Hoy hace un año que tomé la decisión de empezar con una dieta ovolactovegetariana y 365 días después creo ya estoy en condiciones para hacer balance y sacar mis propias conclusiones. Antes de nada, me gustaría decir que me alegro mucho de haber tomado esta decisión y que la considero una de las más acertadas y enriquecedoras que he tomado últimamente, ya que no sólo me ha permitido alimentarme correctamente sino que he aprendido cosas muy interesantes y he descubierto una gran cantidad de alimentos.
La primera (y quizás la más importante) conclusión a la que he llegado es que este tipo de alimentación es perfectamente compatible con el triatlón de larga distancia. Esta era quizás la duda más grande que tenía cuando empecé porque no es ningún secreto que este deporte supone un gran desgaste físico. Pues bien, lejos de resentirme, he notado que mis tiempos de recuperación se han reducido y a lo largo del año no he tenido ni una lesión muscular. Supongo que no todo será por la alimentación (tampoco vayamos a pensar que es milagrosa) y la adaptación progresiva a estos volumenes habrá tenido también mucho que ver, pero es así. Pero además de esta sensación (porque no deja de ser una sensación), también tengo datos objetivos para defender que estoy bien y que no tengo ninguna carencia. El mes pasado, un par de semanas antes del Challenge, me hice una analítica y los resultados fueron mucho mejores que hace poco más de un año. Me ha bajado el colesterol malo (LDL), me ha subido el bueno (HDL), tengo los triglicéridos por los suelos, un nivel de azúcar en sangre muy bajo,... y ningún síntoma de un posible déficit de hierro (esto último era quizás lo que más me preocupaba como deportista).
Otra cosa que quiero destacar es que cuando empecé con esto, la idea era seguir una dieta ovolactovegetariana pero poco a poco me estoy acercándo más al veganismo. He suprimido casi al 100% los productos lácteos, tomándolos sólo fuera de casa y en contadas ocasiones, cuando no tengo otras alternativas. En cuanto a los huevos, no los he eliminado del todo pero como sólo de vez en cuando y en casa siempre ecológicos. Fuera de casa ya es otra historia. Lo que sí consumo casi a diario es miel, y de momento no tengo intención de suprimirla.
A nivel social, no me quejo. Era una de las preocupaciones que tenía al empezar, pero no ha sido tan difícil como pensaba y mi entorno se acostumbró bastante rápido a esta "peculiaridad" mía. Al principio costó un poco y de vez en cuando aún hay quien se sorprende y pregunta ¿por qué?, pero en general muy bien.
En cuanto a mi alimentación, sigo más o menos con lo que escribí en esta entrada de principios de año, aunque he suprimido el seitán. No me sentaba mal pero eso de comer gluten concentrado tampoco me hacía especial gracia. Además, con cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas consigo todas las proteínas necesarias.
Otra pregunta que me hace mucha gente es si no echo de menos comer algunas cosas. Sinceramente, la respuesta es no. Creo que a estas alturas se sigue pensando que los vegetarianos se alimentan a base de lechuga y poco más cuando en realidad yo, a día de hoy, como mucho más variado de lo que comía antes, así que ni siento necesidad de comer otras cosas ni me aburro con lo que como, ya que dispongo de un grandísimo abanico de posibilidades que me hacen disfrutar de la comida.
En fin, un año después de iniciar esta especie de "experimento", puedo afirmar que ya soy un vegetariano convencido (en todos los sentidos) y que esto ha dejado de ser una prueba para convertirse en un estilo de vida saludable con el que me siento muy a gusto. Y digo en todos los sentidos porque tampoco se pueden dejar de lado las cuestiones morales y ecológicas. Reconozco que no empecé con esto por el hecho de evitar el maltrato y la crueldad animal (tema complicado), pero hoy me siento muy a gusto de colaborar con esta causa y tengo la conciencia muy tranquila de saber que he dejado de ser "cómplice" (por llamarlo de alguna manera) de las barbaridades que se cometen día tras día contra millones de animales cuando está más que comprobado que todo ello es innecesario. Termino con una frase de Paul McCartney que dice: "Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todo el mundo sería vegetariano" y con un video curioso de un niño con las ideas muy claras desde bien pequeño. Recomendado.
