viernes, 8 de julio de 2016

Crónica 10K La Canonja

Otra vez con muchísimo retraso, me pongo a escribir la crónica de la última carrera en la que participé hace ya algunas semanas, en este caso en los 10K de la Canonja que se celebraron el pasado 19 de junio.

La verdad es que no llegaba demasiado bien a la competición. Sólo habían pasado dos semanas desde mi último dorsal en Niza, había estado la semana siguiente al Ironman de reposo absoluto y los días previos a estos 10k me había movido más bien poco. Para rematar, la noche antes de la carrera varios amigos del club me organizaron una especie de despedida de soltero en Salou y llegué a la Canonja habiendo dormido unas tres horas. Con esta mezcla de ingredientes, esperar hacer una buena carrera era casi como esperar un milagro. Quizás en otras circunstancias y ante otra carrera me hubiera quedado en casa durmiendo pero siendo parte del Club Excursionista de la Canonja quería estar allí.

El domingo de la competición apuré todo lo que pude para levantarme, desayuné más tarde de lo habitual y llegué a la Canonja con el tiempo justo para recoger el dorsal con mi hermano y colocarnos en la línea de salida. Una vez más, del calentamiento mejor no hablar.

El recorrido constaba, como cada año, de dos vueltas de cinco kilómetros con constantes subidas y bajadas. Al no saber como iba a responder mi cuerpo se me plantearon dudas antes de empezar, pero al final decidí salir fuerte y en caso de notarme mal aflojar. El primer kilómetro con algo de subida lo pasé en 3’32”, y el segundo, en ligera bajada, en 3’24” corriendo bastante suelto. Me sentía más o menos bien pero sabía de sobra que la gasolina no me duraría toda la carrera. Los dos siguientes kilómetros me mantuve alrededor de 3’40” y el quinto, con final en subida, lo pasé en 3’51”. Hasta aquí, dentro de lo que cabe, más o menos bien, corriendo solo y sabiendo que estaba en una muy buena posición.

En la segunda vuelta cambió un poco la historia y las piernas empezaron a quejarse. En el sexto kilómetro mantuve el ritmo pero en el séptimo, coincidiendo con el tramo de bajada en el que en la primera vuelta había podido correr tan rápido, me di cuenta que iba fundido. Corriendo forzado no pude hacer más que mantenerme a un ritmo justo por debajo de 3’40”, muy lejos (casi 16” más lento) de lo que había hecho al principio de carrera. Aún así, tampoco os voy a engañar, lo di por bueno. En los últimos tres kilómetros fui yendo poco a poco a menos aunque siempre manteniendo un ritmo medianamente alto (3’43”, 3’45” y 3’47”) y sin perder ninguna posición. Llegando a meta hice el último esfuerzo y paré el crono en un sorprendente tiempo de 37’21”, finalizando el 7º de la general, tercero de mi categoría y primero del Club Excursionista La Canonja (resultados).

Siendo sincero conmigo mismo tengo que decir que no me esperaba hacer un tiempo así. Es mi segunda mejor marca en 10k y llegué a la carrera en unas condiciones no muy buenas de cansancio y sueño. Si en la segunda vuelta no hubiera perdido esos poco más de 30” respecto a la primera, estaríamos hablando marca personal.

Para terminar esta breve crónica, os dejo alguna foto corriendo y en el podio y los detalles de la carrera del Garmin aquí.






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