miércoles, 14 de agosto de 2013

Crónica Wild Wolf Triathlon Tarragona

Por cuarto fin de semana consecutivo tocaba competir. Después del Vendrell, l’Espluga de Francolí y Torredembarra, llegaba el turno del Wild Wolf Triathlon Tarragona, en su versión olímpica. Me hacía especial ilusión esta carrera porque iba a ser mi primer triatlón de esta distancia, con lo cual, además de tomarlo como un buen entreno de calidad, me serviría para ganar un poco más de experiencia en esto, que nunca viene mal, y saber el rendimiento que puedo dar en esta distancia.

Llegaba bastante bien después de una semana de carga “intermedia”, por llamarlo de alguna manera, donde no había hecho ningún entreno excesivamente largo pensando precisamente en llegar lo más descansado posible y conseguir un buen resultado en Tarragona. Y en líneas generales, puedo decir que lo hice.

A las siete y poco de la mañana ya estábamos en el Moll de Costa para recoger el dorsal (o mejor dicho, los dorsales), preparar todo lo necesario y dejar la bicicleta en boxes. La zona de transición era interminable, pero al haber prácticamente sólo una calle no había demasiada complicación para orientarse. Además, como llevaba el dorsal 18 estaba casi delante de todo y me resultó muy fácil acordarme donde dejaba la bici. Con todo el material listo, cogí lo necesario para nadar y me fui con Arancha a la zona de salida. Allí me metí en el agua unos minutos antes de empezar e hice unas brazadas. El agua estaba caliente, a unos 24ºC según la Federación. El recorrido de natación, a simple vista, me pareció muy largo, aunque luego no fue para tanto. A las 8.30, puntualmente, se dio la salida. Salí bastante atrás consciente de mi mala natación y me tiré al agua con cuidado de que no se me saltaran las gafas al entrar y de no caerme encima de nadie (y, de paso, esperando que nadie se tirara encima mío). Desde las primeras brazadas, me sentí muy cómodo. En cierto modo, eso es lo bueno (dentro de lo malo) de no ser buen nadador, que al no tener intención de ir rápido nado sin apenas esfuerzo. Quizás esa es la clave para mejorar, aprender a sufrir en el agua (ahí lo dejo...). Pues eso, en este primer sector poca historia. Recorrido a dos vueltas donde no pasé agobios, donde no hubo demasiados golpes (aunque alguno cayó) y donde hasta me lo pasé bien. Al final, salieron 1.600 metros en 29’39” (tiempo que estuve en el agua), 31’34” si hacemos caso del tiempo oficial que cuenta la salida del agua corriendo hasta la entrada en boxes.

Una vez en boxes, transición relativamente rápida y listo para empezar a pedalear. Desde el principio noté una pequeña herida (rozadura) en un dedo pequeño del pie izquierdo. Consecuencias del día anterior caminando descalzo por el Aquopolis. Lo peor en aquel momento fue el miedo de pensar que luego todavía tenía que correr y con esa herida podía pasarlo realmente mal. Intenté olvidarme un poco y centrarme en pedalear. Estaba claro que lo primero que debía hacer era encontrar un grupo para coger un buen ritmo. Eso fue fácil, mantenerme en él ya fue otro cantar. Enseguida me vi rodando en un grupo de unos 9 o 10 ciclistas, entre ellos Edu y Juanma. A pesar de ir rápido, iba bastante cómodo. Llevábamos una media de unos 37 km/h. En la segunda vuelta (de las cuatro que había que hacer), camino del faro, nos avisaron que se había producido un accidente. Bajamos el ritmo por precaución y vimos a 4 o 5 ciclistas (quizás alguno más), en el suelo. En ese momento me distraje y cuando me quise dar cuenta el grupo se me había escapado ya unos metros. Me fue imposible darles caza con lo que, de repente, me vi rodando solo. La distracción me había costado caro. Esto me hizo perder bastante velocidad (casi 1 km/h de media). Por suerte, unos minutos después me alcanzó (como era lógico) otro grupo al que me uní. Aquí recuperé algo de ritmo y aproveché para “descansar”, después de unos kilómetros agónicos en solitario. Pero la alegría duraría poco, ya que en el giro de la Playa del Milagro (creo que de la última vuelta) cometí otro error de pardillo. Era un giro muy cerrado y entré en él con un desarrollo demasiado largo, con lo que me costó mucho acelerar una vez hecho el giro y se me volvió a escapar el grupo. El resultado, algún kilómetro más en solitario hasta que, a poco del final, me volvió a coger otro grupo del que ya no me separé. Realmente estamos hablando de pocos segundos (del primer grupo que perdí al que llegué yo apenas hubo 1’30” de diferencia) pero creo que lo podría haber hecho bastante mejor en bici. En este sentido, creo que este fue mi peor sector en la carrera y en cierto modo fue una decepción. Al final salieron sólo 33,93 km en 56’34” (57’01” oficiales) a una media de 36,0 km/h.

