Como cada año desde que empecé a correr, el último sábado del mes de julio es casi sinónimo de Cursa de l’Espluga de Francolí. Por primera vez en bastante tiempo y tras una semana de poco volumen y de poca intensidad en los entrenos, llegaba a una carrera descansado y pensando en conseguir un buen resultado. Esta vez no tenía la coartada que utilizo normalmente para decirme a mí mismo que es normal que no haga muy buenas carreras con la de horas de entreno que acumulo cada semana. En otras palabras, llegaba a la Espluga sin posibles excusas y con ganas de apretar aunque consciente de que no iba a ser una carrera nada fácil. Hacía muchísimo calor y conociendo los antecedentes (cada año hay varios corredores que tienen que ser atendidos) y la dureza de esta carrera, esto es algo que siempre da cierto respeto.
Llegamos casi una hora antes de empezar y pude calentar unos minutos tranquilo. Menos de lo que me hubiera gustado pero suficiente. Pocos minutos antes de empezar, me fui con mi hermano y con César a la salida. Nos colocamos bastante adelantados a pesar de los casi 800 corredores inscritos. Allí también saludé a Pere Josep, del FACVAC. A las 19h dieron la salida y empezamos a correr. Primeros metros de bajada que intenté hacer a buen ritmo pensando en todo lo que perdería subiendo luego. Inconscientemente quería quedarme lo más cerca de la hora posible, aun sabiendo que eso sería muy complicado. Primer kilómetro rápido a 3’37” corriendo al lado de mi hermano. A partir de aquí y hasta casi el noveno kilómetro, la conocida subida por la carretera de Prades. Esos casi ocho kilómetros seguidos subiendo son ya de por sí durísimos, pero si a eso le sumamos los 36ºC a los que llegamos durante la carrera según la organización y la exigencia con la que quería hacerlos, ese tramo se convirtió en una especie de infierno. No fui al límite en ningún momento pero no lo pasé bien. Me dolía el estómago y sentía que las piernas no iban todo lo rápido que quería. En carreras de estas distancias no suelo beber pero en esta (por los antecedentes que comentaba antes) bebí agua en tres o cuatro avituallamientos (había siete con agua y esponjas mojadas). El caso es que durante muchos minutos no fui fino. Tenía mal cuerpo pero logré mantener un ritmo medio decente. El consuelo es que no fui el único que sufrió. Mi hermano había cedido ya algunos metros respecto a mí y el resto de corredores de mi alrededor tampoco subieron mucho más rápido. Poco antes de llegar al kilómetro nueve, llegó el tan deseado giro de 180º, por fin! Tocaba dar la vuelta y correr los seis kilómetros y pico que faltaban de bajada. Por un lado fue un alivio aunque ni mucho menos eso significaba que ya estaba todo hecho, y menos para mí que tampoco soy muy amigo de las bajadas. Aumenté el ritmo pero seguía sin estar cómodo. Durante los dos primeros kilómetros bajando (el 10º y el 11º) no pude correr como quería por debajo de los 4’/km y fue ya a partir del 12º cuando noté cierta mejoría. Por fin estaba corriendo al ritmo deseado y hasta adelanté a varios corredores. Los problemas en el estómago no se habían ido pero ya me acordaba bastante menos de ellos. Los últimos tres kilómetros fueron muy rápidos y crucé la meta en un tiempo de 1h01’53” (resultados), mejorando en más de 20” mi mejor marca en esta carrera. Mi hermano, que subiendo había ido más lento que yo, en la bajada me recortó varios segundos y llegó a meta sólo 13” más tarde. Al final, posición 63 de 676 llegados a meta en una carrera marcada por el intenso calor, que hizo que varios corredores abandonaran y que alguno, incluso, pasara la noche ingresado en el hospital. A pesar de eso, un 10 para una organización que sabe lo dura que es esta carrera y que está más que preparada para estos pequeños incidentes.
Por mi parte, muy contento con el resultado ya que no fue una carrera sencilla. Por lo que fuera no me sentí todo lo bien que esperaba y aún así conseguí un resultado que hubiera firmado antes de empezar. Sin ninguna duda, de las tres veces que he corrido en la Espluga este año ha sido el más duro en cuanto al calor. Quizás en otras condiciones climatológicas hubiera recortado algún que otro segundo pero estamos en lo de siempre, no creo que eso sea realmente importante. De todos modos, en próximas ediciones intentaré quedarme un poco más cerca de la hora.
Para terminar, dejo el estupendo reportaje fotográfico de Arancha y los resultados del Garmin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario