miércoles, 8 de mayo de 2013

Crónica Isostar Extreme Man Salou

Mi temporada triatlética comenzaba este pasado domingo con el Extreme Man de Salou. Como ya había sucedido el año pasado, me estrenaba con un Half y, de la misma forma que el año anterior en Calella, tampoco llegaba en un buen momento. Era consciente de ello, por eso no me había marcado ningún objetivo concreto aparte de intentar disfrutar e ir cogiendo “minutos” que me ayuden a recuperar la forma que todavía me falta. Por primera vez, hacía un triatlón de los importantes en casa y no me tenía que preocupar de tantas otras cosas (desplazamientos, traslado de todo el material necesario, hotel, restaurantes donde poder comer algo adecuado,...). Puede parecer una tontería, pero poder olvidarte de todo eso siempre te da algo más de tranquilidad a la hora de afrontar la carrera.

Y hablando de la tranquilidad con la que afrontaba este reto, creo que a primera hora de la mañana, y a pocos minutos de empezar la prueba, confundí la tranquilidad con el exceso de relajación. Arancha y yo llegamos a Salou con tiempo, di un último repaso (hinché las ruedas de la bici y dejé el bidón y las barritas) y comprobé que todo estaba en su sitio, mojado por la lluvia de la noche, pero en su sitio. Con tranquilidad nos fuimos a la playa y empecé a colocarme el neopreno. No digo que sea bueno estar nervioso pero sí que creo que hace falta tener cierta tensión para una carrera así. Pues no fue mi caso a esta primera hora. Empecé despistado y poco antes de empezar me di cuenta de que no había ni mirado el circuito de natación. No sabía el recorrido exacto, ni cuales eran las boyas de referencia, ni nada. Vaya cabeza! Una vez informado sólo faltaba esperar a que llegara mi hora de salida, prevista para las 7.40, aunque la cosa iba con un poco de retraso.

Al final, pocos minutos antes de las ocho, dieron nuestra salida. La natación, para ser sincero, ni bien ni mal. Evité bastante bien los golpes y no me desvié en exceso del recorrido marcado, pero no nadé rápido. Me cuesta coger un ritmo alto y noto que en el agua compito al mismo ritmo que entreno. Nado sin cansarme y sin apenas esforzarme pero no lo hago de forma consciente, es lo que me sale. Quizás sea por comodidad, por miedo a quemar cartuchos antes de tiempo, porque no soy buen nadador o por lo que sea, pero es así. También es cierto que me falta mucha experiencia compitiendo en el agua y que, con el tiempo, algo espero mejorar, no sé como lo voy a hacer, pero lo haré. Además es fácil, a peor no creo que pueda ir. Total, salí del agua en 37’20” (38’24” si sumamos la entrada al bike park donde en teoría empezaba la transición) habiendo nadado, según el Garmin, 2.140 metros. Creo que en aguas abiertas este reloj marca algo más porque creo que no me desvié tanto. Parcial 444 de 984 y a pensar en la bici. Aunque antes, una transición lenta, entre otras cosas provocada por la estrechez de los pasillos donde estaban las bolsas. Se formaron colas en los pasillos y había que salir de ahí para cambiarse. Además de ese inconveniente, se me rompieron las gafas de sol.



El sector bici fue, sin duda, la parte de la carrera en la que más disfruté. Me sentí bien desde el principio y completé el recorrido más rápido de lo que esperaba en 3h01’55” (oficial 3h01’50”), terminando los 90,65 km a una media de 29,9 km/h. Buenas sensaciones en todo momento, tan buenas que creo que hasta me excedí sin pensar que después aún faltaban 21 km de carrera o confiando demasiado en que ese tramo lo haría sin ningún tipo de problema, qué iluso! El recorrido fue duro pero muy bonito. Durante la bici me bebí dos bidones, uno de 226ers Energy Drink y otro de Isostar de la organización, un gel y tres barritas de amaranto (esas cosas tan raras que como yo). Me sentí especialmente bien en las subidas y fui con precaución en las bajadas ya que a pesar de ir relativamente rápido, no se podían alcanzar grandes velocidades en los tramos con tantas curvas. Como digo, me fue bien, y la prueba de ello es que ya antes de empezar a subir el Coll d’Alforja empecé a adelantar a ciclistas con el dorsal blanco (de la primera salida). Eso me subió la moral, como también me subió la moral el cumplido que me hizo otro triatleta que me gritó “sos una máquina subiendo!” mientras me adelantaba en una bajada, después de haberle adelantado yo en una subida. Otro tema que me llamó la atención del sector ciclista es la gran permisibilidad (o pasividad) de los jueces ante el drafting. No bromeo cuando digo que por momentos llegué a pensar que estaba permitido ante tal cantidad de grupos (muy numerosos) que llegué a ver. Me extrañaba mucho pero lo pensé en serio. Y lo pensé hasta que, en un momento en el que yo debía estar al menos a cinco metros (si no eran más) de otro ciclista y sin ninguna intención de pegarme a él, pasó una juez y me dijo “no se puede ir a rueda”. Increíble pero cierto. A mí, que no me gusta ir a rueda ni cuando está permitido. En fin... 

Fue casi acabando cuando empecé a sospechar que algo no iría bien corriendo. No estaba muy cansado pero sí que empecé a pensar que quizás había hecho demasiado rápido la bici. Me había dejado llevar por las ganas de hacerlo bien olvidándome de las condiciones físicas en las que había llegado a la prueba. Aún así, aún guardaba ciertas esperanzas de hacerlo bien. Como he dicho antes, relativamente buena bici en 3h01’50” y puesto 276 de 984.

