jueves, 14 de abril de 2016

Crónica del Trilimit (Olímpico)

El sábado pasado inicié la temporada de triatlón participando en el Trilimit de Deltebre, en la modalidad olímpica. Esta distancia no es, ni mucho menos, mi distancia preferida pero este año la cosa tocó así y acompañado por Xavi y Joanra decidimos inscribirnos en esta competición para hacer un buen entrenamiento de calidad de cara al Half de Peñíscola de la semana que viene.

La carrera empezaba el sábado a las tres de la tarde así que salimos de casa con calma alrededor de las diez de la mañana rumbo a las "Terres de l'Ebre". Pasamos a buscar a Joanra a Vilaseca y de ahí a Deltebre, donde nos encontramos con Xavi y su familia. Todo estaba siendo demasiado fácil, así que Xavi decidió ponerle un poco de emoción al día dejándose las zapatillas de la bici en casa, con lo que tuvimos que ir deprisa y corriendo a un Decathlon cerca de Tortosa para comprarse unas zapatillas nuevas y unas calas. Tardamos un buen rato y hasta pasada la una de la tarde no empezamos a comer. Entre unas cosas y otras se nos fue echando el tiempo encima. Hicimos el check-in a falta de poco más de quince minutos para el inicio de la prueba y aún teníamos que ir caminando a la salida, que se encontraba a un kilómetro y medio de la zona de transición. Ese tramo lo hicimos con el neopreno puesto hasta la cintura y unos ratos caminando y otros corriendo porque no llegábamos. Tuvimos suerte de que la salida se retrasase un poco porque llegamos, y no es exagerado, unos tres minutos antes de las tres de la tarde. Nos acabamos de poner el neopreno y poco a poco nos fuimos metiendo en el agua, desde donde iba a dar comienzo la prueba.

La primera sensación al meterse al agua no pudo ser más desagradable. Estaba muy fría, concretamente y según la organización a 13ºC. La sensación fue muy parecida a la que tuvimos un par de semanas atrás cuando hicimos el primer intento de nadar en el mar, con la diferencia que aquel día abortamos la natación y aquí no teníamos escapatoria. Ya estábamos en el agua así que habría que nadar sí o sí. Como consuelo, sabíamos que el tramo de natación iba a ser rápido ya que íbamos a hacer los 1.500 metros con la corriente del río a favor. No sabíamos cuantos minutos de menos nos iba a suponer eso pero estábamos convencidos que se iba a notar.

Cuando pasaban unos minutos de las tres de la tarde se dio la salida y empezamos a nadar. No éramos muchos (algo menos de 200 en esta distancia) así que no hubo demasiados problemas de golpes y agarrones en el agua. A pesar de eso, al poco de empezar recibí un golpe que me hizo tragar agua, perder la coordinación de la respiración y que me obligó a estar unos segundos con la cabeza fuera para respirar tranquilamente y volver a arrancar. No fue grave aunque esto es algo que siempre incomoda un poco y, sobre todo, da una sensación de agobio y de ansiedad muy desagradable. Superado el bache, brazada a brazada, fui cogiendo un buen ritmo y enseguida tuve la sensación de estar nadando rápido. El recorrido era fácil, río abajo y con la referencia del puente donde se encontraba la zona de transición, así que tampoco había que estar levantando demasiado la cabeza para orientarse. La verdad es que durante la natación en ningún momento miré el reloj y por momentos perdí todo tipo de referencias relacionadas con el tiempo. Salí del agua sin tener ni una pequeña idea de lo que podía haber tardado y me sorprendí cuando miré el crono por primera vez y vi que todavía no marcaba los 17'. El Garmin marcaba casi los 1.500 metros (aunque no llegaba) así que lo de nadar a favor de la corriente había supuesto una ventaja muchísimo más importante de la que a priori podíamos haber previsto. Ni en mis mejores sueños podía esperar nadar a un ritmo medio de 1'12"/100 metros. 



