miércoles, 18 de marzo de 2015

Crónica de la Mitja de Cambrils

Otra vez con mucho retraso pero obligado por las circunstancias, en esta entrada voy a hablar sobre todo lo que dio de sí la Mitja de Cambrils del pasado 1 de marzo. Ya sé que hace más de dos semanas de la carrera y que después de ella han pasado muchas cosas interesantes que muchos de vosotros ya sabéis, pero como quiero ser ordenado empezaré por el principio y a lo largo de la semana espero dejar actualizado el blog. No lo puedo prometer pero lo intentaré.

Sobre la Mitja de Cambrils, hay que empezar diciendo que llegaba a sólo dos semanas del Maratón de Barcelona y que tenía dudas sobre como afrontarla. La consideraba un poco como una "carrera trampa" ya que si me iba bien, perfecto, me serviría para coger moral y confianza para el maratón pero, por el contrario, si las cosas se torcían por cualquier motivo, podría venirme un poco abajo y empezar a darle demasiadas vueltas al coco, algo que, desde luego, no necesitaba. Lo que sí tenía claro es que, pasara lo que pasara, sería el último entreno de calidad y de cierta distancia antes de la primera gran cita del año. 

Por suerte, la cosa no pudo salir mejor. Fue un día de aquellos en que, a pesar de no tener la intención de salir a buscar una marca concreta, todo fluye y el resultado obtenido es mucho mejor de lo que podía esperar en un principio. Y eso que no empecé bien. Después de llegar a Cambrils algo justos de tiempo (desde que está Iker se necesita más tiempo para todo), calenté unos minutos (muy pocos) con Pau y cuando ya me fui a colocar en la salida me vi casi atrás de todo. Allí me encontré con David y Raúl y aunque intentamos avanzar algo, no pudimos hacer gran cosa. Con este panorama y teniendo en cuenta que mi intención menos exigente era correr con la liebre de 1h24', tocaría apretar ya desde la salida para alcanzarla, algo que no me gusta nada.

Éramos más de 800 corredores y estaba claro que saliendo de tan atrás no iba a ser fácil conseguir una buena posición en los primeros metros. Aún así, la salida no fue demasiado caótica y Raúl y yo enseguida encontramos nuestro sitio al lado de la liebre "objetivo". Allí también me encontré con Carles. Durante los primeros kilómetros de carrera me sentí muy bien corriendo unos segundos por debajo de 4'/km y hasta teniendo que controlarme para no dejar atrás al grupo. Iba con unas sensaciones geniales pero pensando en el maratón que me esperaba dentro de dos semanas o incluso en lo larga que se me podía hacer esta carrera si forzaba ya desde el principio, así que decidí apostar por una estrategia más conservadora y seguir al lado de la liebre, al menos unos kilómetros más. Sobre el kilómetro siete y ya habiendo hecho el giro en Vilafortuny para volver a Cambrils y terminar así la primera vuelta, Raúl me comentó que tenía molestias en los isquios. Pensaba que no sería demasiado grave pero minutos después, cuando me volví a girar para ver como estaba ya no le vi. Lástima porque hubiera sido un buen día para conseguir un gran resultado. El que iba muy bien era Carles. Estaba claro que la 1h24' a él se le quedaba muy corta y como yo también iba muy bien, antes de terminar la primera vuelta decidimos que era el momento justo para apretar. Pasamos el décimo kilómetro en 39'17" pero a partir de ahí empezó una nueva carrera para nosotros.

Creo que pocas veces he disfrutado tanto corriendo como aquel día a aquellas alturas de carrera. Sin darnos demasiada cuenta empezamos a correr a un ritmo cercano a 3'40"/km y a ganar posiciones a un ritmo de vértigo. Era como si flotáramos. Me repetiré pero fue una sensación increíble que creo que nunca antes había experimentado corriendo. Y como nunca había sentido algo así, no quise desaprovecharlo. A lo mejor de aquella manera estaba arriesgando más de la cuenta y podía pasarme factura más adelante o incluso unos días después en el maratón, pero sencillamente en aquellos momentos de "euforia" no lo pensé, me limité a disfrutar de lo que estaba sintiendo.

Pasados los días y conociéndome a mí mismo un poco más después de cada carrera (siempre se puede aprender algo), puede que aquello me sirviera para abrirme los ojos. Me explico. Desde que empecé a correr y a competir con cierta asiduidad (a mediados-finales de 2009) tengo por costumbre una cierta tendencia a ser conservador, ya tenga enfrente una carrera de 5 km o un triatlón de larga distancia. Y puede que esto sea bueno en cierto modo para no llegar a poner el cuerpo al límite innecesariamente (no me gano la vida con esto), pero a veces hay que dejar de escucharse tanto, de tener tanto respeto por todo y uno debe dejarse llevar como me pasó a mí en Cambrils, porque valió mucho la pena. Tampoco diré que fui al límite ni mucho menos, pero sí que me olvidé un poco de los kilómetros que llevaba, de los que me quedaban, del ritmo que llevaba, de si sería capaz de aguantarlo, de si ese esfuerzo me podría pasar factura para el maratón... y me limité a correr lo más rápido que pude sintiendo a la vez una sensación muy agradable. Eso sí, siempre con conocimiento.

Y el resultado fue el que fue. Una segunda vuelta con Carles para enmarcar en la que hicimos algo más de once kilómetros a un ritmo medio bastante por debajo de 3'50"/km y que me sirvió para cruzar la meta en un tiempo de 1h21'29", rebajando así en más de dos minutos mi mejor marca personal en medio maratón. Al final, posición 37 de 859 llegados a meta (clasificación) y una satisfacción tremenda, tanto por lo conseguido como por las sensaciones vividas. Desde luego, esto fue una inyección de moral importantísima para lo que me esperaba dos semanas después en Barcelona. Siempre creo y confío en mí, pero después de carreras como estas, creo que aún debería hacerlo más. La lástima es que ya nunca sabré que marca podría haber conseguido de haber apretado un poco más durante los primeros kilómetros, que visto desde la perspectiva de la segunda vuelta, medio regalé porque estuve muy "reservón". Pero bueno, como siempre digo, eso tampoco es lo más importante. Siempre habrá nuevas carreras donde poder mejorar las marcas personales de cada uno. Lo más importante es seguir entrenando, seguir aprendiendo y seguir con ganas de conseguir mejores resultados.

Para terminar con esta crónica, como es habitual os dejo unas cuantas fotos de la carrera y los datos del Garmin.





Con Carles
Con Joanra, Kyny y Xavi del USK Team

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