Me gustaría empezar esta crónica con una cita de José Saramago que dice que "la derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva". Y empiezo así porque hace justamente un año, en la Mitja de Tarragona, viví probablemente el peor momento desde que empecé a correr. Estaba lesionado, forcé para terminarla y me hice mucho daño en la rodilla. Me pasé cuatro o cinco días sin apenas poder caminar, desanimado, desilusionado y viendo el futuro muy negro. Toqué fondo. Estaba derrotado y con dudas sobre si me podría recuperar o no, aunque sabía que por mi parte iba a hacer todo lo que fuera necesario para conseguirlo, que esa lesión no podía ser definitiva y que pronto o tarde tendría la ocasión de resarcirme. De aquello ha hecho ya un año. Este domingo se me presentaba la oportunidad de hacer una gran carrera en Tarragona para quitarme la espina clavada del año pasado. Y vaya si lo hice. Sin ninguna duda, la de ayer ha sido mi mejor carrera hasta la fecha y puedo considerarla como una victoria tanto por el resultado obtenido como por el significado que tiene para mí. Por eso me he querido referir a la primera frase de la cita de Saramago. Por muchas veces que caigamos, fracasemos o perdamos, nunca será definitivo, siempre tendremos ocasión para volver a intentarlo, para vencer o, por lo menos, para sentirnos vencedores de algo, aunque esa victoria tampoco será definitiva y habrá que seguir luchando para mantenerse donde uno quiera estar. Dicho esto, ahora sí, vamos con la crónica.
Al correr en casa, el domingo no me tuve que levantar excesivamente pronto. Tenía la salida cerca (a 20 minutos caminando), así que ya eran las ocho de la mañana cuando empecé a desayunar. Estaba algo nervioso porque después de varias semanas corriendo relajado, sin presión por conseguir nada en concreto, había llegado el día en que tocaba exigirse un poco. La idea principal era la de bajar de 1h27’ pero como ya dije en alguna entrada anterior, estaría con un ojo puesto en la 1h24’. De hecho, saldría desde el principio con la idea de conseguir esa marca. Quería finalizar la temporada a lo grande, con un resultado que me dejara un buen sabor de boca y con la sensación de que durante estos últimos meses ha habido una importante progresión en mí. Sabía que habría liebre de ese tiempo y que mi hermano también saldría más o menos a ese ritmo, así que estaba dispuesto a intentarlo, ¿por qué no? Esa iba a ser la estrategia de carrera. Con esos pensamientos terminé de desayunar, me preparé las cosas y sobre las nueve de la mañana, Arancha y yo nos fuimos caminando a la salida. Al haber recogido el dorsal el día antes, nada de colas, nada de esperas... sólo llegar y calentar. Así da gusto.
Como cada año (ya es el cuarto seguido que participo), mucho ambiente. Unos 2.000 corredores. Calenté bastante suave y no me sentí especialmente bien, aunque quizás era por la tensión. Poco antes de empezar me encontré con mi hermano y César, calentamos un poco más y nos fuimos directos a la salida para conseguir un buen sitio. En la línea de salida también me encontré con Suso. Inconfundible con su camiseta del Celta de Vigo. Ya estaba todo preparado. Últimos ánimos entre nosotros y a correr. La salida no fue limpia del todo. En los primeros metros se juntó mucha gente corriendo a diferentes ritmos y eso hizo que el riesgo a tropezar con cualquiera aumentara. A pesar de eso, mi hermano y yo salimos bastante bien y enseguida nos pusimos a un ritmo algo más rápido que lo que correspondía para 1h24’. Había que arañar algunos segundos al crono para tener algo de colchón más adelante, por si acaso. Primeros tres kilómetros por los alrededores de la salida, con varios giros pero con rectas muy largas. A pesar de hacer esos primeros tres kilómetros a una media de 3’46”/km, enseguida nos alcanzó el grupo con la liebre de 1h24’ a la cabeza. Era un grupo grande y nos metimos en él. Iba a ser mi primera experiencia corriendo en grupo y tengo que decir que valió la pena. Entre los kilómetros tres y cinco llegó la parte del circuito con más desnivel, subiendo un tramo de la Av. Ramón y Cajal y la Rambla Nova. A pesar de eso, no se hizo especialmente duro ya que la pendiente no es muy grande, aún vas fresco de piernas y hay algo de público animando. Finalizada la subida a la Rambla, llegaron los metros de “descanso” en los que te puedes dejar llevar por la bajada hasta la Pl. Imperial Tarraco. Llegados allí era el momento de enfrentarse a la parte más fea del recorrido: el Polígono Industrial. Yo seguía bien de piernas y lo mejor de todo es que no me había dado por empezar a darle vueltas al coco. Lo que sí me preocupaba era que cada kilómetro el Garmin se me descuadraba un poco más. Ahí fue muy importante el papel de la liebre, que nos iba diciendo los segundos que llevábamos de margen cuadrando sus kilómetros con los marcados por la organización. No sé como serán otras liebres pero hay que reconocer que la nuestra lo hizo genial. Nos fue hablando durante toda la carrera, dando ánimos y alguna que otra instrucción de donde debíamos apretar, donde relajarnos, como juntar el grupo... La verdad es que estuvo muy bien y puede decirse que una parte del logro que conseguimos fue gracias a él. Durante este tramo del polígono, encefalograma plano. Intenté no pensar en nada, ni bueno ni malo. Sólo limitarme a correr. Lo único en lo que me fijé fue que pasamos el kilómetro diez en un tiempo de 39’30”, es decir, con unos 30” colchón para intentar bajar de esa 1h24’.