Cuando llegué a mi bici vi que Xavi había salido del agua antes que yo. Sabía que acabaríamos casi a la vez (la corriente y el neopreno igualaron mucho las cosas) pero no esperaba que le fuera tan bien. Me alegré mucho por él pero me di prisa para recuperarle esos segundos de ventaja que me sacó y salir delante de él ya en bici. Poco después, cuando aún estábamos preparándonos para salir, llegó Joanra (casualmente estábamos los tres juntos en la transición). A pesar de tardar mucho en esa primera transición (más de tres minutos), conseguí salir delante de Xavi y ya en los primeros metros de bici nos separamos. Empezaba el tramo más duro de la carrera, con casi 40 km de bici (circuito de dos vueltas) luchando contra el viento.

La bici, como decía, fue más dura de lo que esperaba en un principio por dos motivos. El primero de ellos, el viento. En el tramo de ida, hasta el giro de la primera vuelta, lo teníamos relativamente a favor, y digo relativamente porque nos daba más bien de lado y había que hacer un esfuerzo extra para no dejarse arrastrar, pero una vez hecho el giro soplaba de cara, cosa que nos hizo sufrir mucho y, por supuesto, hizo que el ritmo se resintiera. Y el segundo motivo que hizo más duro de lo previsto el sector ciclista fue la ausencia de grupos relativamente grandes. En el grupo en el que estuve yo, como máximo, llegamos a ser seis, eso sí, todos fuimos muy "legales" y dimos bastantes relevos. Eso se agradeció sobre todo cuando se rodaba contra el viento. A pesar de que por momentos me costó rodar a los ritmos que marcaba el grupo, conseguí mantenerlo y durante todo el tramo ciclista no perdí ninguna posición, es más, al final aún tuve ganas de pegar un tirón, también conocido como "hachazo" y llegar primero del grupo a la T2. Terminé la bici contento como pocas veces, consciente de que había sabido sufrir y mantener el ritmo del resto de compañeros en todo momento. Eso sí, a costa de desgastarme más de lo esperado.




Llegué a la T2 relativamente bien aunque notando el estómago vacío. Sólo había bebido un par de sorbos de isotónico durante la bici y no llevaba nada más encima para tomar. Hice la transición muy rápido (poco más de un minuto) y empecé a correr a un ritmo bastante alto cercano a 3'50"/km. Tenía el consuelo de que 10 km me iban a pasar volando y que, a malas, en algún avituallamiento podría coger algo en caso de sentir que me fallaban las fuerzas. Corriendo tenía el objetivo claro de bajar de los 40', y lo cumplí con mucho margen. Una vez más, hice un tramo de carrera a pie muy bueno, ganando posiciones continuamente y manteniendo un ritmo prácticamente idéntico durante los diez kilómetros, incluso permitiéndome la licencia de subir el ritmo en alguno y pasarlo por debajo de 3'45"/km. La verdad es que disfruté mucho corriendo. Desde Sevilla que no me había encontrado tan bien. Lo único negativo de la carrera a pie volvió a ser el viento, con la diferencia respecto a la bici que en este caso también hubo tramos (el final de las dos vueltas) en que el viento soplaba a nuestro favor y nos empujó hasta la zona de meta. Algo es algo. 

Terminé los 10km en 38'35" y paré el crono en meta con un tiempo final de 2h03'14" (mejor marca personal), quedando el 13º clasificado de la general (resultados) y marcando el cuarto mejor parcial en la carrera a pie. Resultado totalmente inesperado que me supo a gloria teniendo en cuenta que es el primer triatlón de la temporada y que no estoy demasiado acostumbrado a estas distancias (es el cuarto triatlón olímpico que hago). En definitiva y salvo pequeños detalles mejorables (natación y primera transición especialmente), me doy por satisfecho. La próxima semana seguir disfrutando de estas buenas sensaciones compitiendo en Peñíscola (aunque antes aún tengo la Canyon Cambrils Park este sábado).



Por su parte, Xavi paró el crono en 2h16'37" (65º) y Joanra en 2h20'40" (85º), firmando ambos una buena actuación y cogiendo sensaciones para el Half de Peñíscola.


Para terminar, os dejo los detalles de la carrera de mi Garmin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...