El domingo pasado, casi un mes después de mi última competición y tal y como tenía planeado, participé en la II San Silvestre leganense, una carrera de unos 7 km aproximadamente (en realidad fueron 6,5) que ya corrí el año pasado. Con mis dolores olvidados pero con tan solo un rodaje medio decente de 9 km en varias semanas me planté en la línea de salida. Hacía un frío considerable, nada más bajar del coche media hora antes de la carrera el termómetro marcaba ¡¡¡-2ºC!!! y yo, pardillo de mi, sin guantes, ni buff, ni gorro, así que tocaría pasar frío… Ya desde el calentamiento noté que sería muy incómodo correr a un ritmo alto con esa temperatura, pero es lo que había.
Momentos antes de empezar, estaba decidido a salir fuerte y ver cuanto aguantaba, ya que sabía que no podría mantenerme a tope toda la carrera estando muy lejos de mi mejor momento.
Así las cosas, los dos primeros kms los hice por debajo de 4’, el primero a 3’48” y el segundo a 3’50” y a partir de ese momento aflojé ya que iba un poco pasado y tampoco daba para mucho más. Me tomé los siguientes kilómetros con más calma (el tercero a 4’17” y el cuarto a 4’27”) para volver a apretar en los casi tres que faltaban. El quinto kilómetro lo hice en 4’11” y a partir de ahí ya sabía que el final estaba cerca, ya que, al haber participado el año anterior, sabía que no eran 7 km sino 6 y pico. El km 6 lo hice en 4’14” y cada vez con más ganas de terminar, como se notan estas semanas de parón obligado!!!
Cuando llegamos a la calle de donde habíamos salido, ya sólo faltaba entrar en la pista de atletismo y cruzar la meta, y ahí el cambio respecto al año pasado, ya que entramos por otro lado y tuvimos que dar una vuelta entera a la pista para, ahora sí, cruzar la línea de meta. En total fueron 450 metros donde subí el ritmo y terminé la carrera a 3’58” y con un tiempo de 26’38” (posición 89 de 700 corredores).
Recorrido San Silvestre leganense 26/12/2010 |
Personalmente, creo que no está demasiado mal el resultado teniendo en cuenta las condiciones (sobre todo mi estado físico y el frío que pude llegar a pasar).
Después de la carrera tocaba reponer fuerzas y tras una merecida ducha caliente, fui con Arancha y los “cuñaos” al restaurante Muerde La Pasta, en el centro comercial Xanadú donde nos pusimos las botas.
Ahora, para despedir el año, llega la Sant Silvestre de Tarragona, que correré por cuarto año consecutivo (en las dos primeras participaciones aún no era corredor) y trataré de mejorar la marca del año anterior de 39’02”.
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