lunes, 12 de enero de 2015

Crónica Sant Silvestre de Tarragona

Un año más, como la canción de Mecano, el 31 de diciembre llegaba el momento de correr la Sant Silvestre de Tarragona. Esta era ya su 11ª edición de las cuales sólo me he perdido cuatro, las tres anteriores a 2007 y la del 2011 obligado por una lesión. Se ha convertido en una tradición despedir el año corriendo y, por lo tanto, no me la quise perder. Este año, igual que los dos anteriores, sólo eran siete kilómetros pero la organización se vio obligada a modificar un poco el recorrido debido a las obras que se están haciendo en el espigón. La carrera era a las 17:30 así que comí pronto y hasta me dio tiempo de hacer algo de siesta. Sobre las cuatro y media me fui caminando hacia la salida. Iker y Arancha bajarían un poco más tarde.

Como casi siempre, afrontaba la carrera con dudas. Dudas de si apretar o no y de cuánto. Se daba la curiosidad de que desde que la empecé a correr en 2007 (en esos años era de las poquísimas carreras, por no decir la única, que corría) cada año había ido mejorando el tiempo del año anterior y claro, me apetecía intentarlo. No iba a ser fácil porque el año pasado me había salido una carrera muy buena y, por lo tanto, tocaría sufrir. Al final, la intención era salir fuerte desde el principio a un ritmo cercano a 3'35"/km y ver como respondía el cuerpo.

Llegué a la salida con tiempo pero entre saludar a unos y a otros (muchísima gente conocida) y la foto de rigor con el USK Team, lo que menos hice fue calentar. Al final se nos echó el tiempo encima y además de calentar poco, no conseguimos situarnos demasiado bien en la salida. Minutos antes de empezar ya perdí de vista a mi hermano (se colocó más atrás) y Raul, David y yo no conseguimos precisamente un sitio privilegiado, aunque podría haber sido peor. 

La salida fue complicada, como casi cada año, y eso no es culpa de la organización, sino de los corredores. Considero que Raul, David y yo salimos relativamente delante (pero ni mucho menos en primera fila) y no entiendo como gente que sabe que tiene otros ritmos más lentos se la juega de esta manera con tal de salir en la foto. En este caso, hasta hubo un corredor al que se le debió caer algo al suelo y empezó a correr contra una avalancha de casi 2.000 corredores. Me recordó un poco a la escena de la estampida de "El Rey León". Bromas aparte, sería bueno que cada uno tomara conciencia de estas cosas. Y no sólo por lo que puedas incomodar a los corredores que quieren salir más fuertes (que también), sino por tu propia comodidad e integridad física, que no es poco.

Pues eso, primeros metros complicados con empujones, tropiezos y demás que conseguí salvar como pude. Pasé el primer kilómetro dentro de lo previsto en 3'31" pero con ganas de "marcha". Con más espacio para correr, en el segundo decidí apretar un poco más. De vuelta por el paso de meta y antes de terminar el segundo kilómetro, pude ver a Iker y a Arancha animando, cosa que agradecí mucho. No sé si por eso, el segundo kilómetro fue el más rápido de la carrera, pasándolo en un sorprendente tiempo de 3'15". A la altura de los tinglados del puerto alcancé a la primera chica que, igual que el año pasado, era Gurutze Frades, campeona de España de Triatlón de Larga Distancia durante los últimos años, y la consideré como una buena referencia durante la carrera.

Pasados los tinglados, iniciamos el tramo nuevo del circuito que se había tenido que introducir debido a las obras en el faro. Fue una recta de ida y vuelta por el Moll de Lleida para, a continuación, hacer el tramo del faro en el que no habían obras. En los kilómetros 3, 4 y 5 mantuve el ritmo de 3'30"/km (segundo arriba, segundo abajo). Pasado el quinto kilómetro empezaba otra recta de ida y vuelta por el paseo de la Playa del Milagro. Ese fue, quizás, mi peor momento de la carrera (en lo que a tiempos se refiere). No me sentía mal ni daba muestras de debilidad, pero sin darme cuenta mi ritmo bajó unos 10" respecto a los kilómetros anteriores. Quizás me despisté o simplemente el falso llano de ida me hizo ceder esos pocos segundos, el caso es que, una vez hecho el giro y ya sintiendo la meta muy cerca, volví a apretar. Sólo un kilómetro por delante y la sensación de estar haciendo la carrera más rápida de mi vida. Corrí rápido, volviendo a esos 3'30"/km que habían marcado casi toda la carrera y que me sirvieron para ganar alguna que otra posición. Como es habitual, el Garmin marcó el final del séptimo kilómetro cuando aún faltaban los últimos metros por el Barrio del Serrallo, que como también viene siendo habitual, fueron casi al sprint y con mucho público a ambos lados de la calle.

Al final, muy buen tiempo de 24'53" llegando en la posición 32 (21 de mi categoría) de 1.867 corredores (resultados). Antes de empezar no pensaba correr tan rápido ni conseguir un tiempo así. El año pasado terminé encantado con mis 25'57" y este año, sin ni siquiera buscarlo (ni entrenarlo) conseguí bajar más de un minuto ese tiempo. Ya sé que un minuto y medio es un mundo en una carrera tan corta, pero por ponerlo de ejemplo ese es el tiempo que me separó del Top10. No está mal. Este inicio de temporada está siendo prometedor, aunque sólo sea corriendo (a ver si las mejoras en el agua y en bici también llegan).

Para terminar esta crónica (que va con bastante retraso), os dejo varias fotos y los detalles de la carrera del Garmin. La próxima será este domingo en los 30km de la MCD y me servirá de test para el Maratón de Barcelona.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...