La primera (y quizás la más importante) conclusión a la que he llegado es que este tipo de alimentación es perfectamente compatible con el triatlón de larga distancia. Esta era quizás la duda más grande que tenía cuando empecé porque no es ningún secreto que este deporte supone un gran desgaste físico. Pues bien, lejos de resentirme, he notado que mis tiempos de recuperación se han reducido y a lo largo del año no he tenido ni una lesión muscular. Supongo que no todo será por la alimentación (tampoco vayamos a pensar que es milagrosa) y la adaptación progresiva a estos volumenes habrá tenido también mucho que ver, pero es así. Pero además de esta sensación (porque no deja de ser una sensación), también tengo datos objetivos para defender que estoy bien y que no tengo ninguna carencia. El mes pasado, un par de semanas antes del Challenge, me hice una analítica y los resultados fueron mucho mejores que hace poco más de un año. Me ha bajado el colesterol malo (LDL), me ha subido el bueno (HDL), tengo los triglicéridos por los suelos, un nivel de azúcar en sangre muy bajo,... y ningún síntoma de un posible déficit de hierro (esto último era quizás lo que más me preocupaba como deportista).
Otra cosa que quiero destacar es que cuando empecé con esto, la idea era seguir una dieta ovolactovegetariana pero poco a poco me estoy acercándo más al veganismo. He suprimido casi al 100% los productos lácteos, tomándolos sólo fuera de casa y en contadas ocasiones, cuando no tengo otras alternativas. En cuanto a los huevos, no los he eliminado del todo pero como sólo de vez en cuando y en casa siempre ecológicos. Fuera de casa ya es otra historia. Lo que sí consumo casi a diario es miel, y de momento no tengo intención de suprimirla.
A nivel social, no me quejo. Era una de las preocupaciones que tenía al empezar, pero no ha sido tan difícil como pensaba y mi entorno se acostumbró bastante rápido a esta "peculiaridad" mía. Al principio costó un poco y de vez en cuando aún hay quien se sorprende y pregunta ¿por qué?, pero en general muy bien.
En cuanto a mi alimentación, sigo más o menos con lo que escribí en esta entrada de principios de año, aunque he suprimido el seitán. No me sentaba mal pero eso de comer gluten concentrado tampoco me hacía especial gracia. Además, con cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas consigo todas las proteínas necesarias.
Otra pregunta que me hace mucha gente es si no echo de menos comer algunas cosas. Sinceramente, la respuesta es no. Creo que a estas alturas se sigue pensando que los vegetarianos se alimentan a base de lechuga y poco más cuando en realidad yo, a día de hoy, como mucho más variado de lo que comía antes, así que ni siento necesidad de comer otras cosas ni me aburro con lo que como, ya que dispongo de un grandísimo abanico de posibilidades que me hacen disfrutar de la comida.
En fin, un año después de iniciar esta especie de "experimento", puedo afirmar que ya soy un vegetariano convencido (en todos los sentidos) y que esto ha dejado de ser una prueba para convertirse en un estilo de vida saludable con el que me siento muy a gusto. Y digo en todos los sentidos porque tampoco se pueden dejar de lado las cuestiones morales y ecológicas. Reconozco que no empecé con esto por el hecho de evitar el maltrato y la crueldad animal (tema complicado), pero hoy me siento muy a gusto de colaborar con esta causa y tengo la conciencia muy tranquila de saber que he dejado de ser "cómplice" (por llamarlo de alguna manera) de las barbaridades que se cometen día tras día contra millones de animales cuando está más que comprobado que todo ello es innecesario. Termino con una frase de Paul McCartney que dice: "Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todo el mundo sería vegetariano" y con un video curioso de un niño con las ideas muy claras desde bien pequeño. Recomendado.
Felicidades por tu entrada.
ResponderEliminarYo llevo una dieta vegana desde Mayo y mi rendimiento en las distancias largas (ni cortas) no se ha visto mermado en absoluto. Mis análisis son de libro. Como tú me siento muy bien en ayudar en los derechos de los animales.
A seguir así.
Saludos
Hola Eduardo! Muchas gracias por dejar tu comentario y por hacerte seguidor del blog.
EliminarYo al principio tenía alguna que otra duda pero el tiempo me ha demostrado que el deporte de resistencia no está reñido con el vegetarianismo y estoy más que satisfecho con mi rendimiento hasta ahora.
Un saludo!!!