme y no coger frío y esperar que los demás nos fueran diciendo donde estaban.

Lo más positivo de todo, teniendo en cuenta que un maratón es un maratón y que terminarlo ya es todo un éxito, es que todos los miembros del USK Team, con mejores o peores tiempos y más o menos satisfechos, terminamos esos difíciles 42,2 kilómetros por las calles de Sevilla. Kyny terminó en 2h57’32” (no está mal para ser su debut), Raúl en 3h10’15”, Joanra en 3h16’56”, David L. en 3h20’43”, David B. en 3h51’14”, Llàtzer en 3h54’23”, Aleix en 3h54’25” y Òscar en 5h10’52”. Todos finishers y todos felices por compartir este día y vivir la experiencia.


En cuanto a la clasificación, mis 2h51’59” sólo me sirvieron para terminar en el puesto 472 de 10.806 llegados a meta, quedando el 136 de mi categoría. Aquí va mi diploma:


Como hoy he optado por hacer la crónica un poco diferente y ya he ido colgado las fotos, para terminar sólo os dejo los detalles de mi carrera del Garmin y el vídeo de mi llegada a meta. Ahora a recuperarse bien y a seguir trabajando, que la temporada acaba de empezar y este maratón ha sido solo el comienzo del largo camino que me espera.


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