Hoy os dejo un artículo que me pareció muy interesante cuando lo leí. El autor es Jaime Menéndez de Luarca (triatleta de renombre, echarle un vistazo a su blog) y hace referencia a los volúmenes de entrenamiento tanto para triatletas profesionales como aficionados. Me llamó la atención porque en mi caso (justo unos días antes del Half de Calella) llego justito de kilómetros a pie y eso quizás hasta pueda llegar a ser beneficioso para mí. A lo mejor luego noto mucho esa falta de kilómetros pero leer esto supone cierta inyección de moral, y a estas alturas toda ayuda es bien recibida. Ahí va:
"Los que crecimos en el triatlón leyendo las míticas semanas de
entrenamiento de 40 horas del grupo de los Big Four (Scott Molina, Mark
Allen, Dave Scott y Scott Tinley) nos imbuimos en la creencia de que es
necesario meter grandes kilometradas semana tras semana para conseguir
el mejor resultado posible.
Si a esto le sumamos la teoría de las 10.000 horas de Gladwell en su
libro Outliers, que dice que esa cantidad de práctica es necesaria para
ser un maestro en algo, y le añadimos que la mayoría de los grandes
deportistas entrenan muchísimas horas (no siempre el éxito y el volumen
tienen una relación de causalidad) tenemos el caldo de cultivo perfecto
para que la religión del “machaquismo” se convierta en dogma.
Pauli Kiuru revolucionó esas creencias pasando a hacer semanas de 25
horas de alta intensidad siempre guiado por el pulsómetro, dando
la sensación de que 25 horas eran “pocas”.
Exceptuando las horas de entrenamiento “invisible” (masajes,
estiramientos, alguna siesta furtiva…) un profesional que dedique 25
horas al entrenamiento rondará (con las lógicas y necesarias variaciones
entre individuos y necesidades de la temporada) los 20.000 metros de
agua, 400 kilómetros de bici y y 90 kms de carrera, y un aficionado que
entrene 15 horas semanales hará 10.000-250-40. Por encima de ese
volumen dudo mucho que se este logrando ninguna adaptación que no sea
perdida de peso y sí estaremos quemando a nuestro deportista. Los más
duros aguantaran sin lesiones, pero antes o después casi todos
terminaran aflojando; si no se lo pide el cuerpo se lo pedirá la mente.
Sin embargo, en el deporte de resistencia, lo que nos hace mejorar es
la asimilación de las cargas duras, y esta asimilación se ve muy
dificultada si consideramos que un rodaje de 4 horas suave en bici o
salir a correr 1h10 tranquilos después de un día de series son
entrenamientos “REGENERATIVOS”. El concepto de equilibrio entre
sacrificio y descanso no suele ser bien entendido por parte
de ningún colectivo de deportistas de largo aliento, y en muchas
ocasiones preferimos salir a rodar con dolores y malas sensaciones a
unos ritmos que no suponen apenas desarrollo de nuestras cualidades a
quedarnos en casa descansado.
Evidentemente, en deportes como el triatlón, el desarrollo de las
capacidades aerobicas es vital, y no se comprende que esto no ocurra sin
un volumen mínimo de entrenamiento, pero tanto profesionales como
aficionados tienden a machacarse en exceso; Algunos de los primeros se
fustigan con semanas de más de 25 horas combinadas con alta intensidad, y
los segundos no comprenden en ocasiones que los compromisos familiares y
profesionales conllevan un desgaste que hace que superar las 15 horas
ocasione un alto estres motivacional y físico para el organismo.
No llegar en forma a un triatlón es casi imposible: El entrenamiento
cruzado hace maravillas en los aficionados, y los profesionales entrenan
tan duramente que lo mejor que les puede pasar en ocasiones es cogerse
un resfriado 6 semanas antes de la competición para evitar llegar
pasados de rosca. Sin embargo, muchos entrenadores aún creen que es
aceptable que por “SACRIFICIO” un triatleta se pase de rosca, pero es
inaceptable que este se quede al 95%.
La continuidad de una temporada de 45-50 semanas anuales sin lesiones
y con sus correspondientes ciclos de carga y descanso (y no solo a
nivel físico, sino también mental) es la clave para alcanzar nuestras
mejores marcas, y si una semana “sólo” hemos corrido 15 kilometros, y
estos han sido a un nivel bueno que nos indica que nos estamos moviendo a
las velocidades que demandamos a nuestras exigencias, pero hemos metido
otras horas de volúmen nadando y en bici, no deberiamos sorprendernos
de llegar a la siguiente competición y ver qué estamos corriendo bien.
Aprended a diferenciar entre pereza y cansancio, y discernid cuando es mejor saltarse un entrenamiento que obligarse a hacerlo."
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