Y llegamos al tramo final. Podría decirse que mi preferido. Tenía dudas de cómo respondería después de haber forzado tanto en bici (no estoy acostumbrado a rodar tan rápido) y de si me molestaría o no la herida en el dedo del pie. Por suerte, la herida no me molestó en exceso y mis piernas se recuperaron bien del esfuerzo en bici. Después de que en Salou y en Balaguer no me sintiera bien corriendo, esta vez no podía volver a fallar si no quería que mi moral se empezara a resentir. Y no fallé. Desde el principio cogí un buen ritmo cercano a los 4’/km y así me mantuve durante toda la carrera. Muy buenas sensaciones, disfrutando de cada vuelta de la carrera a pie, del público, del ambiente y con la moral alta de ver como no dejaba de adelantar corredores. Terminé los 10km en 40’21” y pasé por meta en 2h12’27”. Puesto 114 de 550 llegados a meta haciendo el 56º mejor parcial de carrera a pie (resultados generales y parciales propios).

En general, terminé satisfecho. De la natación destacar lo que comentaba antes, que no sólo no sufrí sino que hasta me sentí a gusto. Creo que aún me falta dar con la tecla adecuada en la natación pero soy optimista y espero encontrarla algún día para poder mejorar. De la bici quizás esperaba algo más, aunque no olvidemos que no entreno específicamente para rodar tan rápido y eso me superó un poco. Además, cometí dos errores de pardillo que me hicieron perder algo de tiempo, calculo que más o menos entre 1’10”-1’15”. A pesar de esto, soy consciente que me faltan entrenos de calidad sobre la bici (habrá que intentar aprovechar de otra manera las horas de entreno). Y corriendo, nada que objetar. Hasta mejor de lo esperado. Con el resultado del domingo corriendo los 10 km en cuarenta y poco, creo que en el futuro podré intentar bajar mi mejor marca en esa distancia.

En cuanto a la organización, destacar que estuvo muy bien. Voluntarios que nos ayudaron a salir del agua, bastante avituallamiento en el tramo a pie, algo de lío con las pulseras que marcaban las vueltas (cogí dos azules y una naranja y hasta algún voluntario me dijo de entrar en meta cuando aún me faltaba una vuelta), buena zona de recuperación con bebida isotónica y mucha fruta,... En general, muy bien. Es una carrera que teniéndola tan cerca de casa será difícil perdérsela ningún año.

Para terminar, lo de siempre. Agradecer a Arancha la compañía y el gran reportaje fotográfico que hizo y a Sara y Laura por el madrugón y por venir a animar. Dejo algunas fotos, el video de llegada a meta y los resultados del Garmin.






2 comentarios:

  1. Joder y terminas en 40' los 10K!!! Que gran carrera!! Ya tengo ganas de verte en Octubre. De nuevo enhorabuena por otra gran demostración de poderío. Ya me contarás cómo se respira nadando, que yo me ahogo en la bañera de mi casa :) Un abrazo!!!

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  2. Sí, la verdad es que corriendo no me puedo quejar, me fue bastante bien. A ver si en Calella me puedes acompañar un rato, veremos si se puede. Y lo de nadar es practica, aunque yo poco podría enseñarte, soy muy malo nadando, jeje! Un abrazo crack!!!

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