 


Segunda transición algo más rápida que la primera (siempre es más fácil) y a correr. Empecé con seguridad y confiando en que la haría sin problemas. “Esto ya está hecho”, pensé. “Ahora toca hacer la parte que más me gusta, disfrutar del ambiente, del público que nos anima, de las caras conocidas, del paseo de Salou...”. Vamos, que me las prometía muy felices. Primeros kilómetros rápidos (entre 4’10” y 4’20”) pero con una sensación extraña. Me costaba respirar y hasta tenía un poco de flato. Aún así, mantuve el ritmo unos kilómetros más. A diferencia de la bici, el recorrido me pareció feo y duro (o quizás una cosa lleva a la otra). No sé, pero no me gustó. Y si ya me parecieron duros los primeros kilómetros en los que aún iba a un ritmo bastante bueno, a partir del kilómetro 13 (al poco de empezar la segunda vuelta) la cosa empeoró. A pesar de haberme tomado un gel y de haber ido bebiendo, empecé a sentirme bastante flojo. No me dolía nada pero no tenía fuerzas, eso es todo. Me recordó a la sensación que tuve en mi primer maratón, una especie de vacío del que no te recuperas. En ese momento empecé a darle vueltas a la cabeza, a buscar una explicación y a dudar de casi todo, desde mi dieta, pasando por mis entrenos y mi preparación justita hasta llegar a una mala planificación de carrera por mi parte. Había desconectado de todo y corría por inercia a un ritmo aproximado de 5’20”/km. Sinceramente, quiero pensar que lo que me pasó simplemente se resume en dos palabras: “poco entrenamiento”, y que desde luego no podía pretender correr 21 km a 4’20”/km después de haber forzado más de la cuenta en bici y con lo que había entrenado la carrera a pie durante las semanas anteriores. Estaba corriendo un triatlón de media distancia (que no es cualquier cosa), llevaba más de cuatro horas de carrera y haciendo sesiones de elíptica de 40 o 45 minutos como había hecho las semanas anteriores, no podía esperar mucho más. Es así de simple. Aún así, resistí y no paré a caminar en ningún momento, aunque no por falta de ganas. El último tramo por el paseo se me hizo eterno, y eso que es donde más público había animando, entre ellos Arancha, Óscar y mis padres. Al final, terminé la carrera a pie en 1h45’07”, el medio maratón más lento que he hecho en mi vida. Posición 353 de 984.






En total, fueron 5h32’27” con tiempo para todo, para la calma (casi indiferencia) en el agua, la diversión encima de la bici y el sufrimiento corriendo pero, sobre todo, para seguir aprendiendo de todas y cada una de las cosas que viví este 5 de mayo de 2013 y para hacer un buen entreno de cara a lo que me enfrentaré en unos meses. La posición final fue la 289º de 984 triatletas (masculinos) y de mi categoría fui el 83º de 223 (resultados).

Interiormente estoy contento porque no todos los días se termina una competición de este tipo (y yo ya llevo cuatro), pero por otro lado estoy algo decepcionado porque, al margen de mi condición física actual, esperaba hacerlo mejor o, por lo menos, terminar con otras sensaciones. Aún así, tengo que ser justo y honesto conmigo mismo y pensar que en estos momentos no me merecía mucho más. Todavía hay mucho trabajo por delante y, si por fin logro conseguir una continuidad, estaré encantado de hacerlo.


Ahora quiero agradecer a todos los que estuvieron pendientes el domingo de como me iba y en especial a Arancha (que, como siempre, está ahí aguantando las horas que hagan falta), a Óscar y a mis padres por venir a apoyar en persona. Muchas gracias, de verdad!!!



Para terminar, dejo el video de mi llegada a meta en el que se puede comprobar que no llegaba ni muy fino ni muy contento...


Pues creo que esto es todo lo que dio de sí el Extreme Man de Salou. Espero que os haya gustado la crónica. A veces es difícil explicar con palabras algunos sentimientos, pero intentarlo, lo intento. Ahora, toca pensar en el próximo que, seguramente, será dentro de muy poco.

4 comentarios:

  1. Yo creo que no es cosa de merecimientos. Si por merecerlo fuese, seguro que llegabas el primero. A pocos conozco que se esfuercen tanto como tu. Más bien es que llevas un buen tute de entrenos y carreras, y un half no es una broma. Aunque tu mente vaya divertida en la bici, es lo que ya comentabas, que cuando empezabas la media ya llevabas tres horas y media de ejercicio y a partir de ahí es cuando realmente se sufre. Te lo dice un maratoniano que todavía no sabe lo que es bajar de 3:30, pero que sí que sabe lo que es sufrir a partir de ahi :)
    Así que nada crack!! A seguir a tope y a preparar con fuerza Calella!!!!

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    1. Muchas gracias por el comentario Suso!!! No sé, puede que tengas razón pero mi sensación es que llegaba justito de entrenos por culpa del accidente y de las distintas molestias que he tenido últimamente. Pasados unos días, creo que la clave, además de eso, fue que no comí lo suficiente durante la bici y me quedé vacío antes de tiempo.
      Un abrazo muy fuerte y sí, ahora a seguir pensando en Calella con más fuerza que nunca!!!

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  2. Simplemente, eres el mejor y te puedes sentir muy orgulloso.puede q no sea tu mejor half, pero lo has acabao a pesar de la falta de estrenos. Ahora a entrenar y a tope con el siguiente.Tqm guapo!!!

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    1. Muchas gracias por esos ánimos incondicionales!!! A ver si poco a poco vienen tiempos mejores porque falta me hará estar a tope en octubre... Si no, no podré cumplir lo prometido, y quieres que lo cumpla no? jeje! Un besazo muy grande!

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