Vamos con la (mini) crónica de la Sant Silvestre d’Hospitalet de l’Infant que, si tengo que ser sincero, quizás me sobró correrla. Llegué a la carrera con todo el entreno de la semana listo y después de haber corrido 15 km esa misma mañana, por lo tanto, era de “más a más”, una especie de “premio” donde el único propósito que tenía era pasarlo bien y disfrutar de una de mis últimas carreras del año, pero no fue del todo así. Fue una carrera extraña, muy desagradable por el fuerte (y frío) viento que soplaba, donde ni mis piernas ni yo nos sentimos cómodos en ningún momento.
Así, entre unas cosas y otras, me planté en la línea de salida ya pensando que quizás la mejor opción hubiera sido quedarse en casa. La verdad es que (por suerte) no tengo esta sensación casi nunca, pero el domingo fue uno de esos días extraños. Aún así, como siempre soy optimista, mantenía la pequeña esperanza de, una vez empezada la carrera, sentirme bien, correr rápido y hacer un buen tiempo, pero no hubo milagro. Nada más empezar, una fuerte ráfaga sopló de cara a los corredores e hizo que costara mucho correr rápido. Esa ráfaga fue la que me terminó de desmotivar. Cada día odio más el viento. Prefiero el frío, el calor, la lluvia... pero no soporto el viento. A partir de ahí, cambio de chip y a intentar hacer los cuatro kilómetros (menos mal que sólo eran cuatro!) de la manera “menos mala” posible. Mi hermano enseguida se escapó unos metros y yo me quedé corriendo al lado de César. Por momentos me costó seguir su ritmo pero aguanté. Pasamos el primer kilómetro en 3’47” (y gracias!) y el segundo en 3’58” y terminamos la primera vuelta. La segunda, ya con las cosas claras y teniendo la certeza que no era el día, la encaré de una forma más tranquila, intentando rodar aunque fuera un poco de debajo de 4’/km y poco más. Y así hasta el final. Entré en meta con un tiempo de 15’23” en la posición 41 (19 de mi categoría) de 304 corredores (resultados).
Por suerte, esto de correr y competir a menudo te da oportunidades de "resarcirte" cada pocos días y si esta Sant Silvestre fue para olvidar, dos días después, en Tarragona, hice una de las mejores carreras que he hecho nunca en cuanto al ritmo que mantuve. Así que, al final, puedo terminar diciendo que esta carrera en Hospitalet de l'Infant sólo fue un pequeño lunar sin más importancia y con cierta justificación por el rodaje de unas horas antes. Nada más.
Eso sí, Arancha hizo muy buenas fotos de la carrera. Dejo unas cuantas y, como siempre, los detalles del Garmin.
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