Últimamente,
mucho se está hablando del entrenamiento en ayunas (EA). Algunos lo
utilizan para perder peso rápidamente, otros porque su horario de
trabajo les obliga a entrenar sin tiempo a desayunar, y ahora,
recientemente, muchos deportistas de élite lo utilizan como método para
mejorar el rendimiento. Aunque aún faltan estudios científicos más
profundos, daremos algunas claves de cómo, cuándo y por qué utilizarlo.
Durante el sueño el organismo utiliza la glucosa para mantener las funciones vitales y las reservas de glucógeno quedan casi agotadas. Así pues, durante el entrenamiento en ayunas la energía se obtiene a través de la oxidación de los ácidos grasos. Por tanto, este método de entrenamiento es rentable para los deportistas de resistencia donde las grasas se utilizan como fuente energética principal. A partir de las dos o tres horas de esfuerzo continuado el glucógeno queda prácticamente agotado. Los triatletas de larga distancia, ciclistas y ultrafondistas entre otros, pueden encontrar sensaciones fisiológicas, físicas y mentales similares a la competición pero sin tener que realizar entrenamientos de tanta duración. con el EA entrenamos y optimizamos el metabolismo de las grasas pero con un trabajo tendinoso-muscular menos agresivo.
Sin
embargo, cuando realizamos entrenos "intensos" por encima del 80-85%
del VO"max necesitamos un aporte energético instantáneo a través del
metabolismo de la glucosa, por lo que, si entrenamos en ayunas nuestro
rendimiento estará limitado y no solamente no obtendremos ningún
beneficio, sino que será perjudicial para nuestra forma física.
Si pretendemos utilizar este método de entrenamiento eficazmente tendremos que tener en cuenta estos principios básicos:
- Antes de empezar con el EA es preferible tener una buena base
aeróbica. Entrenar bajo de glucógeno es un trabajo físico exigente. Si
somos principiantes seguramente no asimilemos bien este tipo de
entrenamiento y nos llevará al agotamiento y a la desmotivación.
- Adaptarnos gradualmente. Podemos empezar con 30´de ejercicios
aeróbico ligero (130-145 puls) y progresivamente ir aumentando la
duración.
- Utilizarlos en mesociclos de adaptación o graduales, ya que en
etapas específicas y competitivas nos interesa que el ejercicio sea los
más similar a la competición y entrenar con un rendimiento óptimo.
- Siempre llevar un gel, una barrita o una fruta por si tenemos una bajada de azúcar y nos da la temida “pájara”.
Si procuramos perder grasa a través del EA también podemos utilizar
estos mismos consejos, pero hay que tener en cuenta que para regular
nuestro peso siempre es preferible llevar una dieta saludable y entrenar
con regularidad y siempre en plenas capacidades físicas. Si lo que
pretendemos es mejorar nuestro rendimiento y que nuestro cuerpo se
adapte más rápidamente a oxidar nuestros ácidos grasos como fuente de
energía, podemos introducir gradualmente el EA y comprobar si realmente
asimilamos bien este tipo de entreno y obtenemos beneficios a medio y
largo plazo. Todos sabemos que cada persona es un mundo y cada
metabolismo responde de una forma diferente a mismos estímulos. Lo mejor
es probar y después decidir si nos resulta rentable.
Fuente: http://www.octavioperez.es
Octavio Pérez. Preparador Físico
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