Ya de vuelta a Tarragona, con más de la mitad de carrera hecha, faltaban los kilómetros más duros psicológicamente hablando. Rectas interminables de ida y vuelta por el paseo de la playa del Milagro y el faro. Lo mejor de todo es que a pesar de los kilómetros que llevábamos me sentía bastante cómodo corriendo a un ritmo por debajo de los 4’/km. En el kilómetro quince, coincidiendo con el final del paseo de la playa, hicimos bastantes metros por debajo del parking cubierto y ahí el Garmin perdió la señal durante unos segundos. Cuando dejamos atrás esa zona con techo mi reloj me marcaba ya un ritmo de 5’30”/km y terminé ese kilómetro en unos 4’29” totalmente falsos. A partir de ese momento dejé de guiarme por él y empecé a hacer caso sólo de los puntos kilómetricos marcados por la organización. Por suerte, según mis cálculos aún iba algo por delante. Lo negativo era que empezaba a tener molestias en los pies, en especial en el izquierdo. Las zapatillas aún están muy nuevas (sólo tenían dos usos de unos 11km cada uno antes de la carrera) y la plantilla no está del todo acoplada.
Ya sólo faltaba el tramo del faro (como si eso fuera poco). Mi hermano y yo seguíamos corriendo juntos dentro del grupo pero los dos sabíamos que llegaba el momento de apretar los dientes y desmarcarse un poco. Él empezó primero y se fue destacando unos metros. Yo tardé algo más pero también me adelanté ligeramente, aunque por precaución no quise forzar más de la cuenta y ya no me llegué a colocar a su altura. Aún faltaban unos cuatro kilómetros y no me atreví. Además, llevaba un ritmo suficiente para terminar por debajo de la 1h24’ y con eso me conformaba. Después del último giro en el faro sólo quedaban poco menos de tres kilómetros. Ya lo tenía hecho. Empezaba a notarme cansado y tenía la planta de los pies doloridas pero sabía que lo tenía en las manos. Se acercaba el final y era consciente que iba a terminar por debajo de lo que me había propuesto. Los metros finales por los tinglados del puerto y por el Serrallo los hice disfrutando del ambiente y de la carrera que había hecho. Ahí ya no me dolía nada, estaba feliz por la carrera que había hecho y hasta hice un último sprint hasta meta. Al final, terminé con un tiempo oficial de 1h23’56”, 1h23’50” según mi Garmin, llegando en la posición 102 (58 de mi categoría) de 1.800 llegados a meta (resultados). En este sentido, me gustaría comentar dos detalles. La primera es que la mayoría de gente comentaba que les salieron más metros de los que en teoría debería haber. A mí me salieron 170 metros de más sin contar los que corrimos bajo el techo del parking. No sé si estaremos en lo cierto o no pero por lo menos no me pasó a mí solo. Y otra cosa. No termino de estar muy de acuerdo en la diferencia entre el tiempo oficial y real. Es una chorrada de pocos segundos sin ningún tipo de importancia pero no entiendo que mi hermano, saliendo justo delante mío en la salida tenga una diferencia de cuatro segundos y yo tenga exactamente el mismo tiempo oficial y real según la clasificación. Vuelvo a decir que es un detalle sin ninguna relevancia pero algo debió fallar. Finalmente mi hermano terminó con unos 40" de ventaja sobre mí haciendo también su mejor marca en medio maratón.
Esta Mitja de Tarragona ha servido para poner el broche de oro a una temporada fantástica para mí, sobre todo si tenemos en cuenta como empezó y lo poco que esperaba de ella. No me hubiera imaginado nunca terminarla así pero estoy encantado. Ahora descansaré dos semanas porque es necesario pero la temporada que viene quiero seguir mejorando todo lo que pueda. En alguna entrada futura ya haré balance de lo que ha dado de sí esta temporada/año.
Para terminar, dejo unas cuantas fotos de Arancha, un par de videos (paso por el km 3 y llegada a meta) y los resultados del Garmin con todos los detalles de la carrera.
Al correr en casa, el domingo no me tuve que levantar excesivamente pronto. Tenía la salida cerca (a 20 minutos caminando), así que ya eran las ocho de la mañana cuando empecé a desayunar. Estaba algo nervioso porque después de varias semanas corriendo relajado, sin presión por conseguir nada en concreto, había llegado el día en que tocaba exigirse un poco. La idea principal era la de bajar de 1h27’ pero como ya dije en alguna entrada anterior, estaría con un ojo puesto en la 1h24’. De hecho, saldría desde el principio con la idea de conseguir esa marca. Quería finalizar la temporada a lo grande, con un resultado que me dejara un buen sabor de boca y con la sensación de que durante estos últimos meses ha habido una importante progresión en mí. Sabía que habría liebre de ese tiempo y que mi hermano también saldría más o menos a ese ritmo, así que estaba dispuesto a intentarlo, ¿por qué no? Esa iba a ser la estrategia de carrera. Con esos pensamientos terminé de desayunar, me preparé las cosas y sobre las nueve de la mañana, Arancha y yo nos fuimos caminando a la salida. Al haber recogido el dorsal el día antes, nada de colas, nada de esperas... sólo llegar y calentar. Así da gusto.
Como cada año (ya es el cuarto seguido que participo), mucho ambiente. Unos 2.000 corredores. Calenté bastante suave y no me sentí especialmente bien, aunque quizás era por la tensión. Poco antes de empezar me encontré con mi hermano y César, calentamos un poco más y nos fuimos directos a la salida para conseguir un buen sitio. En la línea de salida también me encontré con Suso. Inconfundible con su camiseta del Celta de Vigo. Ya estaba todo preparado. Últimos ánimos entre nosotros y a correr. La salida no fue limpia del todo. En los primeros metros se juntó mucha gente corriendo a diferentes ritmos y eso hizo que el riesgo a tropezar con cualquiera aumentara. A pesar de eso, mi hermano y yo salimos bastante bien y enseguida nos pusimos a un ritmo algo más rápido que lo que correspondía para 1h24’. Había que arañar algunos segundos al crono para tener algo de colchón más adelante, por si acaso. Primeros tres kilómetros por los alrededores de la salida, con varios giros pero con rectas muy largas. A pesar de hacer esos primeros tres kilómetros a una media de 3’46”/km, enseguida nos alcanzó el grupo con la liebre de 1h24’ a la cabeza. Era un grupo grande y nos metimos en él. Iba a ser mi primera experiencia corriendo en grupo y tengo que decir que valió la pena. Entre los kilómetros tres y cinco llegó la parte del circuito con más desnivel, subiendo un tramo de la Av. Ramón y Cajal y la Rambla Nova. A pesar de eso, no se hizo especialmente duro ya que la pendiente no es muy grande, aún vas fresco de piernas y hay algo de público animando. Finalizada la subida a la Rambla, llegaron los metros de “descanso” en los que te puedes dejar llevar por la bajada hasta la Pl. Imperial Tarraco. Llegados allí era el momento de enfrentarse a la parte más fea del recorrido: el Polígono Industrial. Yo seguía bien de piernas y lo mejor de todo es que no me había dado por empezar a darle vueltas al coco. Lo que sí me preocupaba era que cada kilómetro el Garmin se me descuadraba un poco más. Ahí fue muy importante el papel de la liebre, que nos iba diciendo los segundos que llevábamos de margen cuadrando sus kilómetros con los marcados por la organización. No sé como serán otras liebres pero hay que reconocer que la nuestra lo hizo genial. Nos fue hablando durante toda la carrera, dando ánimos y alguna que otra instrucción de donde debíamos apretar, donde relajarnos, como juntar el grupo... La verdad es que estuvo muy bien y puede decirse que una parte del logro que conseguimos fue gracias a él. Durante este tramo del polígono, encefalograma plano. Intenté no pensar en nada, ni bueno ni malo. Sólo limitarme a correr. Lo único en lo que me fijé fue que pasamos el kilómetro diez en un tiempo de 39’30”, es decir, con unos 30” colchón para intentar bajar de esa 1h24’.
Ya de vuelta a Tarragona, con más de la mitad de carrera hecha, faltaban los kilómetros más duros psicológicamente hablando. Rectas interminables de ida y vuelta por el paseo de la playa del Milagro y el faro. Lo mejor de todo es que a pesar de los kilómetros que llevábamos me sentía bastante cómodo corriendo a un ritmo por debajo de los 4’/km. En el kilómetro quince, coincidiendo con el final del paseo de la playa, hicimos bastantes metros por debajo del parking cubierto y ahí el Garmin perdió la señal durante unos segundos. Cuando dejamos atrás esa zona con techo mi reloj me marcaba ya un ritmo de 5’30”/km y terminé ese kilómetro en unos 4’29” totalmente falsos. A partir de ese momento dejé de guiarme por él y empecé a hacer caso sólo de los puntos kilómetricos marcados por la organización. Por suerte, según mis cálculos aún iba algo por delante. Lo negativo era que empezaba a tener molestias en los pies, en especial en el izquierdo. Las zapatillas aún están muy nuevas (sólo tenían dos usos de unos 11km cada uno antes de la carrera) y la plantilla no está del todo acoplada.
