Llegó la hora. Ya no hay vuelta atrás. Después de un suave rodaje de 15’ esta mañana todo el trabajo está hecho. Sólo queda esperar a que mañana den la salida para empezar a correr esos 42195 metros que me separan de la “gloria”.
Echando la vista un poco atrás, recuerdo el día en que empezó todo. Fue el 25 de abril en la playa, después de una carrera divertida de 10km en Port Aventura. Entre la típica publicidad que los organizadores reparten en las bolsas que entregan cuando terminas la carrera, había folletos de la primera edición de la MCD (Marató Costa Daurada). Hablando con Ivet empezamos a plantearnos medio en broma medio en serio hacerlo, y como nos van bastante los retos, en pocos minutos ya teníamos decidido que lo correríamos, aunque eso sí, cada uno con objetivos diferentes. Mientras yo me marqué el objetivo de 3h30m, él se propuso algo más exigente: bajar de 3h.
Los días posteriores fueron de hablar con nuestros entrenadores y diseñar el plan de entrenamiento para empezar a principios de mayo camino al 14-N...Y así hasta hoy...
Hoy las cosas han cambiado un poco. Ivet, por sus obligaciones como entrenador de fútbol femenino, no ha podido llevar a cabo su entrenamiento y no participará (por lo menos oficialmente, veremos si me acompaña unos kilómetros) y yo, habiendo entrenado bastante, espero que el objetivo de 3h30m se haya quedado pequeño e intentaré rebajarlo todo lo posible (será un éxito para mi terminarlo entre 3h10m y 3h20m), aunque con precaución, porque no hablamos de cualquier cosa, sino de un maratón y puede pasar de todo, sobre todo si es el primero como en mi caso.
Pase lo que pase, todos estos meses de entrenamiento habrán sido apasionantes y habrán valido la pena. El entrenar para este maratón se ha convertido en una especie de estilo de vida, en algo que me ha mantenido “vivo” e ilusionado por conseguir un objetivo por el que, hace un tiempo, ni se me hubiera pasado por la cabeza luchar.
Ya sólo faltan unas horas para que llegue el gran momento. Sé que tocará sufrir durante la carrera, que le daré mil vueltas a la cabeza, que llegará un momento en el que desearé que esto termine cuanto antes porque ni mi cabeza ni mis piernas darán para más y se negarán a seguir, pero todo eso no debe ser nada comparado con el hecho de cruzar la meta en el tiempo para el que has entrenado tanto, con ir a recoger tu medalla de finisher y, sobre todo, con el orgullo de poder decirte a ti mismo que has conseguido un objetivo que no está al alcance de cualquiera...
Ahora toca descansar todo lo que pueda. Mañana habrá que madrugar, cargar las energías con un buen desayuno y concentrarse en hacer las cosas bien.
Como dice mi entrenador: PIT I COLLONS! Aunque creo que mañana hará falta algo más que eso...ya contaré como va todo.
Hasta mañana!
Que tengas mucha suerte Ruben, seguro que va genial, nos vemos.
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