Bueno, pues aquí estamos otra vez. De nuevo a menos de 48 horas para una gran competición como es la segunda edición del Sailfish Half Berga y de nuevo ante un gran reto. Esta vez el objetivo no es otro que ser sub’5 horas. Creo que es un objetivo bastante realista partiendo de la base que el año pasado, en realidad, ya rebajé ese tiempo aunque cruzara la meta en 5 horas y 23 segundos. La razón de esos segundos de más (hubo casi un minuto de diferencia) fue haber tardado un poco en tirarme al agua y que no había alfombra justo en la salida. Pero eso ya es pasado y ahora toca mirar hacia el futuro. Y el futuro pasa por este próximo domingo.
La verdad es que tengo muchas ganas. Ganas de disfrutar, ganas de hacerlo bien, ganas de superarme, ganas de volver a sentir esas sensaciones que sólo te dan este tipo de competiciones, y ganas de volver a un sitio donde el año pasado fui feliz, muy feliz.
Creo que la competición en sí será muy parecida a la del año pasado aunque parece que el tramo de carrera a pie será un poco más llano. El año pasado tuvo unos 200 metros de desnivel positivo y este año lo han intentado suavizar. También es verdad que según mi GPS el recorrido de tres vueltas no llegaba a los 21 km (se quedó cerca de los 20) y una cosa compensó a la otra. Vamos a ver en que queda este año, pero seguro que será divertido...
Mis expectativas este año, como ya he dicho, son las de bajar de cinco horas. Para ello tengo que hacer buenos parciales en todos los sectores, empezando por la natación donde el año pasado hice un tiempo que rondaba los 32 minutos. En mi vida he nadado tan rápido como ese día. No sé que distancia real nadé pero hice un parcial que no me hubiera esperado nunca para 1.900 metros. En este aspecto, este año me conformo con repetir ese mismo tiempo, ya que no considero que mi mejora en el agua haya sido demasiado notable de un año para el otro. Más bien al contrario. Personalmente, me siento estancado y creo que algo falla. No sé si es mi técnica, no sé si me faltan horas de entreno... El caso es que ahora mismo firmo ese tiempo con los ojos cerrados.
Donde sí espero estar más rápido es en el resto de carrera, empezando por las transiciones, donde sobre todo en la primera, no soy nada rápido. En estas competiciones “largas” tampoco es cuestión de ir como un loco y pagarlo luego por cualquier descuido, pero sí quiero ir un poco más rápido que de costumbre, llegar a mi sitio con el neopreno casi fuera, llevar las medias compresivas ya puestas en la natación, no ponerme el pulsómetro en el pecho... Son segundos que intentaré arañar al crono y que al final pueden tener su peso en oro para conseguir o no el objetivo que me he marcado.
En la bicicleta y en la carrera a pie, simplemente, espero hacerlo mejor que el año pasado. En bici sí que noto cierta mejoría, conozco el circuito (me gusta y creo que me viene bien) e intentaré dar lo máximo que pueda, siempre pensando en que después aún faltan 21km corriendo, pero dando un poco más de lo habitual. Y corriendo, la verdad es que llevo unos meses estando mejor que nunca, aunque hay que tener en cuenta que la referencia son carreras que no han superado los 10km. Eso sí, a diferencia de Calella, esta vez he entrenado más, he hecho alguna tirada larga, he hecho subidas, series cortas, series más largas... sin duda, llego mejor preparado.
Como siempre digo, habrá que tener un poco de suerte en los detalles que uno no puede controlar. Suerte para no pinchar, para no caerse, para no lesionarse y para evitar mil cosas que pueden pasar en competiciones así. También me preocupa últimamente, hasta cierto punto claro, llegar un poco pasado de entrenamientos. Espero no pagarlo, pero si lo pago tampoco me supondrá ningún trauma, porque hasta llegar aquí, he disfrutado muchísimo entrenando, sobre todo encima de la bicicleta.
Para terminar, vuelvo a tener dudas de si correr con las Noosa o no. En Calella me fueron bien pero acabé con un ligero dolor en la planta del pie. Estoy acostumbrado a entrenar con zapatillas con más amortiguación y lo noté. Sinceramente, no sé aún que decidiré.
Lo que sí que tengo claro es que voy a usar para hidratarme y que voy a comer. Hace unos días escribí una entrada hablando de los productos Victory Endurance y 226ERS. Pues al final, decisión salomónica. Beberé Energy Drink de Mandarina de 226ERS y para comer usaré las barritas Nature’s Energy Bar de Victory Endurance. Además de eso, también intentaré tomar fruta y bebida isotónica que den en los avituallamientos. Así, intentaré evitar todo lo que pueda los geles. Esa es la intención pero decidiré sobre la marcha.
Pues nada más. De momento las cosas están así. Mañana, bien pronto, último rodaje en bici y viaje a Berga para dejarlo todo a punto lo antes posible y disfrutar de un, esperemos, gran fin de semana.
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