Llegó el momento tan deseado de volver a escribir una crónica después de estar más de un mes y medio sin poder competir. Sinceramente, creo que no podía haber escogido un mejor escenario para mi regreso que la Cursa del Calçot de Valls, organizada por el FACVAC, mi club. A pesar de no llegar en un buen momento para intentar nada, las ganas de volver a participar en una carrera hicieron que el domingo a las 10 de la mañana estuviera en la línea de salida. El único próposito que tenía era pasarlo bien, disfrutar de nuevo de este ambientillo de las carreras y, de paso, saber cuanto he perdido en todo este tiempo de “inactividad” y en que momento me encuentro actualmente, más que nada para tener una idea de lo que me esperan las próximas semanas.
No me coloqué demasiado adelantado en la salida. Al no tener prisa ni presión por conseguir una marca concreta, salí tranquilo. Tenía unas agujetas impresionantes en los cuadriceps y en los gemelos de los dos rodajes a pie que había hecho los días anteriores. Es increíble lo rápido que se olvida el cuerpo de los entrenos hechos hasta hace relativamente poco. Ahora sólo espero que también se vuelva a acostumbrar rápido a correr casi cada día, porque entrenar con estas agujetas más tiempo puede ser un infierno. Los primeros metros de la carrera fueron, como cada año, de subida por el barrio del Fornàs. Se me hicieron duros hasta que logré entrar en calor y los dolores provocados por las agujetas fueron un poco a menos. A partir de ahí, intenté llevar un ritmo más o menos constante, sin forzar y sin pasarlo mal. Me notaba muy bien de pulsaciones, llevando bien la respiración y sin pasar apuros. En cambio, las piernas no daban más de sí, pero ¿que podía esperar? Los dos primeros kilómetros los pasé en 4’07” y 4’01” y a partir de ahí bajé un poco el ritmo obligado por mi estado físico actual. Aún así, me mantuve en ritmos medianamente decentes alrededor de 4’15”/km hasta llegar al ecuador de la carrera, en su paso por Alió. En ese momento las carreras se separaban (los de la Mitja iban hacia Bràfim y nosotros de regreso a Valls) y yo empezaba a sentirme realmente cansado. En los siguientes kilómetros volví a bajar el ritmo hasta hacer el octavo kilómetro en 4’26” (mi km más lento de la carrera). Estábamos llegando de nuevo a Valls y sólo quedaba un tramo de subida hacia el polígono y bajar toda la rampa que habíamos subido al principio. Me intenté animar un poco y saqué fuerzas para hacer los últimos 600 metros (aprovechando la bajada) a un ritmo bastante alto. Al final, llegué a meta en 44’53” contento y satisfecho por la carrera y por volver a estar donde me gusta estar, aunque consciente de todo el trabajo que me queda por delante durante las próximas semanas para recuperar el estado físico de hace unos meses. En cuanto a la clasificación, puesto 38 de 206 corredores y 11º de mi categoría (resultados). Lástima porque haciendo unos 20” menos por kilómetro (más o menos a los ritmos que tenía en octubre y noviembre del año pasado) hubiera estado bastante más arriba en la clasificación. Pero bueno, ahora no es momento de pensar en esas cosas todavía. Todo llegará.
En cuanto a la organización, que voy a decir, perfecta como siempre. Buena señalización, buenos avituallamientos, buena bolsa del corredor, fotos de meta gratis... Se nota que esta carrera se organiza con mucho cariño.
Pues nada, el primer paso para volver ya está dado. Primera carrera hecha después de la maldita lesión. Ahora toca pensar en seguir recuperándome y entrenar duro para cumplir los objetivos marcados al empezar la temporada. En las próximas semanas seguramente corra varias carreras más, algunas de montaña (Prades, Bràfim,...). Tengo varias en la cabeza pero aún no me he acabado de decidir. Lo que sí tengo claro es que tengo muchas ganas de hacer kilómetros, muchos kilómetros.
Como siempre, dejo varias fotos que me hizo Arancha llegando a meta y los resultados del Garmin.
Fantástica la carrera del calçot. Felicidades!
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