Ya sólo faltaba el tramo del faro (como si eso fuera poco). Mi hermano y yo seguíamos corriendo juntos dentro del grupo pero los dos sabíamos que llegaba el momento de apretar los dientes y desmarcarse un poco. Él empezó primero y se fue destacando unos metros. Yo tardé algo más pero también me adelanté ligeramente, aunque por precaución no quise forzar más de la cuenta y ya no me llegué a colocar a su altura. Aún faltaban unos cuatro kilómetros y no me atreví. Además, llevaba un ritmo suficiente para terminar por debajo de la 1h24’ y con eso me conformaba. Después del último giro en el faro sólo quedaban poco menos de tres kilómetros. Ya lo tenía hecho. Empezaba a notarme cansado y tenía la planta de los pies doloridas pero sabía que lo tenía en las manos. Se acercaba el final y era consciente que iba a terminar por debajo de lo que me había propuesto. Los metros finales por los tinglados del puerto y por el Serrallo los hice disfrutando del ambiente y de la carrera que había hecho. Ahí ya no me dolía nada, estaba feliz por la carrera que había hecho y hasta hice un último sprint hasta meta. Al final, terminé con un tiempo oficial de 1h23’56”, 1h23’50” según mi Garmin, llegando en la posición 102 (58 de mi categoría) de 1.800 llegados a meta (resultados). En este sentido, me gustaría comentar dos detalles. La primera es que la mayoría de gente comentaba que les salieron más metros de los que en teoría debería haber. A mí me salieron 170 metros de más sin contar los que corrimos bajo el techo del parking. No sé si estaremos en lo cierto o no pero por lo menos no me pasó a mí solo. Y otra cosa. No termino de estar muy de acuerdo en la diferencia entre el tiempo oficial y real. Es una chorrada de pocos segundos sin ningún tipo de importancia pero no entiendo que mi hermano, saliendo justo delante mío en la salida tenga una diferencia de cuatro segundos y yo tenga exactamente el mismo tiempo oficial y real según la clasificación. Vuelvo a decir que es un detalle sin ninguna relevancia pero algo debió fallar. Finalmente mi hermano terminó con unos 40" de ventaja sobre mí haciendo también su mejor marca en medio maratón.
Esta Mitja de Tarragona ha servido para poner el broche de oro a una temporada fantástica para mí, sobre todo si tenemos en cuenta como empezó y lo poco que esperaba de ella. No me hubiera imaginado nunca terminarla así pero estoy encantado. Ahora descansaré dos semanas porque es necesario pero la temporada que viene quiero seguir mejorando todo lo que pueda. En alguna entrada futura ya haré balance de lo que ha dado de sí esta temporada/año.
Para terminar, dejo unas cuantas fotos de Arancha, un par de videos (paso por el km 3 y llegada a meta) y los resultados del Garmin con todos los detalles de la carrera.
Enhorabuena por la fantástica crónica y por supuesto enhorabuena, ya no sólo por la carrera, sino por el pedazo de temporada que has hecho y que he seguido como si de la Liga de Fútbol se tratase. Ya te lo he dicho alguna vez, pero no me cansaré. Para mi eres un ejemplo a seguir, de constancia y superación. Grandísimo Rubén!!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias crack! La verdad es que agradezco muchísimo tu comentario. No sé si seré un ejemplo o no, solo trato de hacer lo que me gusta con la máxima ilusión posible y supongo que los resultados llegan solos. De todas formas, es bonito que desde fuera te vean así, anima a seguir luchando por mejorar.
EliminarUn abrazo!!!
enhorabuena por los resultados y sobretodo por las buenas sensaciones con las que acabas el año. Te servirán para tener más ilusión, si cabe, para el próximo curso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Andreu! Sí, esto anima a empezar la próxima temporada con más ganas que nunca, que ya es dificil, jeje!
EliminarEspero que tus entrenos pensando en Lanzarote te estén yendo bien.
Un abrazo!
Felicidades Rubén por ese tiempazo, se va forjando un Pro poco a poco, a seguir asin y para delante con los objetivos.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Guillem! Uy, aún quedan muy muy muy lejoslos pros... Creo que ya llego un poco tarde, jejeje!
ResponderEliminarEn nada tengo que volver a la piscina, a ver si nos vemos algún dia y seguimos con las "clases"...
Un saludo crack!