martes, 21 de febrero de 2012

La creencia inquebrantable en uno mismo

Cuando todo está en contra y lo más fácil es rendirse, hay algunas personas que prefieren ir contracorriente y luchar hasta el último aliento. Los obstáculos que parecen infranqueables son las mejores oportunidades para saltar más alto y volar aún más lejos.


Esta es la fascinante historia de Loretta Harrop.
Loretta un día decidió que quería ser triatleta profesional. Para conseguir algún patrocinador tuvo que medir sus capacidades físicas en el Instituto Australiano de Deportes, uno de los mejores centros médicos-deportivos del mundo que cuenta con científicos reconocidos mundialmente. Los resultados de los test fueron los propios de una atleta mediocre, los médicos y especialistas deportivos le dijeron que no tenía talento, y le aconsejaron que se dedicara a otra cosa porque nunca llegaría a nada en el deporte. 

Piensa por un momento como hubieras reaccionado ¿Hubieras tirado la toalla? Pero, ¿cómo reaccionó Loretta?

En La "Biblia del Ganador" Loretta explica: “Recuerdo que estaba bastante preocupada porque los tests significaron una interrupción de mi entrenamiento diario. Sin embargo, necesitaba financiación, y para ello tenía que pasar por ese reconocimiento. Pero mi actitud era completamente despreocupada en ese sentido. En realidad, yo no creía en las pruebas porque conocía mis objetivos y lo que quería conseguir. Creía profundamente en mí misma y que iba a llegar a la cima.

Después que los resultados de mis tests dijeran que estaba por debajo de la media, me reía por dentro. Sabía que iba a ser grande y que encontraría la forma de hacerlo a pesar de los resultados. Si no sabía qué querían decir aquellas pruebas, entonces ¿por qué tenía que preocuparme por los resultados? Aunque ellos pensasen que nunca llegaría a ser campeona, yo pensaba que sí lo sería.”

Loretta no encontró ningún patrocinador, y aunque se entrenaba más duro que las demás no conseguía ganar. Imagínate como te sentirías después de cada derrota. Las palabras de los mejores médicos deportivos del mundo le perseguirían “nunca llegarás a nada, estás condenada al fracaso”.

Tenía pruebas científicas irrefutables del Instituto Deportivo más prestigioso del mundo, sus resultados en las competiciones no eran lo esperado. Lo más fácil era abandonar, sus excusas hubieran sido comprensibles para el resto de los mortales. Pero Loretta continuó contracorriente, no perdió ni por un segundo la confianza es si misma, su fe era inquebrantable. No quería ser una perdedora y no le importaba en absoluto lo que dijeran los demás. Estaba mentalmente preparada para entrenar más duro. Sus desventajas la motivaron aún más para exprimir todas sus fuerzas en cada entrenamiento. Llenó sus días de horas y horas de sacrificio extremo.

En 1999 Loretta Harrop fue campeona del mundo de triatlón y cinco años después fue medalla de plata en las Olimpiadas de Atenas.

Cuando tienes la absoluta convicción y firmeza en tus posibilidades ya no importa las limitaciones que te quieran imponer los demás. Cuando tienes una creencia inquebrantable en ti mismo es irrelevante que los expertos opinen que no tienes talento. Cuando crees en ti mismo por encima de todo, los sueños más imposibles se convierten en realidad.

Fuente: http://www.octavioperez.es/
Octavio Pérez. Preparador Físico 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado la historia Rubén. No hay motivación más fuerte que perseguir tu sueño. Yo lo he cumplido cruzando la meta de Central Park y ahora estoy en busca de nuevos retos. De momento a por los 5 Major y luego a por los 5 Continentes... Eso me mantendrá entretenido unos añitos.. :)

    ResponderEliminar
  2. Me alegro que te gustara! Son historias que te hacen ver que si tienes un sueño o una ilusión y luchas por ello, lo acabas consiguiendo. Uf, que cantidad de maratones que tienes pensados eh... A mi el de NY me gustaría hacerlo pero de momento tengo q conocer bien como está la rodilla. Veremos que tal...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...